tabaCOMERCIO EXTERIOR
Los deberes y temores de los empresarios ante un posible TLC con China

El gobierno comienza un estudio de factibilidad y los sectores de actividad demandan estar preparados.El anuncio del presidente de la República, Luis Lacalle Pou, el pasado martes, sobre que Uruguay avanzará en Tratado de Libre Comercio (TLC) con China movilizó a todos los sectores de la economía del país.

El mandatario anunció que el acercamiento entre los gobiernos comenzaría con un estudio de factibilidad, a realizarse de aquí a fin de año y que el Uruguay “tiene apuro porque cada día que pasa es un día perdido”.

En esa línea, los diferentes sectores económicos ya comenzaron a hacer sus primeros movimientos, promoviendo reuniones y procurando relevar los datos actualizados de cada rubro de actividad, apuntando a detectar potencialidades y debilidades que puedan surgir con un TLC.

China es desde 2013 el principal destino de las exportaciones uruguayas de bienes. En 2020 representó el 27% del total exportado con US$ 2.152 millones.

Asimismo, en el período enero-agosto, las ventas a ese destino acumularon un aumento de 63%, al situarse en US$ 1.568 millones. En este lapso, el principal producto de exportación fue la carne bovina, que creció un 205% y ocupó el 60% del total vendido.

La mirada de los sectores
Ana Laura Fernández, asesora económica de la Cámara de Comercio y Servicios del Uruguay (Ccsuy), dijo a El Observador que el anuncio de avanzar en un TLC con China –partiendo con un estudio de prefactibilidad– es “una buena noticia” que pone al sector a trabajar. “Ya se han hecho estudios de este tipo. Lo que tenemos que hacer es actualizar las cosas que pudieron haberse modificado y ver la globalidad de todos los sectores”, sostuvo Fernández.

Añadió que además del potencial beneficio para rubros que ya se venden a China, pueden identificarse otros rubros que no están llegando al mercado asiático con potencialidad. La asesora económica de la Ccsuy indicó que es necesario identificar bien tanto a los sectores ganadores como a aquellos que podría verse afectados pero que, en líneas generales, el TLC con China tiene saldo positivo para la economía del Uruguay.

“El TLC no es solamente comercio de bienes sino que pueden involucrarse el comercio de servicios, los flujos de inversiones y a su vez también es positivo lo que se genera en términos de imagen país, de cómo se posiciona Uruguay en el mundo y en materia de comercio internacional. Es posible que otros países, a partir de esto, puedan tener ganas de negociar con Uruguay”, consideró Fernández.

A su juicio, el rol del sector privado trabajando de forma coordinada con el gobierno va a ser clave para el proceso de negociación de un TLC, generando la mayor cantidad de información posible y apuntando a sacarle la mayor potencialidad posible al acuerdo.

“Esto no es una desgravación arancelaria de un día para el otro. Acá se pueden negociar gradualidades a nivel de productos y de sectores y se pueden negociar excepciones. Hay mucho para trabajar para estar preparados de la mejor forma en ese proceso de negociación”, puntualizó.

Para Alfredo Antía, presidente de la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU), la negociación de un TLC es un “desafío para el país” y apuntó: “Acá el objetivo es negociar con la mayor lucidez y con la confianza de lograr objetivos que sean de beneficio para la mayor cantidad de actores económicos posibles y que sea útil a los intereses del país”.

Antía dijo a El Observador que desde la CIU convocaron a los presidentes de las distintas gremiales empresariales para “poner los elementos arriba de la mesa y dibujar un mapa que muestra las ventajas y puntos débiles del TLC para, a partir de eso, colaborar propositivamente con el gobierno”.

“Buscamos que esta información esté al alcance de la negociación y con la confianza de que no tengamos que lamentar pérdidas y que, en caso de que aparezcan puntos sensibles, los pongamos en la consideración de esta negociación para tratar de mantener en pie lo que es la actividad económica de la mayor cantidad posible de emprendimientos del país”, apuntó el titular de la CIU.

Antía informó que también fueron convocadas todas las gremiales asociadas a la CIU para “visualizar con lupa y con peine fino dónde pueden aparecer los obstáculos que, a primera vista, generen ruidos en lo que es la conversación que se va a extender”.

Teresa Aishemberg, gerenta general de la Unión de Exportadores del Uruguay (UEU), dijo a El Observador que hay que procurar que este acuerdo “tenga un programa de desgravación arancelaria en cierto período de tiempo, poniendo también productos que se quieren proteger de ambos lados y ver otros temas sanitarios o de propiedad intelectual”.

Para la ejecutiva, que se diga que el sector exportador es el ganador si se firma un TLC con China responde a que hoy se están pagando aranceles altos. China fue en 2019 el mercado de mayor monto arancelario pagado. El total pago por concepto de aranceles fue de US$ 184 millones, 55% del total, según Uruguay XXI.

“Esa plata podría quedar del lado de Uruguay, ahí sí ganaríamos porque estaríamos eliminando ese arancel o llegando a arancel casi cero, como lo tienen otros países que acordaron comercialmente con China como son Australia y Nueva Zelanda, que compiten con nosotros de forma desigual ya que pagan mucho menos”, apuntó la gerenta general de la UEU.

Es necesario prepararse
Según Antía, el anuncio de un posible TLC con China pone en evidencia que Uruguay tiene “deberes internos por los cuales debe transitar” porque si no los hace “expone negativamente a su sector productivo ante la competencia exterior”.

“El sector productivo ha sido perjudicado por una lógica de costo país creciente que le ha quitado competitividad a su producción. Tenemos costos energéticos muy altos, un peso del Estado y una presencia de la burocracia estatal que realmente se hace difícil de sobrellevar. También tenemos algunas cosas estructurales complejas en materia educativa porque necesitamos trabajadores preparados para el mundo en el que estamos y el que se viene”, explicó Antía.

El presidente de la CIU también apuntó a las relaciones laborales en Uruguay y dijo que es necesario “recorrer un camino de conciliación de las partes. Tenemos un régimen muy estricto. Sin embargo estas mismas empresas que conviven con estos regímenes estrictos deben competir con otros países con otras condiciones”, apuntó.

Según Antía, no hay que renunciar a derechos ni al modo de vida que el país se ha construido pero sí es necesario que conscientes de que “para jugar en las canchas grandes se requiere de algunos esfuerzos especiales para volver a la producción competitiva”.

En ese sentido, consideró que la negociación colectiva que se lleva adelante en Uruguay hoy “requiere un proceso de maduración”. Para Antía, la negociación colectiva actual viola el cumplimiento de los tratados internacionales a los que Uruguay está suscripto.

“El Estado participa decidiendo en forma tripartita la fijación de salarios y condiciones salariales que se vuelven obligatorias para todas las ramas, independientemente del tamaño, la ubicación o los mercados a los que asistan. Ese trato igualitario para un mundo de empresas tan desiguales no hace más que crear injusticias y los hechos lo han demostrado”, apuntó.

“Antes de firmar nada, tenemos que bajar los costos del país, eso es lo que nos preocupa más, es algo básico y tenemos que lograrlo porque es la forma de ser más competitivos”, dijo Aishemberg por su parte. Y agregó: “De nada sirve bajar los impuestos por un lado y mantener los costos internos muy altos”.

Para la gerenta general de la UEU, la firma de un TLC trae aparejadas inversiones y puestos de trabajo, por lo que si Uruguay logra ser competitivo, estas inversiones van a venir con mayor fuerza. Aishemberg también destacó que, más allá de un posible TLC, Uruguay no debe perder de vista que el Mercosur sigue siendo un destino de exportación para muchas empresas.

 “No es una cosa o la otra. Hay unas 400 empresas que exportan más de la mitad de su producción a los países vecinos. De esas 400 empresas, 250 solo exportan al Mercosur y generan empleo. Si a esas empresas les va bien, a partir de la firma de un TLC es posible que vengan inversiones a Uruguay con el fin de poder vender desde el país hacia el Mercosur”, puntualizó.

Diario EL OBSERVADOR -Montevideo - URUGUAY - 11 Setiembre 2021