La economía en el quinquenio proyectada por el gobierno: reactivación, inflación en baja y estabilización de la deuda
En un escenario más “incierto” que lo habitual ante la pandemia los números para cada año son “difícil de estimar”, pero en el período completo son “realistas”, asegura el director de Planeamiento y Presupuesto.Al igual que el resto de las economías del mundo, Uruguay enfrenta un escenario macroeconómico “inédito” y a la vez incierto a futuro derivado de la pandemia del Covid-19.
Tras un impacto “significativo” este año, el nivel de actividad crecerá a un ritmo promedio anual de 2,8% hasta 2024, sin considerar el empuje de la puesta en funcionamiento de la segunda planta de UPM. Sobre esa base, que sustenta el proyecto de Presupuesto quinquenal presentado este lunes 31 por el Poder Ejecutivo al Parlamento, otros indicadores irían mejorando a medida que avance el período: desde 2021 aumentaría la cantidad de empleos, mejoraría el resultado fiscal y, a partir del 2022, la deuda pública en relación con el Producto Bruto Interno (PBI) se estabilizaría, pero en un nivel relativamente elevado.
Respecto al contexto externo, en el análisis que acompañó el proyecto presupuestal el Ejecutivo consigna que la disminución de las restricciones económicas y sociales impuestas por los países para contener el avance del Covid-19 apunta a que la recuperación de la economía global ya habría comenzado. Pero acota que persiste la posibilidad de que ocurran rebrotes y la pandemia de coronavirus resulte más prolongada de lo previsto.
Para Uruguay, el Ministerio de Economía espera un deterioro de las cuentas fiscales en 2020; el mismo día que se presentó el proyecto de Presupuesto, esa cartera informó que el déficit en los 12 meses a julio aumentó a 5,9% del PBI, sin considerar los ingresos extraordinarios por la desafiliación de las AFAP de los llamados “cincuentones”. Al cierre del año el desequilibrio se ubicaría en 6,5% —sobre todo por los gastos asociados a la pandemia—, mientras que en los siguientes se reduciría gracias a mejoras en la “eficiencia del gasto público y la generación de ahorros” en el Estado, explica en el mensaje.
Incertidumbre y realismo
Los números macroeconómicos fueron elaborados en un marco de dudas sobre la evolución de la pandemia del Covid-19 en el mundo y su impacto. “Si el futuro es incierto por naturaleza, ahora lo es mucho más”, declaró a Búsqueda el director de Planeamiento y Presupuesto, Isaac Alfie.
“El presupuesto está elaborado suponiendo que el año que viene no tenemos prácticamente restricciones por la pandemia, que el mundo las empieza a superar y que los flujos de comercio, inversiones y personas vuelvan a ser más normales. Que el mundo crece fuerte y demanda más productos, lo que ayudaría a levantar nuestra actividad”, explicó. Admitió que existe una “situación adicional de incertidumbre por Argentina, que encaminó el tema de la deuda, pero tiene muchas más cosas por resolver”.
Siendo gobierno, al Frente Amplio se lo criticó por hacer escenarios macroeconómicos que resultaban demasiado optimistas y no se cumplían, lo que terminaba distorsionando la planificación presupuestal. ¿Las proyecciones elaboradas por el equipo de gobierno de Luis Lacalle Pou corren riesgo de caer en el mismo pecado?, le preguntó Búsqueda a Alfie. “El número año a año es difícil de estimar, pero después, cuando uno ve el período completo, son realistas. Si se ve el crecimiento general potencial, al final se termina con un promedio anual de aumento del PBI de 2,2%. No es alto, y además partimos de un nivel de actividad en 2019 por lo menos siete u ocho puntos por debajo del potencial, según mi cálculo. Y este 2,2% está por debajo del PBI potencial; no es optimista. Dada las circunstancias, es realista. No es pesimista tampoco porque, de vuelta, la incertidumbre regional nos pesa mucho, porque el intercambio en servicios con Argentina es muy potente”, respondió.