En Uruguay desconocen el impacto de las plantas de celulosa de UPM
Así lo reveló un informe de un medio español que realizó un relevamiento sobre el impacto "verdadero" de la empresa Finlandesa en la región.
Las dos enormes plantas de celulosa instaladas en Uruguay durante los últimos 15 años han sido las mayores inversiones privadas en la historia industrial del país.
¿Cómo han impactado estas empresas extranjeras que llegaron pregonando riquezas y puestos de trabajo? El primer estudio independiente revela el entramado de conflictos que generaron
En Suramérica, solo cuatro países tienen plantas de celulosa: Chile, Brasil, Argentina y Uruguay, según el Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales. En Uruguay hay dos plantas funcionando, en 2020 comenzará a construirse una tercera: la más grande de la región.
Los más de 3 mil millones de dólares de inversión privada extranjera representan la mayor en la historia industrial del país. Según estimaciones del Gobierno uruguayo, el PIB crecería un 2,6 por ciento.
Sin embargo, un reciente estudio sobre el impacto de las dos plantas ya existentes reveló los pormenores de los conflictos que han generado, y cuestiona las ganancias obtenidas por las empresas a costo de la renuncia del Estado a cobrar impuestos.
También revela que la cantidad de puestos de trabajo que crearon no fue la que habían estimado, y evidencia que 12 años después de que empezó a funcionar la primera planta, el Estado no ha encarado un estudio sobre su impacto en la salud de la población.
En vísperas de la instalación de la planta más grande de Suramérica en Uruguay, el sociólogo Daniel Pena y la educadora popular Soledad Recoba realizaron el primer estudio independiente (del Gobierno y las empresas) sobre los impactos sociales y territoriales que estas plantas han tenido en Fray Bentos y Conchillas. Trabajaron bajo la coordinación del antropólogo Javier Taks, con fondos de la Fundación Rosa Luxemburgo y el apoyo de la Casa Bertolt Brecht, y en febrero de 2020 publicarán los resultados a los que Sputnik tuvo acceso.
UPM, LA PRIMERA PLANTA DE CELULOSA EN URUGUAY
En la localidad uruguaya de Fray Bentos, en las orillas del río que delimita la frontera con Argentina y lleva el mismo nombre que el país, desde noviembre de 2007 funciona UPM, la empresa finlandesa que ocupa el segundo lugar en producción de celulosa en Europa. En 2020 UPM construirá en Uruguay su fábrica más grande.
UPM tiene tres plantas de producción en su país; la que instalaron en Uruguay fue su primera en el exterior. Produce 1,3 millones de toneladas de celulosa al año, que se carga en barcazas desde la zona franca donde está la fábrica hasta el puerto de aguas profundas de Nueva Palmira, y luego en buques transoceánicos rumbo a Europa y Asia.
A mediados de 2019 el Gobierno uruguayo confirmó la instalación de una segunda planta de UPM, más grande que la anterior. Esta vez eligieron el pueblo Centenario, en el departamento de Durazno, en el centro del país. El Gobierno asegura que la planta en Fray Bentos “es la más controlada del mundo” y que “recientemente fue catalogada como una de las tres con mejor desarrollo medioambiental”. Dicen que la segunda funcionará igual.
UPM 2 producirá 2,1 millones de toneladas al año y costará 2.700 millones de dólares. En un comunicado la empresa asegura que, además, invertirá 350 millones de dólares en actividades portuarias en Montevideo e instalaciones locales en Paso de los Toros, una localidad a escasos kilómetros de Centenario.
El Estado financiará otras obras de infraestructura, como una red ferroviaria capaz de conectar la fábrica con los puertos y de paso transportar otros productos de exportación. El inicio de funcionamiento de la planta está programado para la segunda mitad de 2022.
En Conchillas, departamento de Colonia, desde 2014 funciona otra planta de celulosa, Montes del Plata, que surgió de la fusión de Arauco (Chile) y Stora Enso (Suecia- Finlandia). Produce 1,4 millones de toneladas de celulosa al año que también transporta a través del puerto de Nueva Palmira con Asia como destino principal.
Ambas plantas han generado serios conflictos sociales, laborales y de salud que hasta ahora no habían sido documentados por investigadores independientes del Gobierno y las empresas.
EL MITO SOBRE LA CREACIÓN DE PUESTOS DE TRABAJO
Los datos relevados por Pena y Recoba indican que en la fábrica de UPM trabajan 548 personas y en Montes del Plata 684. Además, UPM dice que generó 7 mil nuevos puestos de trabajo en toda la cadena forestal; 4.300 de ellas en puestos directos e indirectos. Montes del Plata indica que creó 4.070 empleos de forma directa e indirecta, unos 6.500 en toda la cadena.
Sin embargo, Pena dijo a Sputnik que “esos números que dicen haber generado no se ven en las estadísticas del Banco de Previsión Social (BPS)”. Los registros que analizaron los investigadores indican que no se cumplió lo prometido: entre 2007 y 2018 los puestos de trabajo en la cadena forestal se mantuvieron estables.
“Cuando se instalan las plantas crece levemente la cantidad de trabajadores, pero es muy leve, 90 personas en la pasta de celulosa, pero en el caso de la fase silvícola (viveros, plantaciones forestales, manejo de la forestación, cuidado y aplicación de agrotóxicos, la cosecha) no se nota un crecimiento”, indicó Pena.
El quid del asunto está en que cuando se instala la planta la cadena de producción ya está armada y funcionando. “La plantación forestal lleva más o menos unos 10 años en estar pronta para ser cosechada, eso quiere decir que cuando la empresa plantea que quiere construir, ya tiene el 70 por ciento de las plantaciones listas para cosechar”, explicó. Tal es el caso de UPM 2.
Pena hizo hincapié en que “hace dos años UPM planteó que tenía el 70 por ciento de la forestación pronta para una nueva planta: se ha mantenido forestando en expansión para una segunda planta, es decir que todos estos años hay puestos de trabajo que corresponden a la expansión y no solo al abastecimiento de UPM 1. Ahí cambia fuertemente la mirada en relación a la cantidad de trabajo que se genera”.
En conclusión, “a largo plazo, poner una planta de celulosa no genera más trabajos en la cadena forestal que los de la zona franca, específicamente en la industria”, sintetizó.
¿QUÉ PASÓ CON EL DESEMPLEO?
Los investigadores tampoco encontraron un cambio significativo en la tasa de desempleo en comparación a otras ciudades del interior del país. “Si bien baja, baja en paralelo al promedio de las otras ciudades”, dijo Pena. Además, señaló que “si miramos el desempleo en jóvenes, en los últimos años ha venido empeorando”.
Hoy UPM y el Gobierno anuncian que la segunda planta generará más de 10 mil empleos en toda la cadena de valor.
¿CÓMO SE TRABAJA EN LAS PLANTAS DE CELULOSA?
Hay quienes consideran que la llegada de las empresas mejoraron las condiciones de seguridad en el trabajo en la industria y la forestación, pero otros apuntan que, a la par, empeoraron las condiciones de las personas que no son contratadas directamente por la empresa (que representan a la gran mayoría).
La diferencia entre tercerizados y directos se ve en el sueldo, en las condiciones de trabajo, de seguridad. (…) Los trabajadores directos, que trabajan en la planta de celulosa, tienen excelentes condiciones laborales, de seguridad, de salario, de organización sindical. Sin embargo, cuando se pone foco en los tercerizados surgen un montón de situaciones de extrema precariedad, de condiciones de seguridad muy complejas”, indicó Pena.
Entre los principales conflictos laborales que los investigadores pudieron detectar en los trabajadores tercerizados están:
El desconocimiento del rubro laboral y del grupo de Consejos de Salarios al que deberían pertenecer. Por ejemplo, los trabajadores de los puertos están dentro del grupo de los que trabajan en la forestación. “Eso cambia un montón su régimen laboral y salario, y ha generado intensos conflictos”, advirtió.
La persecusión laboral. Algunos trabajadores tienen miedo a perder el trabajo y varios han sido amedrentados y amenazados de ser suspendidos después de haber realizado alguna declaración pública sobre las condiciones laborales. “Sintieron la intimidación y la persecución principalmente de Montes del Plata, pero también de UPM”, señaló Pena.
El investigador hizo hincapié en que las prácticas incriminatorias tienen consecuencias en múltiples ámbitos, y uno de ellos es la salud, lo que constituye otro de los conflictos laborales.
Ante accidentes laborales, los trabajadores se tratan en la policlínica de la empresa (es decir que los accidentes permanecen en el ámbito privado) y no los denuncian ante el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS).
Pena ejemplificó la situación con la historia de Francisco Boggi, un trabajador que lleva más de 10 años de pleito judicial contra UPM por graves quemaduras que sufrió durante la construcción de la primera planta. Boggi trabajaba para la empresa Isolanger en la construcción de UPM cuando se quemó con sulfuro de sodio en polvo que estaba volando por el aire.
Según las pruebas él afectado y 11 obreros más sufrieron náuseas, vómitos e irritación en la piel y en los ojos, y fueron llevados de inmediato a la policlínica de la empresa, después al hospital de Fray Bentos, donde está instalada la planta, y de Mercedes, una ciudad cercana.
La mayoría de los obreros fue dada de alta horas después, dos quedaron en observación y uno de ellos, Boggi, tuvo complicaciones graves.
El hombre intentó quitarse el químico con agua, pero fue peor, sus quemaduras en ambos brazos, parte del cuello y la cara se agravaron. Pero quizá las heridas sufridas no representaron el peor dolor; los médicos que lo atendieron fuera de la empresa le desaparecieron la historia clínica y negaban que lo hubieran atendido. Pero Boggi tenía las recetas y después ya no pudieron negarlo, aunque sí le cambiaron el diagnóstico: ya no eran quemaduras por sulfuro de sodio, sino que las heridas se las había generado él mismo, porque padecía de una enfermedad psiquiátrica que hacía que se rascara.
Boggi tuvo que ir a atenderse al Centro de Información y Asesoramiento Toxicológico en Montevideo, la capital del país, para que se pudiera corroborar la tergiversación de su diagnóstico. La empresa nunca se quiso hacer cargo de lo sucedido. Boggi comenzó un juicio que lleva 10 años y dos apelaciones de la empresa y dos peritajes en los que salió favorecido. Todavía está esperando el fallo.
¿CUÁNTO GANAN UPM Y MONTES DEL PLATA?
En 2018 la ganancia neta para UPM fue de 388 millones de dólares y de 277 para Montes del Plata. Pero las empresas no sólo ganan por lo que producen. Al estar instaladas en zonas francas, no tienen que pagar ninguno de los impuestos nacionales.
?Según datos proporcionados por los investigadores, en 2018 el Estado resignó 155,2 millones de dólares del Impuesto a las Rentas de las Actividades Económicas (IRAE). UPM fue exonerada de pagar 96,8 millones de dólares y Montes del Plata 58,3 millones.Los investigadores advierten que al acordar el régimen de zona franca para las plantas de celulosa, el Estado está evitando recaudar aproximadamente 425.392 dólares al día por el aporte de ambas empresas.
Una de las inversiones de Montes del Plata en Conchillas fue la restauración del Monumento Histórico Nacional Casa Evans, un edificio que a comienzos del siglo XX funcionó como almacén de ramos generales. Costó casi la mitad de lo que la empresa debería haber tributado por IRAE por día.
Con 15 días de tributo de UPM, se hubieran podido pagar los cuatro millones de dólares que aportó a la Universidad Tecnológica del Uruguay para la construcción del Instituto Técnico Regional en el predio del ex frigorífico Anglo en Fray Bentos.
El monto total que el Estado resignó en 2018 por no cobrar el IRAE equivale a más de la mitad del presupuesto del Ministerio de Desarrollo Social, a un tercio del presupuesto de toda la Universidad de la República, y a más que todo el presupuesto del Ministerio de Educación y Cultura.
?Respecto a la instalación de la segunda planta de UPM, el Gobierno uruguayo acordó con la empresa un pago de un canon de siete millones de dólares por año. A su vez, en agosto de 2019 Presidencia informó que la producción de UPM 2 aportará dos puntos porcentuales al Producto Interno Bruto y una recaudación tributaria de entre 120 y 170 millones de dólares anuales.
No obstante, esos tributos no serán sobre la renta, sino que la cifra se compone principalmente de los pagos de impuestos relativos a la seguridad social de los trabajadores, porque también se instalará en una zona franca.
¿CUÁL ES EL IMPACTO DE LAS PLANTAS DE CELULOSA EN LA SALUD?
Una de las principales conclusiones a las que llegaron los investigadores es que después de 12 años de la instalación de la primera planta de celulosa en Uruguay y de que el Gobierno y las empresas aseguren que no generan ningún impacto en la salud, ni públicos ni privados han realizado un estudio.
“No hay ninguna investigación en todos estos años sobre el posible impacto de las plantas de celulosa en la salud humana”, asegura el informe.
Lo que sí se ha constatado es que en la forestación las empresas utilizan agrotóxicos: fertilizantes, hormiguicidas y herbicidas en los primeros dos años de los 10 del ciclo forestal. Muchos de ellos han sido catalogados como potencialmente cancerígenos por agencias ambientales de Estados Unidos y la Unión Europea. Pena señaló que el Estado uruguayo no exige planes de monitoreo a las plantaciones autorizadas antes de 2005.
En 2015 Montes del Plata fue sancionada porque encontraron excedentes de contaminantes en el agua; el último informe público de la empresa es de 2017, pero está incompleto. Los informes de UPM de 2010 a 2017 también registraron excesos en algún parámetro de emisiones en agua o aire, algunos fueron sancionados. Los investigadores también señalan que no hay informes públicos de la finlandesa desde 2017.
Además, los referentes en Salud de ambas localidades señalaron a los investigadores un aumento de las enfermedades de transmisión sexual, principalmente en Fray Bentos donde, a diferencia de lo que pasó en Conchillas, se alojó la mayor parte de la mano de obra durante la construcción de la planta.
En ese período los técnicos también constataron un crecimiento de la prostitución y una intensificación de la actividad de las redes de explotación sexual y trata de personas. En el caso de Conchillas, hay relatos que indican que las trabajadoras sexuales llegaban en remises a uno de los establecimientos habitacionales donde se alojaban los trabajadores.
Se denunciaron casos de explotación sexual de menores de edad, y algunos no tuvieron las respuestas esperadas, indica el trabajo. “Es un tema tenso, costó mucho el relevamiento”, dijo Pena.
?A su vez, los investigadores publicaron en la página web de la Casa Bertolt Brecht otros conflictos que identificaron durante el período de construcción de ambas plantas.
Entre ellos se destacan que: si bien se dinamiza la economía local, la riqueza se concentra en pocas manos, principalmente en el rubro inmobiliario, de transporte y comercio; sube el costo de los alquileres, lo que genera dificultades para acceder a la vivienda; aumenta significativamente el nivel de consumo y endeudamiento ciudadano; se incrementan los accidentes de tránsito.
¿QUÉ TIERRAS SE UTILIZAN PARA FORESTACIÓN?
Otra de las preocupaciones identificadas por los investigadores se relaciona con el uso de tierras “no prioritarias”. En Uruguay la ley Forestal define qué tierras tienen poca productividad agrícola o ganadera y, por ende, prioridad forestal.
No obstante, Pena señaló que la ley no prohíbe forestar fuera de las tierras prioritarias (aunque el Gobierno estimula la forestación en esas tierras a través de subsidios y otros incentivos), y que no se sabe con exactitud cuántas hectáreas están forestadas fuera de las áreas prioritarias.”Según un informe que pudimos acceder de Presidencia, 23 por ciento (238.000 hectáreas, casi un cuarto de la forestación del país), es forestación por fuera de las tierras prioritarias (…). Entre UPM y Montes del Plata son dueñas de más de medio millón de hectáreas”.