Puerto y país
Todo indica que nuestro país debe ser una nación comercial bien integrada en los mercados mundiales. Y para ello necesita de un puerto de Montevideo eficiente y dinámico. Uruguay dispone de otros puertos (por ejemplo, Nueva Palmira) o terminales (la boya de ANCAP en José Ignacio) que mueven volúmenes importantes de carga, pero es indudable que el volumen de las cargas que pasan por Montevideo, la complejidad de esas corrientes comerciales, su relevancia para la economía y su simple valor, determinan que sea el principal puerto.
El movimiento de buques y cargas de Montevideo es, primero, un determinante clave del desarrollo económico de su hinterland y este siempre ha tenido una dimensión regional. También es un buen indicador de la evolución de la economía, y sociedad (que no se pueden separar la una de la otra) uruguaya.
Un ejemplo de rápido desarrollo es el caso del período 1985 hasta ahora.
En el año 1985, el puerto movió algo más de un millón de toneladas de carga (importaciones y exportaciones), en el 2022 movió 10,5 millones de toneladas. Algo similar sucedió con el movimiento de buques entrados que pasó de 1.650 buques sumando 10,4 millones de toneladas de registro, 3.378 buques con 47,3 millones en el 2022. Estas cifras solamente presentan una faceta del desarrollo de esa oferta de transporte marítimo porque los nuevos buques son mucho más eficientes que los de hace cuatro décadas.
Entre otros motivos por el desarrollo del transporte intermodal (el movimiento de contenedores pasó de 23.505 teu en 1985 a más de un millón el año pasado).
No es la primera vez que nuestro principal puerto pasa por un proceso similar.
En el período 1880-1913, el movimiento de cargas de Montevideo pasó de 957 mil toneladas de carga a 1,9 millones de toneladas. El tráfico de buques aumentó de 1,3 millones de toneladas de registro bruto (3.982 buques) a 12,9 millones (6.282 buques), en vísperas de la Primera Guerra Mundial. Otra vez, el desarrollo no fue solo cuantitativo, sino también cualitativo.
La navegación a vela fue reemplazada por el vapor, los nuevos buques eran más eficientes y especializados que sus antecesores (caso de la refrigeración), las cargas cambiaron. A principios del siglo pasado el puerto de Montevideo se encontraba entre los diez principales puertos del mundo.
Podemos encontrar un antecedente aún más lejano.
Las reformas económicas introducidas durante el reinado de Carlos III, a partir de 1760, impulsaron el desarrollo del puerto de San Felipe de Montevideo y, al hacerlo hicieron posible un auge de la actividad comercial, naviera y portuaria de la ciudad y de la región adyacente.
A diferencia de los ejemplos anteriores, no existen series estadísticas que permitan seguir ese proceso. Pero, por ejemplo, las exportaciones de cueros (la principal carga embarcada en el puerto) aumentaron de unos treinta mil cueros en 1770 a 554.986 cueros en 1810.
Estos tres ejemplos comparten varias características.
La principal quizás sea la apertura y la integración del puerto, por una parte, con la Cuenca del Plata y, por la otra, con el océano Atlántico y el resto del mundo.
Otra fue que, en los tres casos, la exportación de servicios portuarios a la región le aseguró a Montevideo y su hinterland servicios navieros fundamentales para su desarrollo.