Nicolás LussichOPINIÓN - Por Nicolás Lussich
Mercados récord

Con las lluvias recientes y las últimas subas de precios, el escenario de los agronegocios sigue mejorando, a pesar de las siempre presentes ncertidumbres. Si no hay sorpresas extremas, será un año para ganar e invertir.Ha sido una semana histórica para los mercados de productos agropecuarios, muchos de los cuales alcanzaron nuevos récords de precios.

La tendencia se da en el marco de una fuerte recuperación de la economía global, que está dejando atrás los peores momentos de la pandemia, aunque todavía sin salir de ella. Posiblemente el crecimiento global se modere en los próximos meses, algo esperable después de la fuerte recuperación, pero la tendencia seguirá siendo positiva. La situación de Ucrania -obviamente- puede generar cambios importantes en los mercados, en especial por su posición geoestratégica y su relevancia para los mercados de energía y granos.

Un dato clave en el contexto internacional para Uruguay es que China sigue con una demanda firme por alimentos, constituyéndose en el comprador por excelencia de la carne uruguaya (compró el 70% de la carne vacuna vendida por Uruguay en lo que va del año), mientras continúa firme con sus compras de granos en el mercado mundial.

La oferta de granos -en cambio- se ha visto afectada por la sequía que impuso La Niña en América del Sur, región clave para la producción de soja y maíz entre otros granos. Esta distancia entre demanda y oferta le ha dado un nuevo impulso al precio de la soja a nivel mundial, tendencia que también se expresa - lógicamente- en el mercado local uruguayo. La oleaginosa llegó a los 600 U$S/ton puesta en puerto esta semana.

En las estimaciones de oferta el Departamento de Agricultura de EEUU (USDA, por su sigla en inglés) se ha movido con bastante más rezago que la Comisión Nacional de Abastecimiento de Brasil (CONAB). Para Brasil el primero estima una cosecha sojera de 134 millones de toneladas, la CONAB estima 125 millones, casi 10 menos que el USDA y 15 millones menos de lo que estimaba a principios de año. El daño por la sequía ha sido serio en varias zonas del sur de Brasil, y también en Paraguay y Argentina, donde la Bolsa de Rosario redujo la estimación de cosecha de soja a 40,5 millones de toneladas (el USDA la ubica en 45 millones). Las cifras de CONAB se acercan más a las de las consultoras independientes.

Los nuevos números implican proyecciones de stocks en baja, lo que es netamente alcista para el mercado. Además, la incertidumbre sobre la cosecha en Brasil ha retrasado las ventas en ese país, lo que ha derivado más compras en el Río de la Plata, con el consecuente viraje en las primas sobre Chicago, habitualmente negativas, que se han tornado entre neutrales y positivas.

Cuestiones macro. El aumento de los precios internacionales en dólares de los productos también se debe -en parte- a la debilidad de la moneda estadounidense, que ha retrocedido frente a otras, entre ellas el yuan chino (gráfica). Dicho de otra forma, los chinos han aumentado su capacidad de compra en dólares por el fortalecimiento de su moneda.

Hay otros aumentos menos estimulantes para los productores: buena parte de los insumos de uso agropecuario (fertilizantes, fitosanitarios, combustibles) han tenido fuertes subas de precio, en algunos casos duplicando su valor en menos de un año. El mercado energético global ha estado particularmente entonado por la mencionada recuperación de la economía, la decisión de la OPEP de regular los aumentos en la oferta de petróleo y las estrategias de expansión de las energías renovables con su consiguiente reducción en las inversiones en generación de energía en base a fósiles, lo que ha generado un costo de transición energética imprevistamente alto. Por si fuera poco, el conflicto entre Rusia y Occidente en Ucrania alienta subas en el mercado europeo del gas, dada la dependencia europea de Rusia. Hay que recordar además que Rusia es el principal productor de urea del mundo.

Clima a favor. Pero más allá de la suba de costos, el escenario para los agronegocios en Uruguay ha mejorado sustancialmente con las lluvias que interrumpieron la sequía de principios de verano, mejorando notoriamente el estado de los cultivos, salvo algunas excepciones que confirman la regla. Lo mismo vale para la ganadería, la cual -con la mencionada firme demanda externa- está exhibiendo una fuerte valorización en el precio de los ganados para el campo, con el ternero llegando un récord histórico (gráfica). Es cierto que en el norte ganadero no hubo suerte y la sequía persiste, viéndose muchos productores obligados a vender y bajar carga, una dura realidad para artiguenses y productores de departamentos vecinos. La situación sería peor si no encontraran un mercado firme que les pague bien los ganados. La alegría nunca es completa y esperemos que lleguen las lluvias en el norte, y en las zonas agrícolas para apuntalar lo que resta del ciclo de los cultivos de verano, para llegar a una buena cosecha.

Contrariamente a lo sucedido en el anterior ciclo de altos precios de exportación (2008-2014) protagonizado por la agricultura, mientras la ganadería se acomodaba en campos menos productivos, hoy las vacas le hacen frente a las cosechadoras y - más aún- tienen en la agricultura una aliada clave para sostener la alimentación de los rodeos.

En efecto, el mercado local de granos forrajeros no ha hecho otra cosa que aumentar su dinámica y volumen en los últimos años. En la zafra comercial marzo-2021 a febrero-2022, Opypa estima un consumo aparente de 1,4 millones de toneladas de maíz y sorgo, un aumento de 8% respecto al año previo y un récord histórico.

El 70% de ese consumo aparente se cubre con grano nacional, principalmente maíz, cuyos rendimientos -con lógicas fluctuaciones por clima- están en una tendencia de fuerte ascenso. La adopción de transgénicos viabilizó las siembras de segunda y ahora es el turno del riego de darle un nuevo impulso, multiplicando el impacto de las tecnologías. Según datos del último anuario de OPYPA, el área de maíz bajo riego quedó cerca de 20 mil hectáreas la zafra pasada, casi 15% del total (gráfica), con un rendimiento que grosso modo casi duplica al promedio, por lo que la producción de maíz irrigado llega a casi 20% del total.

El precio de los granos forrajeros locales arbitra con los mercados externos, que han subido fuerte por la firme demanda china y la sequía en la región. El año pasado China dio un salto impactante en sus compras de maíz (casi 30 millones de toneladas). Se adjudicaba a la necesidad de recomponer su stock porcino, luego de la fiebre que lo diezmó, pero las proyecciones indican que las importaciones se mantendrán en altos niveles, solo moderadamente inferiores a la zafra pasada. Asimismo, persiste la demanda por maíz para etanol en EEUU, otro dato alcista si se lo combina con la situación del mercado petrolero.

Perspectivas. Los precios son las señales de tránsito del mercado. El aumento le da luz verde a la producción y pone amarilla a la demanda, para buscar nuevos equilibrios. En efecto, es esperable que la demanda pueda moderarse ante el encarecimiento de los productos. Sin ir más lejos, el USDA redujo la proyección de importaciones de soja desde China, atento al aumento significativo de los precios.

Pero el mismo razonamiento hay que hacer ante el encarecimiento de los insumos: si los fertilizantes no moderan los precios de manera apreciable (algo que parece poco probable) será difícil para los “farmers” estadounidenses mantener sus intenciones de siembra de maíz, muy dependiente de la fertilización. Lo mismo para el resto de los insumos.

En el análisis de conjunto, el escenario es muy bueno para Uruguay, pues estimula a los productores eficientes de alimentos de alta calidad. El país tiene una nueva oportunidad de crecimiento en muchos rubros.

En este contexto tan dinámico, no hay que dejar de trabajar los mercados a todo nivel, desde la aprobación del protocolo de exportación de sorgo a China, hasta la apertura de nuevos mercados cárnicos en Medio Oriente y el Norte de África, como Egipto. Exportar volúmenes importantes de carne a esos destinos no parece ser una posibilidad inmediata, dada la voracidad de las compras chinas. Pero tener la mayor cantidad de mercados abiertos permite mejorar permanentemente la combinación de negocios, aprovechando nichos y reduciendo riesgos por excesiva concentración en un solo cliente o rubro.

Diario EL PAIS -Montevideo - URUGUAY - 13 Febrero 2022