El cambio climático es irreversible
La mitigación de carbono, el metano del agro y la adaptación al cambio
Ramón Méndez es doctor en física, pero su doctorado en la Universidad de la Plata es apenas el inicio de su carrera profesional. Al desempeñarse como director Nacional de Energía entre 2008 y 2015, llevó a cabo el programa de Política Energética de Uruguay, que posicionó al país como modelo en la descarbonización de la economía.
“El cambio climático es irreversible”, aseguró Méndez en diálogo con LA REPÚBLICA. Pese a que Uruguay es reconocido en el mundo por este programa y de que su aplicación diera lugar a un “modelo de gobernanza”, según explicó el físico, aún quedan cometidos por resolver.
En consecuencia, con la creación del Sistema Nacional de Cambio Climático en 2009, la que él mismo dirigió entre 2015 y 2016, que generó la implementación de una Política Nacional de Cambio Climático de Uruguay para 2020-2050, se cumplieron las primeras negociaciones del Acuerdo de París.
Esta gobernanza “transversal”, que discute el cambio climático en actividades como el turismo y la industria, también debe analizar las consecuencias que a futuro se tendrán. “Es una de las ventajas que tiene Uruguay ante los cambios que producirá el fenómeno en el siglo XXI”. Este sistema cuenta con la participación del 80 por ciento de las carteras de la Administración Central.
“La Unión Europea analiza el caso de Uruguay y lo toma de ejemplo desde un punto de vista energético”, puntualizó Méndez, para luego agregar que gracias a esta política el país logró que el 98 por ciento de la matriz eléctrica proviniera de fuentes renovables.
“El cambio climático es una problemática transversal: impacta en la salud pública, impacta en el turismo, impacta en la producción agropecuaria y afecta la industria, Pero no debería olvidarse que los sectores vulnerables no cuentan con las herramientas suficientes para adaptarse a los cambios futuros”, apuntó.
Aún quedan acuerdos por cumplir. “Esta problemática tiene dos vertientes. La primera es tratar de frenar el cambio climático, algo que denominamos mitigación, o sea reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. La segunda es cómo hacemos para adaptarnos a los cambios que están ocurriendo”, subrayó.
Las faltantes en la mitigación
Para continuar con la mitigación de las emisiones de carbono, según especificó Méndez, existen dos sectores donde el Uruguay debería “concentrar sus esfuerzos”. El primero es la movilidad con automóviles, el segundo sector es el agropecuario.
“El grueso de las emisiones de carbono en el Uruguay está en la movilidad. Gracias al aumento del poder adquisitivo que percibió la sociedad desde 2005, la cantidad de automóviles se elevó. La movilidad eléctrica y la movilidad activa, como son los autos eléctricos o las caminatas, son alternativas que se presentan”, aseguró el físico, para luego agregar que “también se debe mejorar el servicio del transporte colectivo, así las personas prefieren este servicio eléctrico y abandonan el automóvil”.
El segundo sector y uno de los más controversiales ya que ataña a una actividad que representa el siete por ciento del Producto Bruto Interno del Uruguay es el agropecuario. “Esta actividad es la responsable del 80 por ciento de emisiones de gases de efecto invernadero, nuestro país emite metano como ningún otro país en el mundo”, sostuvo Méndez.
En este sentido, explicó que el cambio climático afectará progresivamente a la actividad y no solo por las sequías o las inundaciones, sino por una tendencia sucesiva de los consumidores a eliminar la carne de sus dietas. “Por las consecuencias que genera en el ambiente”, explicó. El país tiene que repensar la actividad auqnue es “un gran desafío porque Uruguay es ganadero”.
“Pese a que esta actividad representa el siete por ciento del PBI, debería estudiarse como esta se vuelca a otras. En especial, porque en un futuro el producto no será aceptado en el mercado internacional y esto va a provocar pérdidas arancelarias”, indicó el físico.
Mientras tanto, la reducción de emisiones de metano son un gran debe en el desarrollo de tecnologías a nivel mundial. “En Nueva Zelanda se intentó modificar genéticamente al ganado vacuno y cambiar de raciones. No hubo resultados contundentes”, señaló.
Las adaptaciones al cambio climático
Las inundaciones, las sequías, el aumento de enfermedades tropicales, el derretimiento de los glaciares así como el aumento del nivel del mar, son algunas de las consecuencias del cambio climático. Pese a los acuerdos internacionales y que el tema cobra más relevancia en países desarrollados, “estos fenómenos serán cada vez más intensos y frecuentes”. Por ello, además de las políticas de mitigación deben existir “inversiones para frenar los impactos del cambio climático”, que según sostuvo el físico, “es irreversible”.
“En especial sobre aquellos sectores más vulnerables de la sociedad que no sabrán cómo enfrentarse a las tormentas extremas o la variabilidad del cambio climático. La salud pública debe configurarse y adaptarse a la aparición de enfermedades vinculadas a la variabilidad de temperaturas, así como al desarrollo de enfermedades tropicales”, concluyó el experto.
Más datos:
“En Uruguay se habla muy poco del cambio climático. Es incomparable a la forma que se maneja el tema en otros países, donde el tema es central en la agenda pública. La mayoría de los ciudadanos de los países al estar informados actúan en consecuencia. En Uruguay esto se desarrolla de a poco, por olas. Durante el tornado de Dolores el tema resurgió pero cayó. Son explosiones. En algunos momentos el cambio climático se coloca sobre la mesa pero luego el tema vuelve a desaparecer”, indicó el físico y ex titular de la Dirección del Cambio Climático, Ramón Méndez.
Diario LA REPUBLICA -Montevideo - URUGUAY - 14 Setiembre 2021