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Arsénico en el agua de pozo: un problema de salud desatendido en el país

Experta que ha analizado pozos en diferentes localidades en el interior aboga por la necesidad de estudios en la población.Durante casi dos siglos, la muerte de Napoleón Bonaparte ha estado rodeada de especulaciones de asesinato. Hasta que unos investigadores determinaron que falleció a causa de un cáncer de estómago, una teoría sugería que había sido envenenado lentamente con arsénico, tal vez mezclado con el vino o los alimentos.

No obstante, ambos hechos pueden estar relacionados y no tienen porqué responder a una conspiración política.
La contaminación por arsénico a través de fuentes naturales es entendida por los expertos en geología médica como una “seria amenaza” para los seres humanos en todo el mundo. Y el problema puede estar en el agua que se consume a diario. Para Uruguay esto es un riesgo real para gran parte de la población rural que se abastece de agua subterránea.

Estudios dirigidos por Nelly Mañay, profesora titular del Área de Toxicología de la Facultad de Química de la Universidad de la República e investigadora de PEDECIBA Geociencias, han encontrado niveles de arsénico superiores a los permitidos en distintos pozos distribuidos en casi todo el país pero, principalmente, en aquellos ubicados en dos acuíferos principales: Mercedes y Raigón. Los acuíferos analizados corresponden al 61,5% del agua subterránea total extraída en el país para el consumo humano y cubren una población de 113.500 personas.

Debido a que el arsénico –presente en el agua de forma natural porque es un componente de la corteza terrestre– es un cancerígeno humano (la Agencia Internacional para la Investigación en Cáncer lo cataloga como un compuesto del Grado 1), Mañay ha presentado diversos proyectos para conseguir fondos para la evaluación del riesgo de la población expuesta al arsénico y para determinar la geodisponibilidad, bioaccesibilidad y biodisponibilidad en suelos y agua.

No obstante, “no tuvimos suerte con la financiación. No ha despertado interés prioritario en el área de salud”, lamentó.

De todas maneras insiste en la necesidad de realizar un plan piloto de biomonitoreo biológico para determinar la exposición al arsénico en las áreas identificadas como problemáticas. Lo que hay que analizar, entre otros aspectos, es si aparece tóxico en la orina de las personas que consumen el agua de pozo
Agua subterránea versus agua superficial.
El arsénico no es tóxico en todas sus formas químicas. El que se encuentra en el agua superficial –por ejemplo, de un río– probablemente sea del tipo orgánico, que es muy poco tóxico. “En Montevideo, donde tenemos la mitad de la población, estamos recibiendo agua de río y no se espera que tenga arsénico de forma natural”, explicó la química Nelly Mañay. El 94% del agua potable de Uruguay es suministrada por OSE. De ella, solo 28% proviene de pozos subterráneos, por lo que 72% proviene de tomas superficiales de cursos de agua. El ente estatal controla el arsénico en agua y en 2010 su límite máximo bajó de 50 microgramos por litro a 20, con el objetivo de alcanzar la concentración de 10 crogramos por litro recomendada por la Organización Mundial de la Salud para 2021. A diferencia de otros países, el límite es igual para el agua mineral.

Riesgos en el consumo.
El valor máximo permitido de arsénico, según las normativas de potabilidad vigentes en Uruguay, es de 20 microgramos por litro; se tiene previsto bajar a 10 microgramos por litro, valor recomendado por la Organización Mundial de la Salud, “dado que se ha recabado evidencia de problemas en la salud” a partir de esa concentración, indicó Mañay.

El agua potable y el agua mineral tienen el mismo máximo permitido en el país. Una curiosidad que apuntó la académica es que, por ejemplo, para el vino, se aceptan hasta 100 microgramos por litro, porque se supone que no se bebe la misma cantidad diaria de esta bebida que de agua.

Es un cancerígeno que solo afecta a los humanos. “Hay un tema de cantidad, tiempo de consumo y un factor de susceptibilidad. Se sabe mucho porque hay países asiáticos que han consumido agua con arsénico por décadas”, apuntó Mañay.

Estos factores aumentan el riesgo de desarrollar cáncer de piel, pulmones, vejiga, hígado y riñones. También tiene incidencia en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y vasculares periféricas, diabetes tipo II, pérdida de audición, fibrosis del hígado y de los pulmones, fiebre, anorexia, gangrena de los miembros inferiores, entre otros síntomas.

“El origen del cáncer no siempre se indaga”, apuntó la experta. Así lo explicó: “A menos que la persona haya estado trabajando con arsénico, es muy difícil saberlo si no hay estudios sistemáticos a lo largo de los años en la población. Es muy difícil que en la consulta te pregunten si tomaste agua de pozo o por cualquier otra razón ambiental”.

Pronto si tendrá alguna información al respecto. El geólogo Mariano Cáceres tiene un proyecto de maestría en proceso, bajo la tutoría de Mañay, por la que está generando una base de datos sobre la presencia del arsénico y otros tóxicos de interés ambiental en el territorio nacional, en particular, en aguas subterráneas, que luego será relacionada con los tipos de cáncer asociados al arsénico en el país.

En un resumen al que accedió El País, Cáceres apunta: “El problema del consumo de arsénico a través del agua subterránea en Uruguay es muy reciente y muy poco estudiado como problema de salud ambiental”.

Las únicas personas analizadas son trabajadores expuestos al arsénico que son remitidos a la Facultad de Química por asesoramiento. A estos se les realiza una encuesta relacionada con el consumo de agua.

Plan piloto.
Sí se han conseguido fondos para el Proyecto AsURU de las facultades de Química y Ciencias para la remediación en las localidades de San Javier, Young, Conchillas y Libertad como experiencia piloto.

Estas corresponden a pozos de los acuíferos Raigón y Mercedes, donde se han encontrado valores de hasta 42 microgramos por litro. Pero, por el momento, no se trabajará en pozos del acuífero Chuy ni de los acuíferos cretácicos del litoral oeste, donde se encontraron máximos de 50 y 60 microgramos por litro, respectivamente. En cada zona se realizan análisis de la roca a distintos niveles de los acuíferos que son pioneros en el país.

Un plan de biomonitoreo como propone Mañay se basa en el desarrollo de un test de diagnóstico para encontrar arsénico en la orina de las personas. Hasta el 80% del arsénico ingerido es excretado en la orina luego de los tres días. Uruguay ya tiene experiencia en esta metodología puesto que es la utilizada para la plombemia.

El caso de Bangladesh: 45 millones en peligro.
En Bangladesh el arsénico ha cobrado gran protagonismo desde que se descubrió, en la década de 1990, que este elemento está ampliamente presente en el agua de los pozos. Desde entonces, se han logrado notables progresos, y el número de personas expuestas al arsénico en niveles superiores a los permitidos por las normas nacionales de calidad del agua potable ha disminuido en alrededor de un 40%. Pese a estos esfuerzos, se estima que el número de personas con riesgo de exposición a concentraciones de arsénico superiores al valor guía de la OMS de 10 microgramos por litro ronda en los 45 millones de personas. Según la organización, el arsénico inorgánico está naturalmente presente en altos niveles en las aguas subterráneas de diversos países, entre ellos la Argentina, Chile, China, la India, México y Estados Unidos.

Diario EL PAIS -Montevideo - URUGUAY - 12 Marzo 2021