spalda ancha pouLa “espalda ancha” de Lacalle y las cinco prioridades del comienzo

A Luis Lacalle Pou le importa muy poco lo que digan las encuestas. No será algo a lo que le preste demasiada atención durante su mandato, según transmitió a sus allegados, ni que lo condicione para tomar las decisiones que considere correctas o necesarias. Muchas veces un presidente puede verse limitado a adoptar determinadas medidas para no afectar su popularidad bajo el entendido que si tiene menos respaldo popular luego podrá hacer menos cosas o viceversa.

El comienzo de su gestión desde el punto de vista de los sondeos es muy bueno porque lo muestra con indicadores positivos. Con “espalda ancha”, como dijo el director de opinión pública de Opción Consultores, Rafael Porzecanski a El Observador.

“Si bien el voto en primera vuelta fue de 29%, con el voto de segunda preferencia sumó unos 20 puntos más y hoy 52% de la población cree que su gestión será buena o muy buena”, dijo el experto.

Según una encuesta de Equipos, divulgada por Búsqueda, el 53% de la población aprueba el desempeño de Lacalle desde que fue electo. “Hay una carta de crédito por casi la totalidad de los votantes de la coalición multicolor, pero también por una parte importante de los votantes del Frente Amplio”, dijo allí su director Ignacio Zuasnabar.

Este domingo comienza un nuevo período de gobierno y hay varios asuntos que serán una papa caliente, sea por la realidad que recibe la nueva administración o por la agenda y los cambios que la coalición quiere imponer, ya que en en algunos casos se puso el listón muy arriba.

Los buenos números que dan Porzecanski y Zuasnabar para Lacalle también tienen otra cara: las expectativas hay que cumplirlas. Y desde el lunes, la arena del reloj empieza a caer. Algunas de esas necesidades son urgentes y por tanto la arena, si se acumula, puede volverse pesada.

Aquí los cinco desafíos más importantes/urgentes que tiene el gobierno que comienza y qué margen de acción tiene en cada caso.

1- La seguridad

Fue el gran tema por el que la oposición horadó al gobierno del FA durante los últimos años. Fue un asunto muy fuerte de campaña y con promesas de cambio radical en el mercado de las señales, aunque no necesariamente en cuestiones prácticas. La seguridad es un asunto clave por el que se medirá al gobierno en los primeros meses. El presidente es consciente de ello y por eso se fijó una reunión con todos los jefes de Policía el lunes 2 a la misma hora que asumirán varios de sus ministros.


No se trata de un área en la que con acciones simples haya resultados garantidos y a la vez a corto plazo. Por más voluntad política, o por más respaldo que se le dé a la Policía, eso no garantiza resultados inmediatos.

Y no solamente necesita resultados concretos (que bajen las cifras de los delitos), sino también que la gente se sienta más segura, dos elementos que no necesariamente van de la mano.

“En el manejo de la seguridad pública el gobierno entrante tiene las mayores expectativas de parte del público, lo cual es un desafío fuerte y también es una doble oportunidad, en términos de resultados y de comunicación”, dijo Zuasnabar.

¿Qué quiere decir eso? Que además de mejorar los indicadores deberá poder comunicar bien sus logros, algo en lo que falló la gestión de Eduardo Bonomi. Para ello Jorge Larrañaga llevará como director de la Unidad de Comunicación del ministerio a Juan Manuel Romero, un joven profesional destacado del ámbito de la comunicación corporativa. Los desafíos de Larrañaga y de Romero son gigantes.

También el de Lacalle. El nuevo presidente dejó muy claro en toda la campaña que él será el principal responsable en seguridad. “Quiero hacerme cargo”, repitió por todo el país.

El área de la seguridad, a la vez, es la más riesgosa para asumir este tipo de compromiso con la ciudadanía. Cualquier noticia dramática en esa área, que inevitablemente ocurrirá, le restará puntos.

Puso el listón muy alto.

2- El déficit

El gobierno asume con un compromiso a varias puntas de reducir el déficit fiscal. Hoy conoceremos el dato de enero, nivel con el que entregará el Frente Amplio las cuentas públicas. Cerrado al 2019 fue de 4,7% del PIB (sin contar el efecto cincuentones). Es seguro que seguirá como uno de los más altos de las últimas dos décadas, razón por la cual es imprescindible que se cumpla el compromiso con la ciudadanía en la campaña y con las calificadoras de riesgo posteriormente. Lo único seguro es que cumplirlo tendrá efectos que le minarán parte de ese capital político con el que empieza.

Si cumple con los recortes de US$ 900 millones que Lacalle anunció, habrá conflictos en el Estado. Pero si no lo hace (en el documento de la coalición no aparece esa cifra), estará incumpliendo una de las promesas más importantes de la campaña, a la vez que dará una mala señal a las calificadoras que evaluarán el grado inversor uruguayo.

Por otro lado, si no puede cumplir a mediano plazo con alguna rebaja en las tarifas, tal como prometió, tendrá un costo político. Dos hechos le pondrán las cosas más difíciles aún: el gobierno saliente y la demora en definir quiénes ocuparán los entes. Los jerarcas que quedan hasta que se voten las venias de los nuevos directores de los entes pueden complicar la idea de Lacalle de subirlas desde el 2 de marzo. Esta modificación en las tarifas la debió ejecutar Tabaré Vázquez en enero, pero decidió postergarlo para un estreno con malas noticias de Lacalle.

El otro elemento que el gobierno deberá atender es el de la seguridad social. El BPS paga todos los meses más de lo que logra recaudar. Por eso la caja del Estado (rentas generales) debe auxiliar al banco cada año con dos puntos del PIB y una porción de lo que se recauda por IVA. Por más que ajusten las cuentas públicas, si el nuevo gobierno no encara de forma urgente este asunto, Uruguay volverá a tener problemas con el déficit a corto plazo. En la única reunión que tuvieron todos los ministros antes de asumir, Pablo Mieres e Isaac Alfie propusieron adelantar el debate sobre la seguridad social que plantea dar este gobierno.

3- Inversión, empleo y menos carga al emprendedor
“Aflojarle la cincha al que emprende”. Esas palabras fueron usadas por Lacalle Pou durante la campaña como promesa de algunas medidas que tomaría desde el 1° de marzo. ¿El objetivo? Promover la inversión y de esa manera recuperar muchos de los puestos laborales perdidos.

Este asunto también será importante. El empleo, de acuerdo a los estudios de opinión pública, es el segundo tema que más preocupa luego de la seguridad. A la vez los empresarios (grandes, chicos, medianos) piden alguna ayuda para no tener que sacrificar más puestos de trabajo.

Una reducción en las tarifas en el corto plazo que reduzca los costos del empleador es impensable por el déficit fiscal, pero también eso es parte de las promesas.

Pero el gobierno necesita cerrar su primer año con una mejora en el crecimiento de la economía. Si bien Uruguay arrastra su mayor racha de crecimiento, en los últimos años esa tendencia fue mucho más lenta, estancada, casi tocando la recesión.

Con la inversión de la nueva planta de UPM el nuevo gobierno tendrá una bocanada de aire, pero para lograr mayor crecimiento necesita mayor inversión. Y para ello son tan importantes las señales como las medidas concretas que pueda aportar.

4- LUC + presupuesto = conflictividad
Con más o menos cosas. Yendo más a fondo o un poquito menos en algunos de sus planteos. Pero sea como sea, la ley de urgente consideración va a ser aprobada. Los partidos que integran la coalición multicolor están comprometidos a hacerlo.

Pero tan seguro como eso es que la ley traerá conflictos.

Si a eso se suma que se aprobará en el mismo año en que se vote el presupuesto quinquenal, es de esperar que 2020 sea un año muy conflictivo.

Lacalle pondrá a prueba su poder de negociación. Tanto él y su equipo, como el PIT-CNT, han dado muy buenas señales de madurez. Veremos hasta cuando mantienen este clima, propio de una luna de miel.

5- Educación

Con Pablo Da Silveira a la cabeza desde el Ministerio de Educación, secundado por Robert Silva desde la ANEP, el nuevo gobierno está decidido a romper con algunos esquemas de un sistema educativo que ha logrado resultados muy magros.

Pero sus planes se chocan de frente contra las corporaciones docentes.

En este terreno se va a jugar otra de las batallas claves de este año para el nuevo gobierno y la muestra ya fue dada por los docentes, que marcaron sus primeros paros a un gobierno que no asumió y una ley que aún no entró al Parlamento.

Diario EL OBSERVADOR - Montevideo  - URUGUAY - 29 Febrero 2020