ENEMIGO DEL PUEBLO SE ESTÁ EXHIBIENDO EN MONTEVIDEO
Un noruego escribió una obra de teatro en 1870 que habla sobre UPM, Pueblo Centenario y sus vecinos en conflicto
El título es engañoso, obviamente. Está pensado para atraer a la lectura del artículo, pero algo de verdad tiene. Un autor noruego, allá por los años 1870, escribió una obra de teatro. La tituló Enemigo del pueblo y se transformó en un clásico de las tablas nórdicas, luego europeas. Así trascendió los límites del Océano Atlántico y se instaló en América del Sur. Y en 2019 se traspoló hacia la coyuntura de la empresa UPM y su desembarco en Pueblo Centenario, al norte del departamento de Durazno.
La responsable de dirigir esta pieza en Uruguay es Marianella Morena, oriunda de la ciudad de Sarandí Grande. Ella montó el realismo actual sobre la pieza del noruego y, a juzgar por las críticas y las entradas vendidas en la capital del país, no le ha ido nada mal.
DEL AUTOR
Henrik Ibsen es el autor, y la versión libre y dirección de Marianella Morena apunta a la presente temporada 2019. La obra comenzó a presentarse el sábado 5 de octubre y se extiende hasta el domingo 1 de diciembre, los viernes y sábados a las 21:30 horas y los domingos a las 19, en la Sala Zavala Muniz de Montevideo.
Está calificada para mayores de 15 años y su duración aproximada es de 110 minutos.
Respecto a Ibsen, es considerado el más importante dramaturgo noruego y uno de los autores que más ha influido en el teatro contemporáneo. Henrik Ibsen firmó quizá con Un Enemigo del Pueblo, su obra más controvertida.
En esta adaptación de Marianella Morena, la historia de Ibsen se traduce en un tema muy actual, el debate sobre la instalación de una planta papelera en un pueblo. Una obra que invita a la participación del público. La polémica se plantea bajo la tesis de que el enemigo más peligroso de la razón y de la libertad es la opinión de la mayoría. “Una obra inmortal sobre la corrupción del poder y la manipulación de los medios informativos al servicio de ese mismo poder”, se define desde la invitación
El elenco está integrado por Leandro Ibero Núñez, Luis Martínez, Fernando Vannet, Lucía Sommer, Natalia Chiarelli, Pablo Varrailhón, Claudia Rossi y Emilia Asteggiante como actriz invitada.
La adaptación no pudo ser posible sin existir, previamente, una investigación periodística. Esta estuvo a cargo de Soledad Gago.
Para ver esta obra que habla de los pueblos de Durazno y su gente, de la llegada de una importante versión al norte del departamento y las pasiones que despierta, las entradas se venden en Tickantel y en boletería del Teatro Solís a $ 190.
LO QUE TRATA
Un pueblo fantasea con la promesa de un futuro mejor, que lo salve del anonimato y el abandono. Pero, a veces, el entusiasmo opaca el zafarrancho: la tensión entre los intereses personales y el bien social, un gobierno corrupto y manipulador, el statu quo y la ambición de poder.
En el marco burgués de su época, el noruego Henrik Ibsen apuntó a una obra que valorara la cotidianidad (“el lenguaje debe ser natural y el modo de expresión característico de cada persona” para “lograr credibilidad o realismo total”, le decía en una carta al director sueco August Lindberg a mediados de 1873), con personajes cercanos y reconocibles que invitaran a reflexionar sobre la responsabilidad social, los derechos y la ética.
“Si Raymond Williams afirma que sin Charles Dickens no hay James Joyce, en materia teatral puede decirse que sin Henrik Ibsen no hay Samuel Beckett o, por extensión, que sin el aporte de Ibsen el teatro del siglo XX no sería el mismo”, dice una de las sentencias más reproducidas del crítico argentino Jorge Dubatti.
Desde fines del siglo XIX Ibsen se ha versionado hasta el cansancio en el Río de la Plata: como recuerda Roger Mirza, la primera adaptación fue en Buenos Aires, en 1896, por la compañía de Alfredo de Sanctis, que, además de recibir el elogio de Rubén Darío, canonizó en Latinoamérica la figura de Ibsen.
UN CLÁSICO PARA HOY
Un enemigo del pueblo es uno de los clásicos del autor nórdico junto con Casa de muñecas y Hedda Gabler.
En su reseña se presenta que Thomas Stockmann es un médico bondadoso e idealista que pasa de ser héroe a enemigo del pueblo cuando denuncia que el agua del balneario, el promisorio proyecto del alcalde (su hermano), está contaminada. Mientras las fuerzas sociales intentan ocultarlo, él se queda solo con su denuncia, enfrentado al gobierno, a la prensa y al pueblo.
La directora nacida en la vecina ciudad de Sarandí Grande, por tanto no muy ajena a la zona que eligió para su controversial adaptación, se enfocó en la multinacional finlandesa UPM y su proyecto UPM2, destinado a cambiar para siempre la vida de Pueblo Centenario, Paso de los Toros y su gente.
Dispara sus dardos contra las reservas del acuerdo, los informes y las condiciones impuestas al gobierno desde la compañía europea.
“Con un vértigo contemporáneo, se moviliza al espectador y se lo aparta de la indiferencia, instándolo a evaluar los hechos a medida que transcurren, en un dispositivo escénico que alterna la interpretación de sus personajes y sus conflictos internos con sus manifestaciones públicas”, reza la crítica de los colegas de La Diaria, desde Montevideo.
Marianella Morena dijo que “la idea surgió hace más de un año, cuando era imposible escapar al tema de UPM, y yo había visto dos puestas de El enemigo del pueblo, una de un alemán y otra de un catalán, por lo tanto tenía muy fresco el conflicto; ambas eran versiones muy libres sobre el original. Mi trabajo va por otro lado. En ese entonces decidí trabajar con una periodista con la que ya había tenido un acercamiento artístico [Soledad Gago], para tener un poco de distancia con los entrevistados. Era importante tener las dos campanas, porque quería tomar distancia del teatro de tesis de Ibsen, que, visto con distancia, es más panfletario y esquemático, y en el que los personajes solo están atravesados por el conflicto central: no están humanizados, no tienen vida privada ni otros conflictos en sus vidas. Eso es muy difícil de sostener escénicamente. Y además que tuvieran verdad desde lo actoral; menos verdad desde lo filosófico, ya que no hay una sin la otra. Quería trabajar la contaminación como base conceptual, artística y de vínculos. Hace un año le hice la propuesta a Mario Ferreira —director de la Comedia Nacional— y quiero destacar y resaltar la libertad con la que trabajé, ya que eso es algo que nosotros tenemos y que a veces olvidamos. Ya que esta obra se realice en un teatro oficial y con el elenco estable es tan valioso como positivo y necesario. El entusiasmo nos involucró a todos, ya que cuando hablas de algo que sucede y que dialoga con el hoy, el teatro dimensiona su significado, la ficción compite con lo real y a veces lo vence, porque los permisos y las poéticas tienen libertad de mestizajes que en lo real no serían posible. Por eso, estas obras son bombas de tiempo que nos interpelan, nos hacen reflexionar. La obra coloca el debate, y desde ahí el arte cumple un rol; no adoctrina, ni enseña ni marca camino”, expuso ante La Diaria.
SIEMPRE EN CONFLICTO
El conflicto que despertó la instalación de una planta procesadora de pasta de celulosa en la región centro del país se transfiere a figuras políticas, actores sociales, representantes de instituciones y los propios vecinos. Están los que ya están obteniendo réditos económicos frente al proyecto —alquileres, ventas, transacciones— y aquellos que se mantienen firmes en su defensa del medio ambiente, denunciando irregularidades en el contrato UPM2, por ejemplo.
Morena traslada estas dualidades a las tablas. Dijo respecto a la recepción del público que asiste a la obra y, de hecho, interviene en su final… “En la actualidad, la combinación de ficción con hechos reales concretos que la ciudadanía puede identificar claramente es lo que hace que lo político adquiera otra resonancia. Por lo tanto, implica otra forma de molestia que no sabe bien dónde ubicarse. Eso reafirma a la ficción en su lugar de poder. En las funciones viene pasando de todo: gente que se enoja y se va, grita, participa. Por supuesto que todos votan, y los finales son literalmente tres y bien distintos.”
Aquellos que la vieron señalan que el público debe emitir su dictamen, heredando una responsabilidad social frente a un sistema que busca imponer sus verdades.
Tal como sucede con la pieza original de Ibsen, Morena presenta personajes buenos y malos, extrae algunos y presenta otros, los aggiorna al punto que la actriz invitada habla de poliamor en lenguaje inclusivo
MARIANELLA MORENA, OBRA Y OBRA
Es dramaturga, directora de escena y docente. Es una de las artistas de la escena uruguaya con mayor proyección internacional.
Sus espectáculos han sido invitados por España, Alemania, Francia, Chile, Argentina, Colombia, Ecuador, Venezuela, México, Brasil, Paraguay, Estados Unidos y Perú.
Ha sido incluida en investigaciones y publicaciones uruguayas, argentinas, españolas, norteamericanas, italianas, francesas y suizas.
Fue premiada por Francia con el Premio Molière en dirección, el CCE en dramaturgia, Premio a Espectáculo Extranjero en la UBA (Universidad de Buenos Aires) y nominada a los premios ACE en dirección y espectáculo (Buenos Aires). También ha obtenido los Premios Florencio y el Premio Búho (Canal 10) como directora del año.
Se ha formado en Uruguay, Polonia, Francia y Argentina. Es responsable de la apertura de espacios alternativos, teatro de apartamento en su domicilio y proyectos parateatrales. Lleva montados decenas de espectáculos.