LA CIUDAD COSMOPOLITA
Durazno y su proceso de transformación con la llegada de muchos extranjeros
Una rápida caminata por el microcentro de Durazno, un sábado a la noche. Eso alcanza. O un paseo por la ciudad, al mediodía. Escuchar, ver. Idiomas, perfiles, formas. El centro del país recibió tantos ciudadanos extranjeros que un día nos encontramos almorzando frente a dos ingleses y, horas más tarde, compramos en la panadería, compartiendo espacio con hindúes o alemanes.
El trabajo técnico especializado permitió el desembarco extranjero en Durazno
Por arte de UPM, el centro del país se transformó y Durazno es parte de esa transformación.
Cenar en el centro, un sábado a la noche, como experiencia cosmopolita. Mucha cerveza, comidas fuertes, diálogos en voz alta donde se mezclan el inglés, portugués, hindú, rumano y tantos idiomas que nos acercó la megainversión en Pueblo Centenario.
Al mismo tiempo que los alquileres de fincas particulares, creció la presencia de extranjeros en la ciudad. En forma paralela, uno y otro ítem alcanzaron niveles nunca antes imaginados en la región. El mismo fenómeno que antes se produjo en Fray Bentos, luego en Conchillas y ahora en Durazno y Paso de los Toros.
Las oportunidades de negocio se plantearon a toda escala, desde una familia que logró alquilar su casa durante los próximos 12 meses hasta un restaurant que debió aplicar el menú en idioma español e inglés para tener mayor cobertura.
“No es fácil, pero debemos adaptarnos”, nos cuenta una empresaria gastronómica del centro de la ciudad. Luego de la pandemia, este atisbo de normalidad que se vive los fines de semana, con mesas llenas, con flujo constante de clientes. “Especialmente son hombres de mediana edad que están trabajando en la construcción de UPM, extranjeros, que eligen platos típicos y consumen mucha cerveza, sobre todo eso”, agrega.
El primer fin de semana de marzo trajo consigo el buen clima, la ausencia de lluvias, la llegada de muchas delegaciones de trabajadores europeos y la culminación del período de cuarentena para ellos. Así, liberados al trabajo y al nuevo país, hay que alimentarse y adaptarse al nuevo territorio.
Durazno aparece como una ciudad muy amigable, aunque tenga características que nosotros desconocemos para el extranjero. El proceso comienza con el período de cuarentena obligatorio, los análisis correspondientes. Después es el momento de desembarcar en los nuevos hogares, viviendas temporales que oficiarán de albergue mientras dure el proceso de construcción de la planta procesadora de pasta de celulosa, sobre el río Negro.
El parque automotor también ha crecido, especialmente con vehículos de alquiler. Las empresas capitalinas han dado a conocer algunas cifras que hablan de la expansión del mercado hacia el centro del país. Camionetas, utilitarios, vehículos livianos. Todos quieren circular cómodos y en forma ágil. No se busca alta gama, dicen los que alquilan, sino vehículos que presten el servicio de transporte… y poco más.
En alquileres, otro tanto. Desde mil hasta siete mil. La referencia es a la moneda americana, por mes. Los alquileres treparon tanto como la cantidad de operarios que se ocupan en la planta de UPM e incluyen todo tipo de residencias.
Contenedores adaptados, viviendas de un dormitorio, fincas residenciales con amplios jardines y piscinas y demás comodidades. Las gamas de sitios para alquilar se ampliaron en forma impensada para el común denominador del duraznense. El resto, aquel que vio la oportunidad en su momento, ya concretó el alquiler y firmó el compromiso.
Durazno es ya una ciudad cosmopolita, de varios idiomas. Así lo será por un tiempo. Después llegará el momento en que los extranjeros busquen otros rumbos de trabajo, y la pasividad aldeana del centro del país volverá a ocuparnos. Por ahora, todo cambió.