incendio davidEntender lo que pasó

En “Primera Mañana” de El Espectador, Raúl Ponce de León y Juanchi Hounie, entrevistaron a Javier Dalmás. “El presidente de la Sociedad de Fomento Rural Puntas de Arroyo Negro, habló sobre la mesa de diálogo que se instaló con autoridades ministeriales y actores forestales, para implementar medidas de prevención ante eventuales incendios.”1

David Rabinovich, periodista, San José. Es una entrevista interesante de escuchar. Su contenido muestra la forma de ver el mundo de los negocios, así como la de preguntar sobre él, que se ha instalado como dominante. Absolutamente. Y no sólo se ha naturalizado una cultura empresarial donde ‘mi’ interés es lo único que importa, hay otros aspectos en lo que lo ‘normal’ es –por decirlo suave- cuestionable. Altamente cuestionable.

La conversación trata de las razones por las que pasó lo que pasó con los grandes incendios forestales recientes. Sobre lo que funciona mal en el manejo de los montes de las forestales. Los cortafuegos estaban muy sucios, sin mantenimiento; lejos de cumplir su función facilitaban la propagación del fuego y aumentaban su fuerza. Estaban y están llenos de material altamente combustible. En esos corredores entre macizos de ramas y hojas, arrecia el viento. Las empresas forestales dejaron los espacios libres que marcan las disposiciones, pero no procedieron a realizar las limpiezas que prevén. Es una evidente manera de ahorrar costos y maximizar las ganancias, aunque suponga incrementar los riesgos.

Las aseguradoras, fundamentalmente el Banco de Seguros del Estado, no habrían aumentado las primas por esa razón y menos parecen dispuestas a cuestionar los derechos a cobrar por daños que se originaron, en gran medida, en la negligencia de las empresas. Negligencia criminal.

Parece sí haber un gran acuerdo: se debe incrementar los controles por parte de Bomberos y la Dirección Forestal del Ministerio. No tengo claro si las intendencias tienen algún tipo de competencia. Tanto el entrevistado como los conductores del programa hicieron mucho hincapié en la ausencia del Estado en materia de controles. La culpa está en la falta de fiscalización. Si no vienen y te multan, naturalmente no vas a estar gastando en limpiar lo que es tu obligación limpiar para que los incendios se puedan contener más fácilmente. Solemos decir que “somos hijos del rigor” y que para que la gente cumpla hay que controlarla, castigarla, etc. etc.

Terrible lección que no por repetida la tenemos aprendida. Y no es que controlar parezca tan complicado. Gracias a los drones supongo que se puede ejercer una vigilancia eficaz y barata.

En cualquier caso la actividad de las empresas forestales, que ha gozado de condiciones altamente favorables para su desarrollo, no cumplió – no cumple- con las medidas de seguridad que corresponden. No limpia, no tiene reservas de agua, no tiene maquinaria ni personal suficiente… Y la culpa es del Estado que no los controla.

Una vez más queda claro que “Las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas”. La sociedad pagará indemnizaciones para que los productores no pierdan mucho y si se quiere prever que no pasen estos desastres, hay que pagar para tener mejores controles. “Naturalmente” las empresas actuarán de la forma que les parezca más rentable. Como dijo el dirigente rural entrevistado: “lo que más nos preocupa es entender lo que pasó”.

1 https://espectador.com/primera/entrevistas/javier-dalmas-sobre-incendios-hoy-lo-que-mas-nos-preocupa-es-entender-lo-que-paso

EL ECODIGITAL -Colonia - URUGUAY - 28 Enero 2022