GOLPE A LA INDUSTRIA
La industria autopartista perdió otro jugador: por qué Cinter se va de Uruguay
El sector no escapa a los problemas de competitividad que enfrentan muchas industrias locales y espera por nuevos incentivos para poder captar nuevas inversiones.La empresa metalúrgica Cinter Aperam, especializada en la producción de tubos de acero para la industria automotriz, decidió finalizar sus operaciones productivas en Uruguay y concentrarse en Brasil.
En un comunicado, la empresa lamentó haber tenido que tomar esta decisión porque sabe el impacto social negativo que genera pero justificó: “En los últimos años se mantuvo la actividad productiva en Uruguay, aun cuando múltiples factores agravaron su pérdida de competitividad".
Fuentes del sector afirmaron a El Observador que la decisión está relacionada a la viabilidad económica de su producción. A modo de ejemplo, expresaron que la empresa utilizaba materia prima que llegaba desde Minas Gerais en Brasil, a 2.800 kilómetros, y después volvía el producto 2.000 kilómetros hasta San Pablo donde están sus clientes.
Por otro lado, afirmaron que existe una “gran asimetría” en costos laborales con Brasil y que no pasa solo por el tema cambiario. Según se indicó, hoy la misma posición en el sector le cuesta a la empresa un 30% menos en Brasil, y el hecho de contar con su centro de distribución en Campinas genera sinergias que impactan en la reducción de costos, y les permiten ser competitivos respecto a otros productores del mundo.
En ese sentido, informaron que la planta de Uruguay estaba con costos casi en el triple y que “es imposible mantener una actividad así”, por más beneficios y políticas públicas que se ofrezcan. “Es algo ficticio e insostenible”, afirmaron desde el sector. Los informantes destacaron que existía una “muy buena relación” con la Unión Nacional de Trabajadores del Metal y Ramas Afines (Untmra) e incluso se pagaban salarios superiores a la media del sector.
Sin sorpresas
Como muchas industrias uruguayas, los costos internos y la pérdida de competitividad frente a competidores de la región son un problema complejo para este sector de la industria y cuya soluciones no suelen procesarse a corto plazo.
El presidente de la Cámara de Fabricantes de Componentes Automotores, Agustín Irazoqui, dijo a El Observador que en los próximos días habrá una reunión con la empresa para conocer en detalle los motivos de la decisión.
De todas formas, indicó que en general el sector atraviesa desde hace varios años “una situación compleja” que tuvo su “punto de quiebre en 2014” cuando se dejaron de instalar industrias autopartistas en el país, y se produjo la salida de firmas importantes, como la multinacional Faurecia del Grupo Peugeot en San José ocurrida a finales de 2020.
“No es sorpresa que una autopartista en Uruguay pueda plantear esto. Hace mucho tiempo que vienen buscándole la vuelta para ver cómo darle competitividad o rentablizar el negocio en Uruguay y llega un momento en donde se toma la decisión”, afirmó el ejecutivo.
En ese contexto, Irazoqui señaló que se ha trabajado en conjunto con el gobierno para tratar de incorporar algunas medidas en el sector, cuyo diseño final está ahora en manos del Poder Ejecutivo. El objetivo es poder aggironar las reglas de juego con incentivos para que se puedan instalar nuevas empresas y, al mismo tiempo, tratar de “frenar” la salida de firmas que viene ocurriendo en los últimos años.
“El sector tuvo hacia final de la primera década del 2000 un paquete bastante interesante de incentivos para que se radicaran empresas que fue efectivo. De ahí en adelante varios de esos beneficios y medidas o cayeron o simplemente el resto de los países competidores las fueron igualando o superando con lo cual se fue desarmando esa ventaja competitiva”, explicó el ejecutivo.
La actividad autopartista nuclea actualmente a unas seis empresas grandes multinacionales y otras de porte más pequeño. Se trata de una actividad intensiva en mano de obra que ocupan de manera directa a unos 2.500 empleados. La producción está casi enteramente enfocada a la exportación regional (Brasil y Argentina principalmente).
En 2021 totalizó una facturación de US$ 160 millones, según publicó en febrero pasado el semanario Crónicas. En 2020, en medio del impacto de la pandemia, esa cifra fue de US$ 92 millones. En el año previo a la pandemia, las ventas al exterior de esta rama habían llegado a US$ 157 millones.
En un comunicado, la Untmra sostuvo que la decisión de Cinter Aperam deja "en la calle" a 150 trabajadores, entre obreros de planta y personal administrativo, y 30 personas más se verán afectadas indirectamente, entre trabajadores de comedor, proveedores, transporte y seguridad. Ante esta situación, el sindicato metalúrgico se declaró en conflicto. La Untmra “tomará todas las medidas a su alcance” para denunciar esta situación de alto impacto económico y social para los trabajadores afectados, expresaron desde el sindicato.
La empresa se comprometió a cumplir con "todas sus obligaciones con el personal, proveedores y clientes", según su comunicado.