“Contexto mundial y UPM II encaminan al dólar en dirección de debilidad”
El corredor de bolsas y director de la firma Urraburru & Hijos explicó que la debilidad no implica una caída de la moneda norteamericana, pero sí una estabilidad.
La economía nacional e internacional comenzó el año con muchas interrogantes que generan expectativas en el corto plazo en los mercados financieros.
A nivel local, el país está experimentando una transición política y todavía no se conoce la política cambiaria que aplicará el nuevo gobierno, además de recibir una inversión millonaria por la instalación de UPM II.
Mientras que en lo global, hay varios factores, de corto y mediano plazo, que están impactando en el comercio y frenan las proyecciones de crecimiento de la economía mundial, como es el caso de la guerra comercial entre Trump y Xi Jinping y los sucesos sanitarios en China.
El corredor de bolsas y principal de la firma Urraburu & Hijos, Ángel Urraburu, explicó a Rurales El País que en el cierre de 2019 se presentaron señales internacionales que parecieron afianzar el contexto, como la “posición de la Reserva Federal de Estados Unidos de no subir las tasas de interés en 2020, que están en un nivel bastante bajo, 1,50% y 1,75%, y genera un frente de estabilidad”.
Por otro lado, explicó que el inicio del año actual vino acompañado de noticias que “alteraron los mercados” y, en lo financiero, marcaron efectos a una misma dirección, una “corrida a favor del dólar desde los países emergentes” y “se ve un dólar más picado hacia arriba”.
Sin embargo, Urraburu destacó la referencia las tasas de interés de los bonos americanos a diez años, que están en “valores históricamente más bajos”, lo que implica una “aversión al riesgo y corridas a los activos más seguros”, por lo que “preocupan los efectos que pueda tener la incipiente epidemia sanitaria en los mercados más desarrollados”.
Por tanto, concluyó: “El panorama general se ve, a través de la flojedad de las tasas de la Reserva Federal, con un dólar medianamente flojo a nivel mundial en precio y una coyuntura específica de estos momentos, por la problemática sanitaria que apareció y no forma parte de los modelos económicos, de una alteración en el estado de ánimo de los operadores que genera nervioso a los mercados y lleva a la depresión la tasa de interés de los bonos norteamericanos y a una sobredemanda del dólar de los países emergentes”.
Urraburu comentó que el debilitamiento del dólar a nivel mundial, en este caso, “no implica forzosamente un afianzamiento del precio de las materias primas”, dado que el comercio mundial está afectado por la guerra comercial entre Estados Unidos y China, más allá del acuerdo preliminar fase uno. “El enfrentamiento sigue estando, a tal punto que los observadores del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial proyectan un crecimiento económico mundial más débil en el año actual, y se lo asocia a la escasez de comercio”, agregó.
Con mirada de mediano y largo plazo, Urraburru comentó que el contexto internacional sumado el ingreso de dólares por la instalación de UPM II van a encaminar al dólar en una dirección de debilidad. “No implica que baje pero si que se mantenga”, para eso “será clave conocer la política cambiaria del nuevo gobierno”, cerró.