El pequeño país entre dos gigantes
Modelo de producción agropecuaria en Uruguay destaca en medio de Argentina y Brasil.
Pequeño entre dos gigantes dentro del Mercosur, Uruguay se destaca como un exportador de diversos productos agroindustriales que hoy encuentran en China su principal destino y que, históricamente, han tenido una importante entrada en Brasil, uno de los socios del bloque.
La carne bovina, la celulosa, la soja, los productos lácteos y el arroz son algunos de los bienes que salen del pequeño país sudamericano y que llegan a distintos lugares del mundo como la Unión Europea (UE), Estados Unidos, México y Argentina.
Adrián Tambler, director de la Oficina de Programación y Política Agropecuaria del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), destaca a Efe el respeto de las normas y la trazabilidad como algunos de los aspectos positivos del país sudamericano.
También sus sistemas de producción y los recursos naturales “muy aptos” para la producción agrícola.
En su misma línea, Daiana Ferraro, licenciada en Relaciones Internacionales, docente y especialista en Integración Regional, señala que otra cosa “interesante” de Uruguay es la inocuidad y el cuidado de todos sus cultivos que, junto a la trazabilidad, generan “mucha credibilidad”.
De la región al mundo.
Ferraro, quien también se desempeñara como coordinadora de la Secretaría del Mercosur, puntualiza que con la creación de ese bloque los países entraron en políticas macroeconómicas similares.
También, destaca que durante esa época la producción uruguaya estaba “más orientada hacia la región”.
Pese a esto, cuenta que en ese momento muchos sectores pensaban más “en que se podía perder” con la inclusión de Uruguay al bloque que en lo que se podía ganar.
En ese sentido, el decano de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad Católica de Uruguay y doctor en Asuntos Internacionales, Ignacio Bartesaghi, dice a Efe que algunos sectores sentían temor por lo que podía pasar con determinados productos y subraya que por esto algunos quedaron por fuera como, por ejemplo, el azúcar.
Por otra parte, asevera que uno de los objetivos del Mercosur era “la potenciación de las exportaciones agrícolas”.
“El Mercosur tuvo un sentido de ampliación del mercado para los productos alimenticios y agroindustriales”, asevera.
Sin embargo, Bartesaghi indica que, a principio del siglo XXI, el comercio interregional del bloque “bajó muchísimo” y las exportaciones se desviaron hacia otros mercados.
Actualmente, China es el principal socio comercial de Uruguay y en 2020 se quedó con el 27% de las exportaciones de bienes por US$ 2.149 millones.
Mientras tanto, Brasil se colocó en segundo lugar con un 15% y la Unión Europea (UE) en tercero con 14%.
Además, la carne bovina fue el principal producto de exportación en un año que estuvo marcado por la pandemia del COVID-19.
En total, las ventas al exterior de este producto fueron por US$ 1.585 millones, lo que significó una caída del 11 % interanual si se compara con los US$ 1.798 millones de 2019.
Fernando Mattos, presidente del Instituto Nacional de Carnes (INAC), resalta a EFE que el principal beneficio del Mercosur fue la llegada de este bien a Brasil libre de aranceles.
No obstante, puntualiza que en terceros países el bloque no ha negociado en forma conjunta.
Por otro lado, en 2020 las ventas de celulosa al exterior fueron por US$ 1.101 millones, las de soja por US$ 748 millones, las de lácteos por US$ 648 millones y las de arroz por US$ 457 millones.
UE-Mercosur.
En 2020, las ventas de Uruguay hacia la UE fueron por US$ 1.091 millones, el 44% de esto en celulosa, el 24% en carne bovina y el 4% en arroz.
Un año antes, fueron por US$ 1.532 millones, el 48% en celulosa, el 19% en carne bovina y el 8% en madera y subproductos.
Para Bartesaghi, el tratado entre la UE y el Mercosur será “muy favorable para la agroindustria” del bloque sudamericano y de Uruguay.
Sin embargo, entiende que los beneficios no cambiarán “la ecuación” de la agricultura, algo que sí haría la mejora en los accesos a varios mercados en paralelo, fundamentalmente los asiáticos.
Ferraro, por su parte, destaca que si bien Uruguay va a dejar de pagar aranceles, aún no sabe cuánto se le va a ampliar la cuota por lo que no sabe cuánto más va a vender.
De todas maneras, la ratificación y entrada en vigor del acuerdo comercial entre la UE y los países del Mercosur, que tardó 20 años en firmarse, tropieza ahora con los temores de distintos socios europeos y de la Eurocámara, fundamentalmente debidos al impacto medioambiental de ese convenio.
Portugal, que este semestre preside el Consejo de la UE, presiona desde inicios de este año para concluir el acuerdo, pero Austria ha trasladado su intención de vetar el pacto.
El vicecanciller austríaco, el ecologista Werner Kogler, explicó al primer ministro portugués, Antonio Costa, en una carta enviada el pasado 4 de marzo, que su Gobierno “rechaza” el acuerdo por los “extensos incendios forestales en la región del Amazonas” y “el aumento de un modelo intensivo de producción agrícola en los países del Mercosur”. El veto austríaco se suma a las reticencias de otro miembro de peso en la UE, Francia, el país que tradicionalmente más se ha opuesto al acuerdo.