terminal busA la nueva terminal de buses de Florida se la llevó el tren de UPM

La terminal actual, céntrica y congestionando el tránsito de una ciudad de 60 mil personas.

Un año después del llamado a licitación y con tres oferentes, esta quedó sin efecto. No se había considerado el impacto de la nueva planta.
Este viernes hace exactamente un año la Intendencia de Florida (IF) hacía un llamado a licitación para una nueva terminal de ómnibus. La actual, ubicada muy en el centro de la ciudad, con sus más de tres décadas de funcionamiento no solo ya había quedado obsoleta sino que complicaba mucho el tránsito. Se hablaba de diez andenes, un estacionamiento para al menos 15 vehículos y una base de inversión de un millón de dólares para el nuevo emprendimiento, que iba a estar al norte de la capital departamental.

El propio intendente, Carlos Enciso, decía en enero a la prensa local también sobre la necesidad de reestructurar el transporte para brindarle acceso a locomoción a los que partían y arribaban.

Un año después, la licitación, que ya tenía tres oferentes para una concesión a 30 años, se declaró desierta. La pasó por arriba un tren. El tren de UPM.
“Cuando se hizo el llamado y se evaluó las zonas para la nueva terminal, que todas eran pasando las vías del tren, era en un escenario en el que los ferrocarriles pasaban muy poco”, le dijo a ECOS Macarena Rubio, secretaria general de la IF. “No desconocíamos los recorridos. Lo que no sabíamos era el impacto que iba a tener el ferrocarril. Cambió la situación”.

La nueva terminal, que se iba a construir en terrenos privados, iba a estar en el norte de la ciudad de Florida. El crecimiento tenía que realizarse ahí, ya que el sur está limitado por el río Santa Lucía. Rubio explicó que el ingreso a la ciudad por ruta 5 es por el puente Piedra Alta o por la rotonda José Pedro Varela. “Los ómnibus que entran por este último punto tendrían que hacer unas cuadras de recorrido por la ciudad y luego cruzar la vía para llegar a la nueva terminal”. Y ahí estaba el problema.

Con la situación actual, es muy pequeña la chance de una demora. Pero en un futuro que se espera próximo, con la inversión de 1.000 millones de dólares entre carreteras y 300 kilómetros de vías férreas a la que se comprometió Uruguay para que UPM instale su segunda pastera en el país, que justamente pasan por Florida, la situación cambió. “No sabemos qué frecuencia tendrán los trenes, si serán de carga solo o también de pasajeros, pero va a haber un impacto. Se habla de tiempos de espera para los ómnibus, por las barreras bajas, de cinco, ocho o diez minutos. Eso también va a congestionar el tránsito”, indicó Rubio.

Esa inversión fue anunciada oficialmente a principios de noviembre, con la firma del contrato de inversión. Sin embargo, ya desde 2016 se barajaba dónde estaría ubicada esta nueva planta.

Como no se sabe qué impacto va a tener. La licitación se declaró desierta a principios de este mes. “No era serio seguir dilatando la situación, no valía la pena dejar esperando a los oferentes”, opinó la jerarca.

Para esta licitación se había trabajado en 2015 y 2016 antes del llamado. Dos de las propuestas implicaban construir desde cero. El otro era reformar una estructura ya existente. No se llegó a analizar si había cuestiones subsanables. Ahora el que empieza de cero es el estudio previo a una nueva licitación, con nuevas cartas a la vista, aunque aún no es una certeza de que UPM se instale donde se ha dicho, en el departamento de Durazno, frente a Paso de los Toros.

“UPM por ahora será una posibilidad. Pero lo que se nos ha dicho desde el gobierno nacional es que la reactivación del tren es algo seguro”, subrayó Rubio.

ECOS URUGUAY - 21 diciembre 2017