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Nuevo Monumento Histórico Nacional: obras de Lorente Escudero en refinería de ANCAP

Conjunto de obras que permanecieron ocultas: cuartelillo de bomberos, oficinas, sala de bombas, gerencia y laboratorios, central a vapor y capilla proyectadas y construidas en la década de 1930.Es frecuente escuchar que en Montevideo hay que “mirar hacia arriba” para descubrir joyas arquitectónicas en cada cuadra.

Pero hay otras que permanecen alejadas de la vista, en lugares inaccesibles para el público y, puntualmente, es lo que se pretende cambiar con la declaratoria de Monumento Histórico Nacional (MHN) de algunas instalaciones de la Planta de ANCAP de La Teja. A partir de hoy, el Ministerio de Cultura y Educación (MEC) a través de la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación quiere que todo uruguayo conozca el nombre de Rafael Lorente Escudero. Porque méritos no le faltan.

No es la primera vez que una obra de este arquitecto uruguayo (1926-1992) recibe protección –la tiene las salas del Cine Plaza y Central realizadas en 1947–, pero esta es la primera vez que la recibe un conjunto de obras que han permanecidas ocultas: el cuartelillo de bomberos, las oficinas administrativas, la sala de bombas, gerencia y laboratorios, central a vapor y una capilla que fueron proyectadas y construidas a mediados de la década de 1930 y que solo pueden ser usadas por los funcionarios. Todas estas obras fueron pensadas como una unidad y sabiendo que iban a permanecer en una restringida. Es más, a los técnicos de la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación les llevó mucho tiempo conocer cabalmente lo que había detrás de los portones.

“Esta declaratoria pretende ayudar a ver. A entender que no siempre todo lo importante está a la vista y no siempre todo lo importante es la arquitectura de rango histórico o relacionada con la trayectoria de un personaje famoso. Hay arquitecturas anónimas, no por su autor, sino porque no tienen conciencia cultural”, dijo a El País William Rey, director de la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación.

Hombre de su tiempo.
Rafael Lorente Escudero fue un hombre su tiempo. Ingresó como dibujante a ANCAP en 1932, dos años antes de recibirse de arquitecto. Con el tiempo se convirtió en jefe de la División Arquitectura del Departamento Técnico de ANCAP, donde desarrolló una extensa obra en relación con el primer complejo industrial del país hasta 1973. Además de las instalaciones que ahora son MHN, Lorente Escudero fue responsable de estaciones de servicio en la capital y en el interior (la de avenida Gorlero en Punta del Este o la de la avenida Arocena en Montevideo, por ejemplo) y almacenes en las plantas de La Teja y Capurro reflejando en todas ellas la unión entre lo mejor de la vanguardia local y europea de la época.

Así lo definió Ana Ribeiro, subsecretaria de Educación y Cultura y presidenta de la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación en diálogo con El País: “Conjugó el arte y la investigación arquitectónica con unas líneas muy esbeltas, muy regias y muy de toque moderno. Fue, además de arquitecto, un hombre enamorado del taller de (Joaquín) Torres García (…) En aquella época de modernismo a ultranza, todas sus líneas son una búsqueda de ese orden cósmico entre el arte y la arquitectura”. Y añadió: “Se puede ver en las ventanas esa elegancia perpendicular y la enorme solidez de los frisos y las paredes. Ese es el sello de Lorente: una arquitectura rotundamente moderna que acompañaba a un país seguro de sí mismo”.

ANCAP fue fundada en 1931 y, como recordó la historiadora, el país gozaba de “una democracia joven” y había pasado un poco más de 20 años de la última guerra civil. “Es la época en la que el Estado construye escuelas y edificios de servicio público con ese tono de modernidad, como canto al Estado civilizado y democrático que había vencido a la larga barbarie del siglo XIX”.

Rey completó: “Se trata de una obra muy moderna, de un enorme compromiso y vanguardia con la arquitectura moderna. Son expresiones contundentes de ese proyecto moderno de concepción de la empresa y de un Uruguay que se sentía moderno y consideraba que la mejor manera de mostrar un país en desarrollo era a través de arquitecturas modernas muy representativas”.

Otras obras.
Lorente Escudero también firma el edificio de la Administración Central de ANCAP, construida en 1938 en la excalle Agraciada, hoy avenida Libertador. Y dejó su impronta, no solo en la década de 1930, sino en las siguientes, con otras obras para las que se “reinventó”, según Rey. Luego vinieron viviendas en el balneario Bella Vista (1955-1957), el Edificio José Martínez Reina (en Plaza Independencia, 1958), el Edificio AEBU (1964) y la Torre Vivienda ANCAP (1975), hasta que se aleja definitivamente de la empresa por discrepancias con el gobierno de facto.

Para Rey, “todos los momentos de su producción son excelentes” y es imprescindible que se conozca a la par de tantos otros nombres. “Vamos a plantearle al presidente de ANCAP que inicie una tarea de divulgación de estas arquitecturas que no se pueden ver, ya sea por alguna plataforma digital o realidad aumentada o divulgación en los medios”, comentó.

Diario EL PAIS -Montevideo - URUGUAY - 17 Febrero 2022