NOTA DE TAPA
Patricia Wolf luego de reunirse con Lacalle Pou: "Lo que me interesa es la salud"
La conductora y modelo desarrolla cada día más su activismo por temas ambientales y sanitarios. Fue parte de una comitiva que le pide al presidente la anulación del contrato con UPM.
—¿Cómo estás llevando la cuarentena?
—Bien. Tiene sus etapas. Habíamos viajado a México para celebrar el aniversario de casadas y todo se precipitó en pocos días. Cuando nos fuimos dudamos un poco, en ese momento no estaba instalado el virus de este lado del mundo.
Pero estando allá comenzamos a enterarnos de las noticias y decidimos adelantar el regreso. Aunque México no estaba entre los países de riesgo, volvimos e hicimos una cuarentena voluntaria para protegernos y proteger a los demás. Tanto a la ida como a la vuelta llevamos mascarilla y la gente se reía de nosotras en el aeropuerto.
—Volvieron a mediados de marzo, ¿desde entonces no salen?
—Exacto. Estamos tomando todos los cuidados. Yo no voy ni al supermercado. Hacemos pedidos y tratamos de no comprometer a nadie. Mi única salida fue la semana para la reunión con el presidente.
—Fuiste parte de una comitiva integrada además por Gustavo Salle, César Vega, Eduardo Lustt que acudió a Presidencia a pedir la anulación del contrato con UPM...
—Así es, sí. Yo formo parte del Movimiento Ciudadano UPM 2 NO desde sus inicios prácticamente. A medida de que fui teniendo más información del tema, me involucré cada vez más. He sido moderadora de varias mesas de asambleas. A su vez, el grupo formó la Comisión Nacional por un Uruguay Soberano. Cuando se generó la reunión con el presidente, la Comisión me propuso para acudir a la reunión como representante del movimiento.
—¿Cómo fue naciendo en ti el interés por estos temas?
—Siempre me interesaron los temas de salud y medio ambiente. Quizás activamente empecé el día que escuché a Rodrigo García Píngaro, de la Organización para la Conservación de Cetáceos, hablar en una radio de Maldonado de los problemas que traía la creación de un puerto chino en Rocha. Ahí empecé a hablar de eso públicamente y pronto me uní, como madrina, a la campaña OceanoSanos, que fue apoyada por muchos artistas del medio incluyendo a Jorge Drexler y Agustín de Márama. Luego, en octubre del año pasado, por invitación de Presidencia, fui parte de una mesa de comentaristas en el lanzamiento del Plan Nacional Ambiental para el Desarrollo Sostenible. Di mi parecer sobre algunos temas, entre ellos, el problema de Montevideo como puerto pirata y la pesca ilegal, el uso de agrotóxicos y la ley de riego que implica la privatización del agua, entre otros. Ya como parte del Movimiento Ciudadano fui moderadora de una la mesa de expositores en el Club Atenas a la que acudieron todos los partidos menos el Frente Amplio. Los invitamos pero no vino nadie. En ese rol fui quedando y soy, además, secretaria de mesa en las asambleas.
—¿Cómo se gestó la reunión con el presidente?
—La Comisión Nacional por un Uruguay Soberano, de la cual formo parte, le había dirigido una carta al presidente, en la que se le pedía la suspensión del contrato por la pandemia y el decreto de emergencia sanitaria. El presidente se comunicó con nosotros a través de César Vega, que también forma parte de la Comisión, y tuvo la amabilidad de recibirnos, algo que valoramos sobre todo considerando el contexto de crisis que atravesamos. Soy consciente de que mi presencia pudo haber llamado la atención. La gente se preguntaba “¿qué hace Patricia Wolf en esto?”. Yo fui como ciudadana preocupada porque las cosas cambien y para que este tema se visibilice. Para mí es una actitud política pero no partidaria. No me identifico con ninguna ideología. Tampoco me importa destacarme personalmente, sino que el tema tome notoriedad pública y que la gente se informe. Soy una herramienta nada más.
—¿Con qué sensaciones te quedaste de la reunión?
—La reunión en sí fue buena. Dijimos todo lo que teníamos para decir. Lacalle Pou nos atendió con mucha cordialidad. Le estamos muy agradecidos pero todavía hay que ver qué pasa. En la reunión dijo que tomaba nota de todo lo que le estábamos diciendo y nos agradeció que hayamos ido con esa preocupación. El tema fue el día después.
—Al otro día en conferencia de prensa aseguró que el contrato con UPM seguiría en pie...
—Lo que yo entendí de su respuesta fue que, ante esta emergencia sanitaria, social y económica, él prefiere priorizar a UPM entregándole más de 4.000 millones de dólares. Esa fue mi interpretación, aunque espero estar equivocada. Al decir que el contrato sigue adelante, es lo que interpreto. De hecho, al otro día de nuestra reunión, UPM se reunió con representantes de la Presidencia. No sé si fue para darles un tirón de orejas o qué... pero ocurrió esa reunión y parece mucha coincidencia. A mí lo que me hace pensar todo esto es que en Uruguay gobierna UPM más que nadie.
—¿Qué argumentos manejaron ante el presidente en contra de UPM?
—El primer argumento y más urgente fue que, en este panorama de emergencia sanitaria que vive el país, Uruguay no puede hacer una inversión de miles de millones de dólares para construirle un tren y dos zonas francas a esta empresa. Como el mismo contrato, en su cláusula 7, prevé la suspensión del mismo en caso de desastre natural o pandemia, es lo que solicitamos.
—Hasta el 13 de abril, el gobierno tiene plazo para suspender el contrato por esa cláusula. ¿Tienen esperanza de que lo haga?
—Vamos a ver... Como el presidente dijo que el contrato va a seguir adelante, las ilusiones no son muchas. También ha dicho que quiere renegociar algunos aspectos, porque hasta él en su momento peleó contra el contrato. Creo que lo va a intentar y quizás logre algunos avances. Ahora la pelota está en su cancha. Me gustaría que el contrato se anulara pero al parecer no es su intención hacerlo.
—En redes sociales, además de la sorpresa por tu participación en la reunión también hubo críticas.
—No a todo el mundo le gustan mis opiniones. He escuchado gente que me pregunta: "Vos, porque estás acomodada y no te importan los puestos de trabajo que pueden surgir".
—Es una buena pregunta, sí...
—Mi respuesta es sencilla. Uruguay va a invertir 4.000 millones de dólares en la creación de un tren y dos zonas francas. Si suponemos que van a ser 4.000 los empleados de UPM, ¿vamos a estar invirtiendo un millón de dólares en cada puesto trabajo? Además, esos son puestos no calificados y temporales. Van a durar dos años por la obra y luego, los puestos de trabajo calificados son para los extranjeros, para los técnicos que vendrán a operar la planta. Aparte de todo esto, el impacto social tiene muchos efectos negativos, entre ellos el fomento a la prostitución clandestina, con menores inclusive. Pasó en Fray Bentos. Al instalar, 4.000 hombres en un lugar lejano a trabajar pasan inevitablemente estas cosas. Además, cualquier otra actividad agropecuaria da más ocupación que el monocultivo. Porque los montes de eucaliptos se manejan con máquinas y muy pocas personas. Un solo trabajador corta 400 árboles. En cambio, la lechería, la granja, la vitivinicultura hasta la ganadería vacuna o los lanares tienen una tasa mayor de empleo que la forestación. No se entiende por ningún lado todo esto, más allá de que haya otros intereses que nosotros no conocemos en su totalidad.
—¿Iniciaron una campaña de recolección de firmas?
—Sí, apuntamos a una reforma constitucional que anule el contrato y limite las potestades de los presidentes para hacer este tipo de negocios a espaldas de la ciudadanía. Aspiramos a que este tipo de negocios pasen por el Parlamento y requieran de mayorías especiales. Este contrato se negoció a puertas cerradas y nadie tenía idea de sus características hasta mucho después de firmado. Es un contrato que excede a los cinco años de mandato, en este caso el de Tabaré Vázquez. Un presidente no puede firmar un acuerdo con un privado que exceda a su período. Tabaré nos comprometió por 50 años a pagar las deudas generadas por las obras.
—No es común que una comunicadora tenga una posición tan "jugada" en un asunto político y económico. ¿Qué costos ha tenido para ti?
—He recibido mucho apoyo y agradecimiento de la mayoría de las personas. Eso hay que decirlo. La gente se informa cada vez más y nuestro movimiento está creciendo. Es cierto que no falta quien ataca con insultos o me dice: "Pero tú sos modelo". En realidad, la gente que me insulta no hace más que poner de manifiesto sus propios prejuicios y que no tiene argumentos para atacar el tema en sí. He visto mucha gente enojada porque el Frente Amplio fue la fuerza política que aprobó el matrimonio igualitario, entonces me tengo que quedar callada. Quizás muchos esperan de mi frivolidades o que haga publicaciones mostrando el cuerpo... que me limite a ser modelo y callarme la boca. Lamento mucho si eso es lo único que quieren ver de mí. Pero no va conmigo. Me considero una ciudadana responsable a la que le importa, especialmente, la salud de todos.
—En estos tiempos de coronavirus, ¿sos de las cacerolea o de las que aplaude?
—Aplaudo a los trabajadores de la salud. A nivel político ninguna de las dos cosas. Estoy atenta a lo que pasa. Me duele que en estos momentos nos pongamos a criticar. Quizás parece contradictorio porque yo estoy criticando cosas, pero lo hacemos porque tenemos una fecha límite, y sobre un tema que viene de antes. Pero sobre la emergencia nacional, creo que todos tenemos que tirar para adelante y apoyar. En este momento, poner un palo en la rueda que perjudique al nuevo gobierno me parece un desastre.
—¿Cuál es tu situación de trabajo en el presente?
—Hay gente que se piensa que una tiene todo solucionado y no es así. Yo soy una persona que tiene una unipersonal y casi no estoy generando en la actualidad. Si bien tengo una vida de la que no puedo quejarme y no me falta nada, en este momento estamos muchos de nosotros en un momento muy incierto. No me quejo y trato de mirar las cosas con el mayor optimismo pero es un momento de gran incertidumbre.
—¿Qué vas a hacer con la unipersonal? Hay quienes las están cerrando...
—Todavía sigo trabajando a pasar de todo. Hay marcas con las que sigo trabajando en redes sociales básicamente. Pero de todos modos la incertidumbre está instalada. La gente está tratando de salvar las empresas y muchas están recortando sus inversiones publicitarias.
—La cuarentena hace que la vida se concentre en las casas. Para el caso de tu familia, ¿cómo llevan la convivencia?
—Estamos muy bien. Mi hijo Dani está con nosotras, estudia Comunicación y sigue con sus clases on line desde casa. Agus trabaja en la empresa a distancia y creo que más que antes. Yo tengo un poco más de tiempo o no tengo horarios estructurados. Y estoy cocinando muchísimo.
—¿No tenés temor de subir de peso?
—No. Es increíble cómo estoy comiendo de todo pero veo que no engordo porque uso ingredientes sanos. Quizás tenga algún kilo de más. Tengo que empezar a hacer las clases de Cata Ferrand por Instagram. Estamos tratando de mantener el ánimo y de mantenernos ocupados. Hay que tener paciencia.