Lacalle Pou a Astori: “la única agenda de crecimiento parece ser UPM”
El candidato se despide del Parlamento con una fuerte crítica al ministro y le pregunta “cómo piensa pagar” la deuda que vence este año.
Este martes, tal como había anunciado, Luis Lacalle Pou renunciará su banca en el Senado, para la que había sido electo en 2014.
La Cámara Alta deberá formalmente analizar el pedido, descontándose que será aceptado. El precandidato nacionalista, que también pidió no cobrar el subsidio que le correspondería por ley, será suplantado por Jorge Saravia.
El último acto del candidato presidencial nacionalista en esta legislatura será, entonces, un voluminoso pedido de informes presentado al Ministerio de Economía y Finanzas, con el que mantiene una fuerte enfrentamiento en los últimos meses sobre las perspectivas del país y los respectivos programas de gobierno al respecto.
Más allá de la información pedida, el planteo de Lacalle Pou es otra dura crítica hacia el manejo de la economía por parte del Poder Ejecutivo y, en particular, del propio Danilo Astori.
Una economía que, según el candidato, comenzó a desacelerarse en 2015, con una recesión técnica en el segundo semestre de ese año a partir de dos caídas consecutivas del PBI en términos desestacionalizados.
Una situación ocurrida, dijo, pese al impacto positivo de la planta de pasta de celulosa de Montes del Plata, recién construida.
Y, pese a que el gobierno había estimado un crecimiento de 2,5% en el producto, recordó, el alza en 2015 fue de apenas 0,4%.
Las proyecciones “extremadamente optimistas” sobre la economía a nivel oficial, remarcó, continuaron y, según Lacalle Pou, el comportamiento efectivo de la actividad económica mostró su falta de realismo.
Basado en cifras oficiales, Lacalle Pou confirmó un escenario actual de estancamiento, con nuevas caídas desestacionalizadas del producto, lo que configura otra recesión técnica.
Lo mismo ha sucedido, dijo, con la inversión, que ha venido cayendo sistemáticamente desde 2015, pese a que en las sucesivas Rendiciones de Cuentas se afirmaba que iba a despegar.
Una caída acumulada de 29 puntos en los últimos cuatro años, remarcó.
A su vez, la menor actividad económica tuvo un fuerte impacto en el mercado laboral. Allí, según su visión, se visualiza el “mayor fracaso” de las políticas adoptadas por la presente administración.
Fueron, según indicó, 57 mil puestos de trabajo destruidos desde 2014, lo que significó 33 mil desempleados más en el período, debido al comportamiento descendente de la tasa de actividad.
El sector más deteriorado ha sido el de la Industria, que perdió 30 mil empleos. En la actividad primaria la pérdida fue de 22 mil puestos. En la Construcción la merma fue de 8500 empleos, al igual que en Transporte y Almacenamiento.
“No hemos encontrado en el análisis ni en las declaraciones del equipo económico ninguna medida para reactivar la economía, ni para revertir la caída en el nivel de empleo”, indicó Lacalle Pou.
Tampoco existen, dijo, para el año que viene. “La única agenda de crecimiento parece ser UPM”, cuerstionó.
Es sobre este emprendimiento, aseguró, que se aumenta la tasa de proyección de crecimiento del PBI, que pasaría de 0,7% este año a 2,6% en 2020.
Desvíos en todos lados
“Si algo faltó en la política fiscal fue responsabilidad”, afirmó Lacalle Pou. Otra vez, sostuvo, las metas del gobierno en este sentido no se cumplieron en ninguno de los años del quinquenio.
A lo largo de este período, dijo, se observó un deterioro fiscal en todo el sector público a nivel global y en cada uno de sus organismos. Así fue, indicó, pese a la serie de “ajustes fiscales encubiertos” a través de los aumentos en tarifas públicas, y no tan encubiertos mediante el incremento de impuestos.
El deterioro, dijo, obedece a desvíos en todos los niveles del Estado.
En ese sentido, manifestó, la carga tributaria no ha dejado de crecer desde 2007, a partir de la última reforma, con un aumento global de la recaudación de 2,7% del PBI.
Cada uruguayo, sostuvo, está aportando impuestos por US$ 3070 al año.
Y, pese que a inicios de esta administración, Astori le respondía que “no tenemos pensado aumentar la presión fiscal”, Lacalle Pou marcó que sucedió lo contrario.
Desde 2015, detalló hubo una serie de modificaciones tributarias: restitución del Impuesto a Primaria sobre los inmuebles rurales, modificación del ajuste por inflación para el cálculo del IRAE, limitación en el cómputo de pérdidas fiscales de ejercicios anteriores y cambio en el tratamiento de dividendos y utilidades fictos.
También el aumento del IRPF al trabajo, en la tasa consular, creacioón del impuesto a los juegos de azar, e imposición de tributos a actividades realizadas desde el exterior.
Lacalle Pou insistió: la consecuencia del deterioro fiscal está dada por el aumento del gasto, que se ubica hoy en casi el 25% del PBI, con un incremento de casi siete puntos en los tres gobiernos del Frente Amplio.
Además, agregó, siempre se gastó más de lo previsto con respecto a las proyecciones.
En ese marco recordó cuando, en 2014, advertía sobre las “luces amarillas” que presentaban las finanzas públicas. Ese año, el déficit fiscal había pasado de 2,3% a 3,5%. El último dato, correspondiente a junio de este año, lo ubica en 4,8% del PBI.
Nuevamente, aquí Lacalle Pou le plantea una serie de preguntas a Astori: le pide su respuesta para que las cuentas fiscales no continúen su deterioro en lo que resta del año, la manera en que corregirá los desvíos frente a las estimaciones del propio equipo económico y su propuesta para que el resultado fiscal mejora en los años que siguen.
Siempre terminan igual
“Largos períodos de cuentas públicas deficitarias siempre terminan reflejándose en el aumento de la deuda pública”, afirmó el candidato nacionalista.
Así, apuntó, desde 2013 a la fecha el incremento fue de nueve puntos del producto. En el primer trimestre de este año la deuda neta, sin encajes bancarios, se ubicó en 43% del PBI, su máximo nivel desde 2009.
Al final de este período, sostuvo Lacalle Pou, el guarismo resultará más de seis puntos porcentuales por encima de lo que el gobierno había previsto en el Presupuesto de 2015.
Ese deterioro en las cuentas públicas, marcó, también se ve reflejado en un sistemático aumento del monto autorizado para aumentar la deuda. Así, los topes han venido siendo modificados sistemáticamente desde 2015.
Astori, en ese sentido, deberá responderle si considera que la trayectoria proyectada de la deuda neta sea compatible con la sostenibilidad de las finanzas públicas. También deberá explicar cómo se propone estabilizar la deuda con relación al proyecto.
Lacalle Pou se mostró especialmente preocupado por el manejo de la deuda a corto plazo. El año próximo, el primero del nuevo gobierno, habrá que amortizar casi US$ 1900 millones.
De ese total, advirtió, unos US$ 1500 millones corresponden al pago de capital de instrumentos en moneda local.
En ese marco, Astori deberá responder cómo piensa pagar, cuál es su proyección de disponibilidades en moneda local por parte del gobierno central para finales de este año, y la estimación del resultado de ingresos menos egresos de las partidas en moneda local para 2019 y 2020.
“De los datos de vínculos de funcionarios públicos, se desprende que no ha cumplido la regla de completar dos de cada tres vacantes generadas en ninguno de los años de la última administración del Frente Amplio”, dice Lacalle Pou.
Al contrario, marcó, hubo 8157 nuevos vínculos con el Estado en los últimos tres años.
Solo ANCAP logró reemplazar menos del 66% de las vacantes de funcionarios, pero los vínculos laborales de esa empresa con no funcionarios ha aumentado.
Lacalle Pou se preguntó si se piensa cumplir, este año, esa regla en la Administración Central y en las empresas públicas.