CONSTRUCCIÓN Y FAENA
Distancias mínimas y lavado de manos: el estricto protocolo para retornar al trabajo
Empresas y trabajadores deberán seguir un protocolo estricto que incluye una inducción informativa, mantenerse a un metro de distancia de los compañeros y establecer rutinas para el lavado de manos.
Cuando el próximo lunes los obreros de la construcción vuelvan al trabajo tras casi tres semanas de licencia especial, recibirán a primera hora “una inducción informativa” sobre las medidas que se deben adoptar debido al COVID-19.
Esa explicación debe hacerse “sin aglomeraciones y con distancia entre las personas”. Y las medidas van desde mantenerse siempre a un metro de los demás compañeros hasta establecer rutinas para el lavado de manos.
Eso dice el protocolo con recomendaciones para el retorno a las obras, firmado la semana pasada por el sindicato de la construcción, las cámaras empresariales y el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.
Lo mismo sucede en otras áreas. En los últimos días también se firmaron acuerdos en los supermercados y los importadores y están en proceso protocolos en los frigoríficos, el transporte de carga, transporte colectivo interdepartamental y la pesca, dijo a El País el director nacional de Trabajo, Federico Daverede. En varios de esos sectores el tema sobre la mesa es cómo se actuará cuando aparezca el primer caso de COVID-19 en una empresa.
Algunos sectores, como la pesca, tiene algunas peculiaridades. “El pescador se sube al barco y está 10 o 30 días y después vuelve. ¿Qué pasa en esos casos? Entonces estamos trabajando en la previa de que el trabajador se embarca”, explicó Daverede.
En la construcción, el próximo lunes cada obrero firmará un formulario donde declara su estado de salud y si estuvo en contacto con un infectado. Según el protocolo, los obreros deben estar siempre a al menos un metro de distancia. Si eso no es posible, se recomienda que las personas que puedan considerarse público de riesgo o presentar problemas respiratorios, usen tapabocas.
Las empresas que transportan al personal deben tener en cuenta que adentro de cada vehículo los trabajadores también tendrán que mantener un metro de distancia. Deberá viajarse de ventanillas abiertas.
Se implementarán rutinas para el lavado de manos. Los vestuarios y baños deberán tener agua potable y jabón y, si eso no es posible, alcohol en gel. Además, deberán ser desinfectados con hipoclorito al 0,1% o similar, antes del ingreso del personal, después del almuerzo y al finalizar la jornada.
En los vestuarios y comedor el personal también deberá estar a una distancia de al menos un metro. De no ser posible, deberá haber turnos o instrumentar otros lugares improvisados en el predio.
Si un trabajador tiene síntomas, se recomienda que se quede en su casa. Si los síntomas aparecen durante la jornada, se entregará una mascarilla y deberá irse.
Protocolo en frigoríficos.
Ayer hubo una reunión en el Ministerio de Salud Pública (MSP), donde también participaron representantes del Ministerio de Trabajo, de las cámaras y los trabajadores de la industria frigorífica.
El MSP presentará hoy a las partes un borrador del protocolo, enfocado al camino a seguir si hay un caso de un trabajador con COVID-19 en una planta. Entre otros temas, se establecerán los tiempos de cuarentena obligatoria, a quien se da aviso y bajo qué amparo legal queda el trabajador o el grupo de trabajadores involucrados. “Hay que dar certezas. ¿Esa persona queda amparada en seguro médico o seguro de paro? ¿Qué pasa con los que separaron y dan negativo? ¿Y con los días de trabajo que pierden?”, explicó Marcelo Secco, presidente de la Asociación de la Industria Frigorífica del Uruguay (Adifu).
En casi todas las empresas ya se aplican medidas concretas desde hace varias semanas. “Se regula desde el uso de los vestuarios a los comedores”, dijo a El País el presidente de la Cámara de la Industria Frigorífica, Daniel Belerati. ¿Y se usa mascarilla protectora? “En realidad es de uso corriente en la industria, usamos cientos de miles todo el año, haya o no coronavirus. Hay un solo problema: faltan en el mercado”.
Algo similar sucede en el sector de las curtiembres, sobre todo en Paycuero, donde trabajan unos 700 empleados en Paysandú. Además de más bebedores y alcohol en gel, toman la temperatura antes de entrar: si alguien tiene más de 37,5 grados va al médico. El secretario general de la Unión de Obreros Curtidores (UOC), Carlos Bico, dijo a El País que hay un problema operativo: “En algunas máquinas es imposible trabajar a la distancia de dos metros”.
¿Y si un empleado tiene COVID-19?
El sector de los supermercados fue de los primeros en firmar un protocolo. Allí se estableció que solo debe entrar un cliente por grupo de compra, que los empleados usen tapabocas y guantes, que los clientes deben estar a un metro de distancia en las cajas, así como mantener distancia en sectores como carnicería y fiambrería, entre otras medidas. Por estos días, se negocia un nuevo borrador que define los pasos si hay un trabajador contagiado.
“Entendemos que no solo se debe cerrar el sector. En los supermercados todos tienen contacto con todos”, dijo a El País el dirigente de la Federación Uruguaya de Empleados del Comercio y Servicios (Fuecys) Carlos Baiz. Para el sindicato, la medida de cerrar una sección se podría aplicar solo en supermercados muy grandes. “En la mayoría de los casos debería cerrarse todo el local y desinfectar”, afirmó Baiz.