¿Qué análisis hace y qué riesgos ve el BCU para la economía uruguaya?
El Comité de Política Monetaria (Copom) publicó una minuta de la reunión realizada la semana pasada
El Banco Central del Uruguay (BCU) ratificó la semana pasada por unanimidad de los miembros de su directorio la decisión de asegurar la liquidez en medio de la pandemia del coronavirus, reafirmó su compromiso con la reducción de la inflación e informó cambios en la frecuencia y comunicación de sus instancias de política monetaria. Así lo informó la autoridad monetaria luego de la reunión (virtual) del Comité de Política Monetaria (Copom).
Este martes el BCU publicó por primera vez una minuta de la reunión celebrada el pasado 16 de abril, en la que se presenta un análisis ampliado de la coyuntura, sobre el que se basan las decisiones adoptadas por las autoridades.
En el capítulo dedicado a la economía doméstica, se señala que las proyecciones de corto plazo estiman una caída interanual de la actividad para el primer trimestre de 2020 como consecuencia de los primeros efectos del covid-19.
Además, el análisis de los integrantes del Copom da cuenta que para 2020 la actividad económica enfrenta efectos contractivos como consecuencia del shock originado por la emergencia sanitaria, mientras que hay otros que estimulan el crecimiento. Entre ellos se incluye el efecto de las obras de la nueva planta de celulosa y del ferrocarril central, además de los efectos amortiguadores de las medidas fiscales. “En este entorno el tipo de cambio real estaría muy cercano a su nivel de fundamentos”, dice la minuta.
Por otro lado, el Copom consideró que el principal riesgo a monitorear está vinculado a una extensión mayor a la prevista de los efectos de la pandemia en el plano productivo, financiero y sanitario. “En ese sentido, cuanto más tiempo se demore en salir de esta situación, la reactivación será más lenta”, dice la minuta que enumera las medidas adoptadas por el BCU complementarias a las del gobierno, como la reducción de los encajes denominados en moneda nacional y unidades indexadas, la extensión de plazos de vencimientos al crédito del sector no financiero afectado por la emergencia sanitaria, y el incremento del cómputo de las garantías del Fondo SIGA Pymes.
Dentro del análisis de política monetaria, se recuerda que en el conjunto del primer trimestre de 2020 el peso uruguayo se depreció 6% en promedio respecto al último de 2019 y mostró un comportamiento que no difirió “sustancialmente” del registrado por las monedas de la región y otras emergentes de referencia.
En el análisis mensual, se indica que hasta febrero de este año el peso se apreciaba respecto del promedio del trimestre anterior, lo que llevó a que el BCU mostrara una tónica compradora de dólares. Sin embargo en marzo, ante la alta incertidumbre global por la crisis del coronavirus, el valor del dólar presentó fuertes presiones al alza y acumuló una suba de 15% al cierre del mes, al tiempo que exhibió una volatilidad tres veces mayor que la del periodo previo. Eso llevó a que el BCU interviniera para evitar volatilidades excesivas, vendiendo US$ 140 millones en el mercado spot. Como resultado, en la suma del trimestre el BCU realizó compras netas por US$ 200 millones.
Además, las autoridades señalaron que en el primer trimestre del año se siguió observando mayor preferencia por la moneda extranjera a nivel del sector no financiero. Los depósitos de residentes se aceleraron, los bancos aumentaron su posición y los fondos de ahorro previsional se mantuvieron muy cercanos al tope de su posición en moneda extranjera, se indicó.
En el capítulo sobre inflación se consideró el aumento en el trimestre que la ubica en 9,2% a marzo, con un fuerte impulso por parte de los bienes transables internacionalmente, sobre todo asociado al aumento del tipo de cambio. “Si bien el escaso dinamismo de la actividad económica mitigaría las presiones inflacionarias, se considera adecuado que la política monetaria mantenga una posición que permita incidir positivamente sobre el proceso de formación de expectativas”, dice el análisis del Copom.
La minuta dice textualmente que “se entendió conveniente que la instancia de política monetaria tome en consideración la actual situación de corto plazo en materia económica, asegurando la liquidez y que no existan restricciones en el mercado de dinero, al tiempo que garantice los esfuerzos para alcanzar los objetivos inflacionarios una vez superada dicha situación”.
Agrega que la senda monetaria implica un mantenimiento del nivel de tasas de interés nominales durante el próximo trimestre respecto al nivel que exhibieron en marzo.
“En este marco, se anuncia un aumento interanual indicativo del (agregado monetario) M1’ de 3%-5% para el segundo trimestre de 2020. Posteriormente, hacia el final del horizonte de política el M1’ convergería a tasas de variación consistentes con una inflación dentro del rango meta (entre 3% y 7%) y actividad económica cercana a su nivel potencial”, dice el texto.