Los anuncios del equipo económico que tendrán efectos en precios, salarios, dólar y gasto estatal
El equipo económico anunció una serie de cambios en materia del combate a la inflación y la desdolarización de la economía.Por primera vez desde que asumió el gobierno, ayer se reunió el Comité de Coordinación Macroeconómica -que integran el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) y el Banco Central (BCU)- y resolvió cambios sobre el combate a la inflación, en línea con lo adelantado por El País el pasado 7 de agosto.
De la reunión participaron la ministra Azucena Arbeleche, la directora de Política Económica del MEF, Marcela Bensión y el director de la Unidad de Gestión de Deuda, Herman Kamil, de un lado. Del lado del BCU, estuvieron su presidente, Diego Labat, su vicepresidente Washington Ribeiro, su director Ignacio Berti y su gerente de Política Económica y Mercados, José Adolfo Sarmiento. ¿Qué otras medidas se vienen? ¿Por qué se impulsará una agenda para desdolarizar la economía? ¿Cómo se evalúan los riesgos de ingresos de capitales especulativos ante las bajas tasas de interés internacional? Estos son algunos de los puntos de la nueva estrategia del gobierno.
1- El comité “destacó la importancia de tener un alto grado de coherencia entre las diferentes políticas macroeconómicas: fiscal, monetaria-cambiaria y de ingresos (salarial), como forma de mantener un funcionamiento ordenado de la economía” y que los agentes económicos tengan un marco de referencia que permita tener señales claras”, señaló el comunicado.
Esto se traduce en reducir el déficit fiscal (mediante recorte del gasto y recuperación de la actividad tras la pandemia del coronavirus) del 6,5% del Producto Interno Bruto (PIB) proyectado por el gobierno para este año a 4,1% del PIB para 2021 y convergiendo al 2,5% del PIB a fin de 2024. Un salario real que “acompaña la caída de actividad (proyectada en 3,5% este año)” en un año, dijo Arbeleche (es decir pérdida de poder de compra) en conferencia de prensa y una política monetaria que se volverá contractiva cuando la actividad se recupere, apuntó Labat.
2- En línea con ello, “reducir el rango objetivo para la inflación a partir de setiembre de 2022, el que estará entre 3% y 6%” cuando actualmente está entre 3% y 7%. Lo que refleja el “mensaje muy fuerte y ambicioso” incluido en el proyecto de ley de Presupuesto de llevar la inflación a 3,7% en promedio en 2024, lo que son niveles “razonables a nivel internacional”, sostuvo Labat. Si bien la suba de precios en los 12 meses a julio está en 10,13%, reducir la meta de inflación y explicitar en el Presupuesto proyecciones de una baja gradual de la misma, busca que las expectativas de inflación de los agentes bajen.
3- No obstante, con una nueva meta de inflación y la intención de que las políticas fiscal, monetaria y salarial sean consistentes entre sí no alcanza. Por ello, Labat anunció ayer que la próxima semana convocará al Comité de Política Monetaria del BCU. ¿Para qué? Para “dar señales más claras” respecto a lo anunciado en el anterior Copom: el cambio de instrumento de política monetaria, dijo el presidente del Central.
Esto implicará que en setiembre el BCU deje de usar los agregados monetarios (cantidad de dinero) como referencia y pase a usar la tasa de interés (precio del dinero). El cambio de instrumento por sí solo no hace bajar la inflación. Entonces, ¿por qué se da? El manejo de la política monetaria con agregados tiene dos problemas grandes.
Uno es que el BCU tiene que estimar la demanda de dinero para proveer más (si quiere ser expansivo), lo “mismo” (si quiere ser neutro) o menos (si quiere ser contractivo), lo cual es muy difícil, ya que la demanda de dinero es muy inestable. El otro problema es que fijar una meta de crecimiento de la cantidad de dinero que circula en la economía es una señal muy opaca para los agentes (empresas y familias).
En cambio la tasa de interés, permite al BCU -que previamente determinó su objetivo de inflación- establecer un nivel que sea expansivo (tasa por debajo de la inflación esperada), neutro o expansivo de forma sencilla. Es que una vez establecida la tasa de referencia, el BCU vuelca o quita pesos en el mercado para que la tasa de interés (seguramente la call interbancaria a un día) esté en el nivel establecido. Además, los agentes pueden leer rápidamente (y en forma diaria) la señal que quiere enviar el BCU y ayuda a desarrollar mercados de renta fija.
4- Ahora, como la economía uruguaya está en recesión por el efecto del coronavirus, la tasa de interés que fije el BCU no va a ser contractiva desde el inicio. Es decir, la tasa de interés seguirá marcando una política monetaria que en el muy corto plazo tiene como objetivo apuntalar la recuperación de la economía.
Esto implica que no haya problemas de liquidez, que el crédito fluya. “El cambio de instrumento, no cambia el talante” de la política monetaria, dijo Labat a El País. Es decir, la tasa de interés de referencia estará en el nivel que actualmente paga el BCU por las Letras de Regulación Monetaria (LRM, título de deuda que emite para quitar pesos del mercado). En lo que va de agosto, las tasas de las LRM a 180 días están en promedio a 7,13%, mientras que las que vencen a un año están en 8,09%. En torno a esos niveles debería estar la tasa de referencia.
5- Con un dólar que se debilita a nivel global porque la tasa de interés de referencia en Estados Unidos está en 0% -y se prevé que siga así al menos en los próximos dos años-, el riesgo es que el BCU tenga que fijar una tasa muy alta para ser contractivo y bajar la inflación, lo que alentaría el ingreso de capitales de corto plazo que pueden generar problemas (suba excesiva del peso y pérdida de competitividad de las exportaciones, es uno).
La idea del BCU es que cuando la crisis empiece a aflojar, ir subiendo la tasa en forma gradual y en la medida que la inflación vaya cediendo, la misma no debería ser tan alta que genere el ingreso de capitales especulativos.
6- El Comité de Coordinación Macroeconómica también resolvió impulsar una agenda de desdolarización de la economía de mediano y largo plazo, que ayudará a potenciar la política monetaria. Para ello es necesario tener una inflación más baja y apuntar a medidas como desarrollar mercados en pesos, de coberturas cambiarias y generar incentivos vía más diferencia de encajes (porcentaje de depósitos que los bancos deben inmovilizar en el Central) en moneda local y extranjera.