Dutra: “El silvopastoreo da abrigo y sombra al ganado y un árbol como producción”
José Dutra, productor ganadero de Tacuarembó y presidente de la Sociedad Uruguaya de Silvopastoreo, definió este tipo de explotación como “la integración de árboles, ganado y pasturas para que interactúen de forma armónica, con el objetivo de maximizar la producción del sistema de forma sostenible”
José Dutra, productor ganadero de Tacuarembó y presidente de la Sociedad Uruguaya de Silvopastoreo, definió este tipo de explotación como “la integración de árboles, ganado y pasturas para que interactúen de forma armónica, con el objetivo de maximizar la producción del sistema de forma sostenible”. En el caso de su establecimiento, se siembran entre 160 y 250 eucaliptus por hectárea, mientras que en una plantación convencional para pulpa de celulosa se implantan unos 1300 árboles. Respecto del desarrollo de SUSILVO, Dutra se mostró gratamente sorprendido por el interés entre productores y su difusión, y dijo que “hay una repercusión interesante entre las autoridades”
¿Cómo evalúa el actual momento agropecuario?
Desde la parte ganadera, que es a lo que nosotros nos enfocamos, lo vemos como un momento único en este último tiempo vivido, con precios que no nos hubiéramos imaginado. Los mercados de la carne han marcado la diferencia, y sabemos que la agricultura ha mejorado mucho también.
Mejoraron los valores, pero aumentaron los costos, ¿preocupa?
Nosotros producimos en campo natural, por lo que el asunto de insumos no nos golpea tanto. Apuntamos más a la tecnología de procesos y no de insumos, como fertilizantes y químicos. Sí sabemos que los costos han subido y hay que mirar los números con atención.
Usted produce en Tacuarembó, ¿cómo es su esquema?
Estamos en Batoví, a unos 25 kilómetros al sur de Tacuarembó. Son campos de suelos arenosos. Producimos sobre campo natural en un 100% y realizamos lo que diríamos un ciclo incompleto abierto. No terminamos todos nuestros novillos, pero alguna punta sí. Vendemos animales antes del segundo invierno a los encierros a corral y a la hembra sí la engordamos, pero se da un ciclo donde compramos ganado a la salida del invierno, pero aflojamos sensiblemente las cargas a la entrada. Nuestro rodeo es una cruza con la raza Braford. Hacemos un manejo de pastoreo racional, ya sea en los potreros donde hay silvopastoreo como en los que no, y hacemos un rotativo con cambios diarios.
¿Cómo explicaría de qué se trata el silvopastoreo?
Se trata de plantar árboles, forestar en baja densidad, en el mismo espacio físico donde están las pasturas y el ganado. Para lograr esto y que no mate el tapiz, debemos considerar densidades sensiblemente más bajas que las de una plantación convencional. Se hizo una consultoría en Uruguay de la mano de Luis Sancho y con el Ministerio de Ganadería y de Ambiente definimos los sistemas para nuestro país enmarcados en lo que se hacía en otros países. El silvopastoreo es la integración deliberada de largo plazo de árboles, ganado y pasturas para que interactúen de forma armónica proponiendo la sinergia de sus componentes, con el objetivo de maximizar la producción del sistema de forma sostenible.
¿Y cómo se realiza?
Hay que lograr introducir estos árboles en el campo. En situaciones tropicales el inicio se da de forma contraria, pero en nuestros campos hacemos plantaciones con baja densidad y ordenamiento y los enmarcamos en callejones generosos, de manera que la energía del sol siga entrando y las pasturas sigan produciendo. Hay un confort para la ganadería y que la vaca coma en la sombra y en el abrigo, para que no tenga que ir a un monte donde no hay pasturas. En nuestro caso tenemos eucaliptus, pero vamos a hacer algo también con especies nativas. Se siembran entre 160 y 250 árboles por hectárea, mientras que en una plantación convencional para pulpa de celulosa se implantan unos 1.300. Hacemos callejones importantes, para permitir la entrada de luz. Hay que cuidar también la poda para que las ramas no generen sombra excesiva y compitan con las pasturas. Es una oportunidad muy interesante para los ganaderos. Se busca introducir árboles sin desplazar a la ganadería ni matar las pasturas, pero hay que tener cuidado porque una vaca contenta en sombra y abrigo, pero sin comida no sirve. El confort de la sombra en el verano o el abrigo en el invierno hay que cuidarlo con suficiente comida.
¿El principal beneficio es la sombra y el abrigo?
Para la ganadería claramente, pero a partir de eso miramos el árbol también como producción. Un experto argentino y referente como Jorge Esquivel dice que esto es como “poner un segundo piso a la producción”. Hacemos ganadería de forma confortable, pero vamos generando otro rubro en el mismo campo con bajas densidades.
¿Se da un mayor beneficio según el tipo de campo?
Indudablemente el comportamiento del árbol se ve beneficiado en esquemas favorables para estas plantaciones. Ahí debemos diferenciar el tipo de laboreo a realizar. Acá es más fácil, son suelos más sueltos y drenados. Ya hay varios emprendimientos también con especies nativas. Desde el lado del productor ganadero, nos da números interesantes por hectárea, con ingresos adicionales y sin desplazar la producción existente en ese espacio físico. Seguimos haciendo ganadería, pero potenciada con sombra y abrigo. Además, están las ganancias ambientales con el calentamiento global, los bonos de carbono, la posibilidad de producir carne carbono neutra con sistemas accesibles. Esos árboles también necesitan una poda, por lo que se emplea mano de obra. SUSILVO se fundó con productores, simpatizantes, técnicos e investigadores con el objetivo de fomentar y dar a conocer estos sistemas. Hay un diseño pensado, porque hay muchos establecimientos forestales también en donde se pierden las producciones de los bajos, por ejemplo. Se le presta mucha atención a la orientación recomendada en estas latitudes, con el sol entrando por los callejones y aportando la energía a las pasturas. No se matan las pasturas ni la ganadería que existía antes y el establecimiento continúa con su personal. Usamos el concepto de “árbol amigo”, incorporarlo en la producción y que venga a sumar.
¿Las plantaciones las hacen los propios productores?
Los sistemas silvopastoriles hoy en día no están planteados con acuerdos con las empresas forestales. En nuestro caso las plantaciones más veteranas son de 2015, esta primavera cumplen 7 años y no hemos llegado al momento de cosecha. El proceso lo realizamos nosotros, no es nada complejo y hay una mirada diferente desde el momento en que se prepara la tierra y se realizan los diseños. Vemos lo de al lado como una pastura, no como maleza. En los macizos forestales las pasturas compiten con el árbol, en los sistemas silvopastoriles el pasto es tan relevante como el árbol. Cambia la manera de plantar, porque cuidamos ambos recursos.
En noviembre de 2021 se creó SUSILVO y usted es el primer presidente, ¿cuál es la primera evaluación del camino recorrido?
Estamos gratamente sorprendidos con la difusión y el interés de los productores. Los principales objetivos son de fomentar y dar a conocer estos sistemas que son menos conocidos, y se confunde silvopastoreo con forestación. En todo el país, hay poco más de 6.000 hectáreas de Silvopastoreo, al tiempo que de forestación hay más de 1 millón. Son sistemas diferentes y este es de especial interés para el sector ganadero. Es integrar el árbol con la ganadería. Los productores e interesados ven algo que antes no conocían, hemos tenido la visita del ministro de Ambiente Peña, el ministro de Ganadería Mattos, el senador Da Silva… No solo hay interés en los productores, sino que hay una repercusión interesante entre las autoridades.