El agro australiano en cenizas: cómo puede pegarle a Uruguay
La crisis productiva australiana genera un sostén para los precios de lanas, trigo y lácteos, debilitando la competencia en carnes, al menos por dos años
Australia ha estado luchando contra incendios forestales durante semanas. El fuego ha arrasado más de 11 millones de hectáreas, matando a 28 personas y millones de animales. Y la adversidad continúa.
Además de la catástrofe humanitaria y ecológica, los incendios forestales –que son consecuencia de una sequía prolongada hace tres años–, profundizan una situación negativa agrícola, ganadera y lechera del país llevando al stock vacuno a mínimos de 30 años y la producción de lácteos a los volúmenes más bajos en más de dos décadas.
Esta semana Nueva Gales del Sur fue declarada 100% en situación de sequía, aunque con la esperanza de que la semana que viene lleguen lluvias.
En muchos lugares es la peor sequía de la historia y en general van dos años de lluvias muy por debajo de los registros históricos en las zonas agropecuarias.
Ya antes de los incendios, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) y la Oficina Australiana de Agricultura, Recursos Económicos y Ciencias (Abares) proyectaban que en 2020 la producción de leche de Australia caería a un mínimo de 25 años.
En 2019 la producción de leche fluida bajó 9% interanual, de 9,1 millones de toneladas a 8,7 millones y en 2020 se espera que baje a 8,5 millones de toneladas, como consecuencia de los altos costos de alimentación, costos elevados de agua para riego y reducción del número de vacas debido a la escasez de pasturas que llevó a un aumento en la faena.
La cosecha de trigo será la más baja en al menos 12 años (16 millones de toneladas). El sorgo –principal cultivo de verano– reducirá su área y su producción un 50%, a 398.000 toneladas, la más baja en 42 años según Abares, impulsando los precios de los granos y por ende el costo de alimentación del ganado.
La producción de arroz casi ha desaparecido.
En el caso del trigo la producción es la mitad que en 2016 y desde entonces no para de bajar. La incertidumbre respecto a la próxima siembra contribuye a una situación firme en el mercado internacional del cereal.
Las regiones afectadas por los incendios representan aproximadamente un tercio de la producción de leche del país, según muestran datos del grupo industrial Dairy Australia.
Algunos tambos están desechando leche en áreas con cortes de energía o con problemas de acceso. No se pudieron recolectar alrededor de 900.000 litros de los tambos.
En la ganadería la sequía ya venía presionando a una mayor faena y producción, pero como contrapartida a una baja en la población de vacunos. Eso se verá agravado.
El 9% del stock vacuno de Australia se ubica en regiones significativamente afectadas por los incendios y otro 11% en regiones parcialmente afectadas.
En el caso de los ovinos, el 13% del stock nacional se ubica en zonas muy afectadas y otro 17% en regiones parcialmente afectadas, según estimaciones de Meat and Livestock Australia.
Con base en esto, podría bajar la población en 1,7 millones de ovinos y 450.000 vacunos, una reducción de 2,4% y 1,8% en el stock, respectivamente.
Lo que contó un ganadero de Nueva Gales del Sur
Gerard Mac Show, productor ganadero de Holbrook (Nueva Gales del Sur), dijo a Blasina y Asociados: “Tengo 64 años y estos incendios son los más grandes que vi en mi vida, potenciados por la sequía han causado grandes daños en todos los estados australianos. Nunca vi ni oí hablar de tal magnitud ¡Todo al mismo tiempo! ¡Increíble!”.
La zona en la que trabaja es reconocida por los productos locales que incluyen lana Merino, carne vacuna y ovina.
En Nueva Gales del Sur más de 5 millones de hectáreas fueron quemadas y se estimaron pérdidas de aproximadamente 1.000 millones de animales silvestres.
“Se destruyeron al menos 30.000 hectáreas de bosques de pinos. La pérdida de ganado ha sido significativa, algunos estiman hasta medio millón de cabezas de ganado vacuno, ovino y equino”, explicó Gerard.
“Enero es el peor mes. Los bosques y praderas están muy secos, ya que algunos lugares no han tenido lluvias significativas en varios años. Algunos fuegos se han encendido deliberadamente, otros por rayos. Ya hay un gran debate sobre la quema de pastizales en el bosque durante el invierno y la primavera para reducir riesgos. Los debates continuarán, pero en este momento tenemos estos fuegos monstruosos para dominar”.
La crisis genera un aumento de los costos de alimentación del ganado. “Después de años de sequía, muchos agricultores no tienen reservas de efectivo. La pérdida de infraestructura, como postes y alambrados eléctricos, también ha afectado severamente a los productores, especialmente a los lecheros.
En el establecimiento donde trabaja, producen carne Angus y algo de ovinos. A su vez es propietario de un campo de 260 ha que arrienda a su vecino para producir lana Merino. “Nuestros campos aún no se han visto afectados por los incendios. El tamaño, el número y la magnitud de los incendios ha tomado a las personas por sorpresa”, complementó.
“Los gobiernos estaduales y el gobierno federal han prometido grandes sumas de dinero y las donaciones han sido importantes por parte de los muy ricos para reconstruir las ciudades y granjas y la infraestructura que ha sido destruida. Sin embargo, ninguna cantidad de dinero puede reparar el daño a la vida de las personas”, lamentó Gerard.
Previo a los incendios, el USDA estimó que la producción de carne de Australia caerá un 10% en 2020, a 2,08 millones de toneladas, el nivel más bajo desde 2003 como consecuencia de una menor faena.
A pesar de que se faena una alta proporción de hembras y ganado que está en zonas afectadas, la prolongada sequía lleva a que las exportaciones previstas para este año sean menores a 1,5 millones de toneladas, desde más de 1,8 millones de toneladas del año pasado cuando alcanzaron un pico de liquidación del stock vacuno.
La población de vacunos, que estaba en 26 millones de vacunos este año, quedará por debajo de 24 millones.
En el caso de la lana, tras dos zafras de duras condiciones climáticas, Australia –el mayor jugador mundial– seguirá restringiendo la oferta de la fibra. Previo a los incendios, el Comité de Proyecciones de Producción de Lana de Australia bajó su previsión sobre la oferta en ese país para la zafra 2019/20, debido a una reducción más acentuada en el stock de ovinos.
Proyectó 272 millones de kilos de lana sucia, una disminución de 9,2% respecto al año anterior. En agosto la entidad había proyectado una caída de 5% y posiblemente las proyecciones del reporte de febrero vuelvan a ajustarse a la baja. Es la menor producción en décadas y marca una caída de 70 millones de toneladas en los últimos dos años.
Al margen de la gravedad de los demás aspectos, para rubros importantes en Uruguay la crisis productiva australiana puede ser un factor de sostén para precios como la lana, el trigo y los lácteos, al tiempo de debilitar la competencia en carne vacuna y ovina, al menos por los próximos dos años.
Producción: Cecilia Pattarino