UPM… como duele!!
En conferencia de prensa la empresa finlandesa UPM confirmó el tan ansiado y esperado emprendimiento industrial en el país. Con agradecimientos, con satisfacción por todo el largo proceso recorrido anunció la decisión de instalar en el Uruguay la mayor inversión en la historia del país y la mayor inversión de la historia de UPM en el mundo y del sector forestal.
Se trata posiblemente de un logro impactante por muchas razones.
Escrito por Gerardo Gadea
Primero por el momento económico en el que se registra. Una situación económica del país con un crecimiento muy moderado, donde las expectativas de los agentes económicos empezando a jugar a la baja, un Indice de desocupación que se mantiene en niveles y registros del 8% que es una cifra superior a todo la que se mantuvo en la era progresista, donde la región Argentina y Brasil no dan pie en bola y no ayudan en nada al Uruguay a poder despegar y con un descenso paulatino de los niveles de inversión. Es como comprar una pala en una ferretería, escarbar en el fondo de la casa y encontrar petróleo el día que me dejaron sin trabajo.
Segundo por el momento político. Un gobierno que tiene dificultades para mostrar a la población sus logros (basta mirar los dos últimos; el acuerdo Mercosur / Unión Europea y las posturas diplomáticas con Venezuela que cada vez tiene más adeptos), a 3 meses de una contienda electoral donde arranca en clara desventaja con el arco opositor, cuando uno de los principales candidatos insiste con la caricaturización de un Presidente ausente y en momentos que las respuestas a ciertos temas como el empleo y la reactivación económica no tenían respuestas fáciles; aparece UPM. Una ofrenda de los dioses como recompensa a tanta labor y perseverancia.
Tercero porque pone en blanco y negro toda una campaña mediática y con fines exclusivamente electorales a la oposición casi en su conjunto, que no dudó en poner todas las piedras posibles en el camino para impedir la instalación de la planta; sobre todo si la decisión caía en este período de gobierno. Aquello de que el país está primero, lo de grandes políticas nacionales y frases rimbombantes que escuchamos a diario, queda con un signo grande de interrogación ante el análisis sereno de todo este proceso.
La planta comenzará sus operaciones productivas en el año 2022 (dentro de 3 años) por lo que los próximos gobiernos tendrán en sus manos el impacto de este emprendimiento.
La oposición quedó digamos incómoda. Son muchos los discursos que se le derriban.
Cuando dicen que el país va a un abismo o que estamos en bancarrota; UPM demuestra que el país goza de salud económica, de confianza internacional y que las grandes inversiones del mundo ven en Uruguay solidez y seriedad como para plantar 3.000 millones de dólares en este suelo.
Cuando nos dicen que el Uruguay no tiene empleo para los uruguayos; UPM les enrostra todo lo contrario. No solo habrá unas 10.000 empleos de manera inmediata en la construcción de la planta, sino que se moverá todo un conjunto de proveedores, pequeñas y medianas empresas, en un derrame económico que irá mucho más allá de eso. Un Uruguay que logra edificar perspectivas reales y tangibles.
Cuando van por el interior del país y hablan de la escasa descentralización; UPM les recuerda que a partir de ahora Pueblo Centenario, Paso de los Toros y la zona centro del país, una de las que tiene menor desarrollo económico, hoy amanece diferente y con una perspectiva de desarrollo local que nadie imaginó en sus mejore sueños.
Los discursos ambientales terroristas o las manijas para impedir la reinstalación de las líneas férreas van a quedar en un lamentable anecdotario solo con el pasar del tiempo. Las dificultades naturales que generan externalidades en cualquier decisión de esta magnitud se deben resolver positivamente y en clave de cooperación donde prime el interés público y se compense o se aminoren cualquier perjuicio a los actores privados. La inversión de estos conceptos amplificado por las informaciones periodísticas hacen daño y han sido el accionar cotidiano de varios actores políticos de matiz opositora.
No todos por supuesto. El Intendente de Durazno Carmelo Vidalín ha sido uno de los férreos defensores de la planta y un aliado muy importante trabajando codo con codo con el gobierno para hacer realidad su instalación. De los pocos que ha puesto el país y su departamento por encima de cualquier conveniencia partidaria.
El candidato por el Partido Colorado Ernesto Talvi es de los que se ha manifestado positivamente por la instalación de UPM, pero hacen muecas y ponen peros.
Manifiesta que es una lástima que este tipo de beneficios no se le den a otras cadenas productivas que están pasando dificultades como la cadena arrocera y lechera que según afirma son iguales o más importantes que el sector forestal para el país.
Suponemos -a partir de estas afirmaciones- que si Talvi o el Partido Colorado le toca gobernar toda la cadena arrocera y la cadena de la lechería tendrá zonas francas en todo el país, ya que la única diferencia real de UPM con las demás inversiones en el país ha sido el otorgamiento de una enclave fiscal. No tenemos idea como va a realizar eso en la práctica, ya que la lechería por ejemplo se encuentra dispersa en gran parte del territorio nacional, pero debería explicarlo.
Los demás beneficios que tiene UPM son los que surgen para todas las inversiones que se realizan en el país de acuerdo a las Leyes de Promoción de Inversiones y sus decretos reglamentarios.
Naturalmente los beneficios son mayores según el monto y el impacto de la inversión. Es posible que Talvi nos esté diciendo -si le tocara gobernar- que le daría los mismos beneficios a una empresa que invierte 3.000 millones de dólares a una empresa que invierte 20 mil dólares.
Suena un planteo muy justo pero el mundo no funciona así. Cualquier inversión de este calibre tiene «competencia» por todo el mundo para instalarse, con grandes beneficios adicionales que los países otorgan dado el impacto enorme y positivo que le genera a sus economías.
Si Talvi aplicara el criterio que insinúa ya tenemos una certeza; en su gobierno las grandes inversiones irán para cualquier lado, menos para el Uruguay.
Lacalle Pou mediatiza el logro con otras afirmaciones. También se alegra pero también pone peros. Dice que «el gobierno negocio de mala manera con UPM» o que «se ha entregado demasiado a cambio».
En la misma línea de razonamiento parecería que un gobierno de Lacalle Pou si advierte que el país no tiene infraestructura para recibir una gran inversión, no está dispuesto a invertir un peso para acondicionarla, que es lo que hizo este gobierno.
Parecería también que su gobierno exigiría estandares medioamentales muy superiores a los que se exigieron a UPM para la instalación de la planta o quizás ante cualquier riesgo de impacto ambiental descartaría cualquier inversión.
Parece difícil que en un gobierno del Partido Nacional una empresa de gran porte pueda recalar en el Uruguay si piensan aplicar estos criterios.
El gobierno del Frente Amplio ha demostrado -una vez más- su fortaleza y las certezas que le brinda al Uruguay y a su gente, en un camino y un modelo que siempre da resultados y concreciones a las necesidades de los uruguayos. Es un jugador probado y que ante cada embate siempre tiene una respuesta.
Parrafraeando a Ernesto Talvi «ganamos en los descuentos, con gol de cabeza en el área chica». Puede pasar lo mismo pero en un sentido muy diferente a lo que imagina el novel candidato colorado.
Diario LA REPBLICA - Montevideo - URUGUAY - 26 julio 2019