Uruguay natural: animales autóctonos en peligro de extinción (I)
A pesar de lo que puede creerse, la fauna autóctona uruguaya es rica en especies e indispensable para que la cadena trófica no se altere; Diario La R realizó relevamiento de las especies que están en peligro de extinción.A la hora de encarar una somera descripción de las especies autóctonas de la fauna uruguaya susceptibles de extinción, es preciso hacer dos aclaraciones previas:
la primera tiene que ver con su área de diseminación; la segunda se refiere a la acelerada destrucción del hábitat por el efecto combinado de factores tales como el monocultivo, la tala indiscriminada, la forestación masiva con especies exóticas, la caza, la carencia de controles adecuados, la captura de ejemplares para ser comercializados o la ignorancia de la importancia que esas especies tienen para el ecosistema.
El venado de campo
Entre las especies que concitan interés hay que mencionar, en primer lugar, el venado de campo, que además de ser uno de los cérvidos con mayor peligro de extinción en el mundo, fue declarado por el gobierno nacional en 1985 como ‘Monumento Natural’ de Uruguay, teniendo en cuenta no sólo que se hallaba por entonces en riesgo de extinción (unos mil ejemplares), sino por la importancia fundamental que tuvo en la dieta de las poblaciones indígenas.
Su nombre científico es ozotocerosbezoarticus, pero es conocido con otras denominaciones, como ciervo pampeano o, en guaraní, guazututi. Antes de la colonización de América, era una especie endémica que contaba con millones de ejemplares y cuya presencia se extendía desde el trópico hasta la Patagonia. La introducción del ganado, la caza indiscriminada y las enfermedades (por ejemplo, la aftosa) fueron reduciendo su población y la extensión de la superficie que ocupaba primitivamente, hasta llegar a un área que abarca zonas aisladas entre sí de Argentina, Brasil. Bolivia, Paraguay y Uruguay. La fragmentación de la población es un elemento adicional para reducir drásticamente la diversidad genética de lo que otrora fueron grandes poblaciones.
A comienzos del siglo XX la población de venados de campo era un 1% de la existente en el siglo anterior. Una idea de lo que fue el exterminio de esta especie, la puede dar el dato estadístico de que entre 1860 y 1870 fueron exportadas 2.130.000 piezas sus cueros.
De las cinco subespecies que al día de hoy sobreviven, dos están presentes en Uruguay: el arerunguaensis, en la zona norte, y el uruguayensis, en el sureste. Estos cérvidos son protegidos en reservas naturales y en estancias privadas, donde sus propietarios se hacen cargo de su preservación.
Morfológicamente, el venado de campo mide un metro y medio de largo y 70 decímetros de alzada. Los machos pueden llegar a pesar 45 k, siendo algo menor el peso de las hembras. Otra de las características que diferencian el aspecto de los géneros, es la cornamenta, sólo presente en los machos. El pelaje también se diferencia en las distintas subespecies, variando desde el bayo del leucogaster, el oliva del celer y el canela del bezoarticus. Todas las subespecies presentan manchas blancas en el hocico, el cuello, las orejas, el vientre y la cara inferior de la cola.
Su dieta se basa en pastos, juncos, frutos silvestres y semillas de tala. Viven en manadas de unos doce ejemplares y se tornan más activos en la época de celo (‘brama’), a fines del verano, cuando los venados son más agresivos y territoriales. Dos meses antes del celo cambian la cornamenta y el período de gestación se prolonga durante siete meses, dándose a luz a un cervatillo por parto.
Los últimos ejemplares silvestres subsisten en las últimas praderas con pastizales naturales, sin vegetación arbórea o con isletas de arbustos y arbolitos, en pantanales, en suelos arenososcon pastizales y en lomas con isletas de chañares. En Uruguay, el venado de campo es prácticamente indetectable en estado silvestre, concentrándose las poblaciones que quedan en establecimientos de Salto y Rocha.
Guazubirá
Otra especie en peligro de extinción es el Guazubirá, cuya denominación científica es Mazamagouazoubira. Más pequeño que el venado de campo, se diferencia también por su cornamenta, que en el macho está compuesta por dos astas finas, mientras que en el venado de campo la cornamenta se ramifica en tres o más astas de mayor espesor.Su coloración puede ser marrón rojiza, baya o grisácea. Sus astas finas llegan hasta los 15 cm de longitud. Llega a medir 1,20 m de largo y pesa hasta 20 kg. Se alimenta de pasturas, hojas y frutos y habita en zonas de monte.
Se diferencia del venado de campo en que no cambia su cornamenta y en el período de gestación, que es mayor que el de los venados (nueve meses en lugar de siete). Abundante en zonas de serranía, los peligros para su conservación se incrementan en la competencia con el jabalí.
Si bien es un cérvido de hábitos diurnos, la persecución lo transforma en animal nocturno. Su pequeña envergadura lo hace menos visible para los cazadores, pero no a los perros, que son su principal depredador. Su distribución es similar a la del venado de campo, pero su población es muy pequeña y más diseminada. Pese a ser tímido y escasamente visible en zonas boscosas y serranías, su dispersión lo convierte en una especie con riesgo menor de extinción.
Tamanduá
También se le llama oso hormiguero chico u oso melero. Es una especie de la que en Uruguay existen dos subespecies apenas diferenciadas una de la otra.
Su hocico alargado y convexo está especialmente adaptado para su alimentación que, básicamente, consiste en hormigas y termitas, siendo su pelaje dorado con una franja o chaleco de color negro en el lomo, vientres y hombros. Su cola es prensil y tiene cuatro garras delanteras muy potentes y cinco más pequeñas en los miembros traseros.
Es un animal de hábitos nocturnos, solitario y arbóreo. Se le suele ver en el suelo, depredando hormigueros, pero prefiere anidar en los bosques, en zonas cercanas al agua y con abundancia de lianas. Hace nido en troncos huecos o en cuevas de otros animales y pueden reproducirse en cualquier época del año. Su período de gestación es largo (entre 130 y 150 días) y gesta una sola cría de color blanco y negro, que se traslada en el lomo de su progenitora hasta llegar a la edad adulta.En términos ecológicos tienen una importancia extrema, ya que exterminan las termitas de los árboles, un hábito que es aprovechado por los indígenas del Amazonas, que suelen criarlos en cautiverio para que se alimenten de las termitas de las viviendas de madera.
Como especie, se lo califica entre los xenatros o desdentados. En Uruguay, se le suele encontrar en la zona centro y norte del país, particularmente en Cerro Largo, Tacuarembó, Rivera, Treinta y Tres y también en el departamento de Rocha, siendo una zona protegida para esta especie el Valle del Lunarejo (Rivera).
El tamanduá llega a medir hasta metro y medio y pesar ocho quilogramos. Tiene una lengua larga y áspera que resiste las picaduras de las hormigas y termitas que constituyen su principal alimento.
El peligro de extinción en que se encuentra la especie no sólo tiene que ver con la destrucción del monte ribereño y otras variedades de forestación natural que constituyen su hábitat, sino también la acción humana al utilizar las colas de los tamandúas para fabricar o fortificar cordajes, para lo que son especialmente apropiadas.
Un dato curioso sobre esta especie fue esbozado en 1900 por el historiador y naturalista Orestes Araujo, que, basándose en la observación de datos morfológicos y arqueológicos, sugería que esta especie, que se extiende desde México hacia toda Suramérica, puede haberse originado en Uruguay o zonas adyacentes, lo que parece confirmar recientes estudios genéticos que sustentan esa teoría.
Pecarí de collar
Recientemente reintroducido en Uruguay, el pecarí de collar es una especie de mamífero de la familia Tayassuidae. Tiene una altura de 50 centímetros, un metro de longitud, más cinco centímetros de cola. Su pelaje es de cerdas castaña oscuras y una mancha blanca similar a un collar a la que debe su nombre. Su distribución es prácticamente continental, ya que se le encuentra en el sur de Estados Unidos hasta en norte argentino. Su hábitat son las sabanas, los montes xerófilos y desérticos, los pastizales tropicales y subtropicales, los montes bajos, así como los inundados, los pastizales inundados y los bosques de hojas anchas. Es decir, que es un mamífero que se adapta a un amplio abanico medio ambiental y es capaz de vivir y reproducirse tanto en entornos secos como extremadamente húmedos.
Los pecaríes de collar son animales diurnos que viven en grupos de seis a doce ejemplares. Duermen por la noche en madrigueras o bajo las raíces de los árboles. Su defensa ante una eventual agresión son sus colmillos o la liberación de un líquido amizclado similar al expedido por el zorrillo.
Son omnívoros, basándose su diete en tubérculos, pasto y animales invertebrados. Se pueden reproducir a partir del año y medio de edad y el período de gestación se prolonga a lo largo de 138 días. La hembra,promedialmente, pare cuatro crías por parto.
Los pecaríes de collar fueron oficialmente declarados como extinguidos en el territorio de Uruguay desde hace más de un siglo, pero en 2017 fue llevado a cabo un proyecto de reintroducción de la especie en el departamento de Paysandú que ha tenido resultados positivos.
Coatí
Otra de las especies amenazadas con la extinción en Uruguay es el coatí. Particularmente el coatí de cola anillada sudamericanoo ‘Nasuanasua’, que es una especie de mamífero carnívoro de la familia de los prociónidos que habita en las selvas sudamericanas y la parte meridional de Centroamérica.Está relacionado con el mapache boreal, pero la especie se caracteriza por hocico largo con características de cerdo y garras de oso.
La piel esparda, oscilando entre el suave o negro, con un vientre de color más claro y anillos blancos en la cola. Tiene cabeza delgada, nariz alargada, orejas pequeñas y una cola no prensil que es usada para balancearse y cortejar a las hembras.
En estado adulto miden entre 50 y 65 cm de la cabeza a la base de la cola, la que agrega entre 30 y 60 cm a su longitud. Su alzada suele ser de 30 cm y llegan a pesar ocho quilogramos. Tiene un marcado dimorfismo, que lleva a que el macho suela tener el doble del tamaño de las hembras, con dientes caninos grandes y afilados. Sus miembros son sumamente vigorosos adaptados a trepar y cavar y se le atribuye una gran inteligencia.
Son plantígrados, por lo que caminan sobre sus pies y son capaces de bajar de los árboles cabeza abajo gracias a la flexibilidad de sus articulaciones. Duermen en lugares elevados o en nichos naturales que les ofrecen protección o en nidos que hacen sobre los árboles.
Viven en grupos de entre 15 y 25 ejemplares. Sin embargo, los machos son solitarios, carnívoros e, incluso, practican el canibalismo con sus crías. Son animales que llevan una vida tranquila, gracias a los vigilantes que se turnan para advertir de los peligros, tales como los ladridos de las jaurías, ante los cuales huyen a los árboles o a los matorrales. Se aventuran en zonas pobladas y ocasionalmente roban alimentos que comparten con su grupo. En estado silvestre viven aproximadamente 15 años y en cautiverio su vida puede prolongarse hasta los 18. El período de gestación de las hembras es corto (74 días) y pueden tener entre dos y siete crías.
Su alto índice de fertilidad y el hecho de que constituya una especie invasora, la ha llevado a ser considerada peligrosa para los ecosistemas donde es introducida. En España, por ejemplo, ingresó al catálogo de especies exóticas invasoras, estando prohibido su ingreso al país.
En Uruguay, en cambio, la población de coatíes ha sido llevada al borde de la extinción, por la caza ilegal y su captura para ser utilizada como mascotas. El hecho de que mantengan buenos índices de reproducción en zoológicos y bioparques (por ejemplo, en el Bioparque de Durazno) ha llevado a su recuperación, aunque es raro que se los encuentre el estado silvestre.
Gato del pajonal
Llamado también gato del pantanal oriental o por su nombre científico, leopardusmunoai, es una de las especies en que se subdivide el género de pequeños felinos leopardus. Habita la zona sudoriental de América del Sur. En Uruguay se le conoce popularmente como ‘gato montés’.
Existe una preocupación moderada por su desaparición, que está motivada por la caza, con el objetivo de utilizar su piel, y por la hibridación con gatos domésticos.
El apelativo de ‘munoai’ está referido al zoólogo uruguayo Juan Ignacio Muñoa, quien fue el primero en estudiar el ejemplar utilizado como holotipo: una hembra adulta capturadaen agosto de 1959 por Florencio Lezica, en la localidad de Arroyo Perdido, en el departamento de Soriano.
Luego de prolongados desacuerdos sobre su clasificación taxonómica se llegó a una actualización basada en datos genómicos. Además del leopardusmunoa, se reconocen otras cuatro subespecies monotípicas:el garleppi, braccatus, pajerus y colocola.
La distribución del leopardusmunoa se extiende a lo largo de todo Uruguay, pero también se encuentra en el sur de Brasil, en el nordeste argentino y en la Patagonia.
Se trata de un felino pequeño, que puede alcanzar los 70 centímetros de largo y unos 4 k de peso. Tiene un pelaje largo y su color oscila entre el ocre y el amarillento, marrón-ocre a gris-amarillento, con franjas oscuras transversales en patas y cola. Las diferenciaciones entre las especies se dan básicamente en el pelaje. Tiene orejas puntiagudas y pequeñas; un rostro del todo similar al del gato doméstico.
Su hábitat son espacios abiertos de baja altitud, como sabanas húmedas, pajonales impenetrables, cercanías de esteros, bañados, bosques raleados y matas de arbustos. Se mueve sobre el terreno con mucha agilidad y, a la inversa de otros felinos, no tiene hábitos arborícolas. Su sigilo para moverse sobre el terreno hace difícil verlo a la luz del día, pero se muestra activo en el crepúsculo y durante la noche. Es un cazador con una dieta generalista, adaptándose a la oferta alimenticia de cada región. En general, caza roedores, pequeños marsupiales y aves. Sus hábitos reproductivos sólo han sido observados en cautiverio, constatándose que el período de gestación de las hembras es de 85 días, dando a luz entre una y tres crías. La madurez sexual la alcanzan a los tres años.
Yacaré overo
El yacaré overo o Caimán latirostris es una especie que pertenece a lossaurópsidos de la familia Alligatoridae y es característico de las grandes corrientes fluviales de América del Sur. Son grandes reptiles predadores subacuáticos.
Endémico en las regiones tropicales y subtropicales de América del Sur, el yacaré overo puede superar los tres metros de longitud. Su nombre deriva de la coloración de manchas difusas entre el verde intenso y el gris pálido. El riesgo de desaparición que corre está testimoniado por el hecho de figurar en el listado de especies amenazadas de extinción del Cites (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres), y se debe fundamentalmente a la intensa caza a la que es expuesto en razón de la calidad de su piel para la marroquinería e industrias afines.
El yacaré overo supera los dos metros y medio de longitud en estado adulto. Posee un acentuado dimorfismo sexual, siendo las hembras más pequeñas. Además de su coloración variopinta, lo distingue de especies similares el hocico robusto y corto, tan ancho como la cabeza, y el mayor tamaño de las placas protectoras del cuello. Puede alcanzar los 90 k de peso y su pigmentación tiene cualidades miméticas, que prácticamente lo invisibilizan en los lugares de tupida vegetación en los que habita.
Se encuentra en regiones pantanosas y lacustres de Bolivia, Brasil, Argentina, Paraguay, y Uruguay, en especial las cuencas del río Amazonas, el Paraguay y el Paraná. Si bien está en zonas de vegetación intensa y clima tropical, puede sobrevivir en climas más templados y secos que otras especies, llegándoselo a ubicar en sitiostan australes como los 22º de latitud Sur.
La dieta del yacaré overo es carnívora; alimentándose principalmente de caracoles, crustáceos y otros moluscos. A su vez, ingiere otros reptiles y mamíferos pequeños. Respecto a sus presas, son selectivos, ya que pese a ser capaces de atacar exitosamente a carpinchos o lobitos de río, raramente lo hacen por el costo energético que ello les insume.
El apareamiento se da en la estación lluviosa. La hembra hace el nido mezclando vegetación seca y tierra y pone allí de 15 a 40 huevos. La incubación dura un promedio de 13 semanas. Al nacer, las crías miden unos 20 centímetros y son protegidas de forma agresiva por la hembra durante varios meses, criándolas en cursos reducidos de agua hasta que pueden desenvolverse de manera independiente.
Es preciso agregar que los juveniles tienen una elevada tasa de depredación a causa de la acción de las aves rapaces, particularmente el carancho y el gavilán cangrejero, lo que se agrega a la caza furtiva como motivo adicional para el peligro de la especie.
Carpincho
El carpincho (Hydrochoerushydrochaeris) es el roedor más grande del mundo y en Uruguay es una especie protegida, ya que la caza los ha castigado como población debido a su carne (muy similar a la del cerdo) y a su cuero. Los ejemplares adultos llegan a medir medio metro de altura. También denominado “capincho” están diseminados por todo el continente, al este de los Andes, recibiendo al norte el nombre de “capibara” o cerdo de agua.
Es un animal herbívoro que habita montes y bañados. La persistencia de la caza lo ha transformado en vespertino y nocturno. En el crepúsculo sale de su hábitat a la pradera y se alimenta de pasto y otros vegetales. Su período de reproducción se extiende de setiembre a marzo y, tras 120 días de gestación, la hembra pare entre dos y ocho crías. Son animales grupales y el macho más viejo y de mayor tamaño juega un papel dominante sobre la manada.
Tiene un cuerpo en forma de barril,una cabeza ancha y grande y un pelaje pardo-rojizo. Puede tener hasta 1.30 m y llegar a pesar 65 k. Sus pies son palmeados, carece de cola y cuenta con veinte dientes. Con patas posteriores algo más largas que las anteriores; hocico romo y sin pelos. Aunque de dimensiones similares, las hembras suelen tener mayor peso que los machos.
El pelaje es largo (entre 30 y 120 mm.) y en forma de cerdas. Sin embargo su distribución no es homogénea, por lo que en algunas zonas del cuerpo es prácticamente inexistente, lo que explica el hecho de que los carpinchos se revuelquen en el barro para evitar las insolaciones.
Al igual que otros animales que pasan parte del día en el agua, los ojos, las orejas y las narinas del carpincho se encuentran en la parte superior de la cabeza, de manera que cuando sobresale a la superficie lo hacen casi que de manera subrepticia.
Si bien no son extremadamente sensibles a los cambios en su hábitat, teniendo buena capacidad adaptativa, su tasa de mortalidad varía según la estación del año. En temporadas húmedas y lluviosas prospera, pero es sensible al calor, no sólo por sus consecuencias deshidratantes, sino por la penuria de nutrientes, que los lleva a tener que adentrarse en la pradera, con los consiguientes riesgos para una especie sumamente depredada.
Paca
Si el carpincho es el roedor más grande del mundo, el segundo roedor en importancia es la paca (o ‘cuniculus paca’, un mamífero con características similares al carpincho pero más pequeño. Al igual que aquel tiene un rango de distribución que partiendo de México llega a Uruguay, la región más austral en la que se detectó su presencia.
Esta especie, de la que existen pequeñas comunidades en la zona de Paso Centurión, Sierra de Ríos y adyacencias , particularmente a orillas del río Yaguarón, tiene un pariente próximo, de similar morfología, en la llamada ‘paca de montaña’, que habita los montes andinos de montaña de Venezuela, Colombia, Perú, Ecuador y Bolivia. Otra subespecie de similar morfología, llamada ‘paca gigante’, registra pocos avistamientos (aunque se ha verificado taxonómicamente con ejemplares muertos) en la zona del Amazonas.
El cuerpo de la paca mide entre 60 y 79 cm de longitud, 35 cm de altura y la cola es de unos tres centímetros. Su peso oscila entre los 7 a 10 k y su color entre pardo y anaranjado está franjeado por manchas blancas redondeadas. Al igual que el carpincho, su cabeza es grande, las orejas cortas y los ojos grandes y acentuadamente separados.El período de gestación de la paca es de entre 145 y 155 días y del mismo nacen entre una y tres crías.
De hábitos nocturnos, se alimentan de vegetales, incluyendo raíces, brotes, hojas y semillas. De escasa movilidad, permanecen durante el día en sus madrigueras, construidas entre el follaje y que tienen varias salidas. Aunque no se alejan mucho del lugar donde pernoctan, es decir, son animales extremadamente territoriales, aunque son sumamente veloces y excelentes nadadores.
Su carne, exquisita, magra en grasa y rica en proteínas, la ha hecho botín predilecto de los depredadores. Por otra parte, sufre aun más que el carpincho con el progreso de la forestación y la tala de sus territorios boscosos.
Desde tiempos precolombinos, la paca ha sido una de las fuentes de proteínas por excelencia para las poblaciones indígenas de Costa Rica y Panamá, donde su explotación con fines nutricionales se viene realizando de manera sustentable desde hace miles de años.
Corolario
Al cabo de este repaso hay que hacer al menos tres precisiones: la primera es que la nómina reseñada no abarca a todas ni a la mayoría de las especies en peligro de extinción en Uruguay; la segunda, es que se limita (salvo en el caso del yacaré overo) a especies de mamíferos de mediano porte, quedando por fuera de la enumeración otros animales autóctonos que resulta difícil omitir, como el sapito de Darwin, por ejemplo; la tercera, es que no se reseñan clases de vertebrados que en Uruguay tienen una diversidad reconocida en el mundo entero, como es el caso de las aves, y no se mencionan algunas especies con presencia reciente en nuestro país, algunas de ellas que se consideraban extinguidas desde hace más de un siglo y que han reaparecido singularmente en el ecosistema.
Tales son los casos del puma, el mono aullador o la anaconda amarilla. Estos avistamientos (algunos con registros fílmicos) sugieren que algo está cambiando en los ecosistemas, y una de las características más sobresalientes de este cambio es la australización de la fauna y de la flora. En otras palabras, que numerosas especies y subespecies se están expandiendo hacia el sur, lo que habla de ecosistemas alterados por causas aun insuficientemente estudiadas como para darles una explicación plausible.