SITUACIÓN
¿Cuáles son las señales que ve el gobierno de recuperación de la economía uruguaya?
Ante inversores locales y extranjeros, el MEF señaló que “la baja y decreciente incidencia del coronavirus ha permitido una renormalización más rápida de las actividades comerciales y sociales”.Tras haber ingresado en recesión en el primer trimestre del año, la economía uruguaya tocó fondo en el segundo trimestre y empiezan a verse señales de cierta recuperación, pero hay sectores que siguen complicados y puede haber medidas para ellos.
Esa es la evaluación que hace el equipo económico de gobierno.
En el primer trimestre del año, el Producto Interno Bruto (PIB) se contrajo 1,6% frente al último trimestre de 2019. A su vez, como en el último trimestre de 2019 había bajado 0,7% respecto al tercer trimestre, la economía entró en recesión.
El impacto de las medidas para contener la propagación del coronavirus llevará a una mayor caída del PIB tanto desestacionalizada como interanual en el segundo trimestre. Pero, dentro de este segundo trimestre ya se empiezan a ver señales positivas.
A diferencia de otros países del mundo, Uruguay no tiene un indicador mensual de actividad. En el gobierno se utilizan varios indicadores indirectos para evaluar lo que ocurre: consumo de energía eléctrica, demanda de combustibles, entre otros y últimamente los Informes de Movilidad Local sobre el COVID-19 de Google. Estos últimos muestran una mejoría en la movilidad cercana a lugares de trabajo y comercios.
En una presentación ante inversores locales y extranjeros para explorar una posible emisión de deuda global, el Ministerio de Economía y Finanzas señaló que “la baja y decreciente incidencia del virus ha permitido una renormalización más rápida de las actividades comerciales y sociales”.
En ese sentido, graficaron con indicadores de demanda de electricidad (que empezaron a mostrar crecimiento respecto a igual período del año pasado a fines de mayo) y de combustibles (que muestran caídas menores respecto al año pasado que las que tuvieron a mediados de abril). “Los indicadores sugieren que la tendencia bajista de la economía puede haber tocado fondo, y una recuperación gradual está en marcha”, señaló la presentación del Ministerio de Economía y Finanzas.
“Hay cierta recuperación, la economía parece haber salido del pozo”, si bien todavía hay “incertidumbre” sobre cómo seguirá la reactivación, dijo a El País una fuente del gobierno.
Somos “relativamente optimistas”, agregó.
Todas las semanas, los líderes del equipo económico (el director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, Isaac Alfie, la ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche y el presidente del Banco Central, Diego Labat) se reúnen para evaluar distintos aspectos de la economía.
La evaluación que hacen en el equipo económico es que empiezan a verse señales consistentes de que “lo peor” habría pasado.
Un dato clave es el de beneficiarios de seguro de desempleo y de enfermedad. En mayo el Banco de Previsión Social (BPS) pagó unos 205.000 subsidios por desempleo, en régimen común y parcial, y unos 75.000 por enfermedad, lo que suma unos 280.000 beneficiarios. El lunes el presidente del BPS, Hugo Odizzio, dijo que se observó “en junio un descenso en la cantidad de beneficiarios” de ambos subsidios, que estimó “entre 10% y 15%”.
La lectura que hacen a nivel de gobierno de ese dato es de una incipiente reactivación de comercios que lleva a que algunos que estaban en seguro de paro vuelvan a trabajar.
Otro factor clave para evidenciar esa recuperación es que “la cadena de pagos se sostuvo razonablemente bien”, indicó a El País una fuente de gobierno. Para ello, hubo medidas del Banco Central (BCU), del gobierno y el accionar de los bancos.
Pero, hay sectores de la economía que preocupan por la falta de demanda. En el gobierno se piensan en “medidas complementarias”, agregó el informante.
En ese sentido, como había adelantado El País el pasado 15 de mayo, habrá un fondo específico para dar garantías de crédito a empresas grandes. Actualmente el Sistema de Garantías (SiGa) que funciona bajo la órbita de la Agencia Nacional de Desarrollo es para pequeñas y medianas empresas.
“Vemos que falta un nicho de atención a empresas de mayor porte, esperemos en los próximos días (poder) estar dando los detalles”, dijo Arbeleche la semana pasada.
A eso se sumará una flexibilización de las condiciones que establece el decreto reglamentario de la ley de Inversiones para otorgar beneficios fiscales a las empresas.
Para el tercer trimestre, en el equipo económico esperan que las señales de recuperación se consoliden cuando empiecen a crecer las obras de construcción de la segunda planta de UPM y sus aledañas, sumado a la vuelta de las clases presenciales en la educación primaria y secundaria lo que mueve otros sectores (transporte, combustibles, alimentos). Si bien ese tercer trimestre ya marcará un crecimiento del PIB respecto al segundo trimestre, todavía estará por debajo del tercer trimestre de 2019.
A nivel del gobierno se espera que en el último trimestre del año se visualicen los mismos niveles de actividad que en el último trimestre de 2019.
No obstante, en el Poder Ejecutivo tienen claro que hay factores que no dependen enteramente de lo que haga Uruguay: la demanda de exportaciones de bienes y servicios se ve afectada por cómo controlen la pandemia del coronavirus los principales socios comerciales.
Las medidas para dar aire
“Los motores de la economía son el sector productivo” y el foco de las medidas del gobierno ha estado especialmente puesto en “inyectar toda la liquidez que sea necesaria para las empresas”, principalmente en las micro, pequeñas y medianas (mipymes), con el objetivo de que el problema de liquidez no se convirtiera en un problema de solvencia que llevara al cierre de firmas, dijo la ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche la semana pasada. En ese sentido, el Banco Central tomó una medida que le puede liberar a los bancos hasta $ 14.000 millones (US$ 318 millones) que tienen inmovilizados en el Central (encaje) y permitió que los bancos ofrezcan dar más plazos de pago en deudas sin necesidad de recategorizar clientes.