Movus espera que Justicia detenga obras de UPM
Raúl Viñas, integrante del Movimiento por un Uruguay Sustentable (Movus) conversó con Informativo Carve del Mediodía sobre la demanda presentada a UPM, por los incumplimientos que se entiende está haciendo la empresa de los estudios ambientales.La jueza de décimo quinto turno en lo civil, María Magdalena Otero, aceptó la demanda presentada por Movus por los incumplimientos en materia ambiental, donde se pide que se suspendan las obras de UPM.
A partir de ello se cita a una audiencia judicial este jueves, a la hora 16 en el Palacio de Tribunales, para que la empresa presente sus descargos y seguramente decidir el tema. Desde Movus se considera histórica la instancia porque nunca un amparo ambiental llegó a esta etapa.
Según destacó Viñas, en la documentación de la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama), a través de los informes de los técnicos, se constata que UPM sobrepasó el «plazo máximo de 6 meses» para cumplir las condiciones bajo las cuales fue otorgada, el 14 de mayo de 2019, la Autorización Ambiental Previa a la planta de celulosa y la zona franca proyectadas.
Apremiado por cumplir los plazos acordados en el contrato, cuando UPM no había confirmado aún su decisión de inversión, el gobierno autorizó la instalación de la planta de celulosa a condición de que la empresa completara después elementos clave del proyecto. Sin embargo, UPM inició la construcción sin cumplir esos requisitos, algunos de los cuales definen la viabilidad o no del proyecto.
Es el caso de la «línea de base» del Plan de Monitoreo Ambiental, es decir, el estudio previo de las características de la zona para determinar cuál es la situación anterior al proyecto en su área de influencia, de tal manera de permitir el seguimiento posterior de las distintas fases del mismo. Haber iniciado la construcción de la planta sin este requisito hará que no se puedan evaluar después sus impactos reales, destaca el movimiento.
También cuestionan que no se cumplió con el requisito de garantizar la dilución de 107 millones de litros de efluentes, que la planta de celulosa volcará en el río todos los días.
La autorización ambiental estableció que la zona de mezcla no puede tener más de 1.000 metros de largo, y que no debe llegar a las márgenes del Río Negro. Esta definición, que también tenía como plazo máximo el 14 de noviembre de 2019, no ha sido completada y por tanto aceptada hasta hoy.