campos uruguayosEstabilidad en precio de la tierra y baja en propiedades urbana

Por José Ramón García, rematador* La tierra es un bien finito, resguardo de grandes capitales pero no es ajeno a la baja del precio de los commodities (principalmente agrícolas).  Hay consultas, interés y capital para invertir en tierra pero a los nuevos valores, aquellos picos de precios en dólares fueron historia.
El mercado inmobiliario rural busca estabilidad en los precios de la tierra, luego de años de baja de precios en el valor de la tierra encuentra cierta estabilidad en nuevos valores, los campos que más sufrieron la baja son los agrícolas con un 50% de caída, campos que se comercializaban en los 12.000 dólares por hectárea hoy se comercializan en 6.000. El volumen y la superficie comercializada es menor a años anteriores.

No todos los campos valen lo mismo, depende la ubicación, suelos, instalaciones, distancia a puertos.., aptitud (agrícola, ganadera, mixtos o forestales), pero es una constante que el mercado no valida super-precios como los hubo en su momento, esto ocurre en compra/venta como en arrendamientos, los cuales son puntuales los que se hacen en dólares, siendo la mayoría en kg de producto, sea por ejemplo, en kg de soja por hectárea por año, o en kg de carne por hectárea por año.
Hoy el valor de la tierra está atado pura y exclusivamente a la rentabilidad de la misma y lo que ésta produzca. Hay un factor no menos importante que está influyendo en el mercado que es el alto nivel de endeudamiento de rubros muy intensivos como la agricultura, lo que está generando atrasos, corrimiento de pagos y hasta incumplimiento en contratos de arrendamiento por falta de liquidez y de pago. Y comenzaron ventas forzosas, como ventas judiciales por no cumplir con los compromisos asumidos, hace unos años no se veía pero ya hay tierras que han pasado por el martillo judicial.

Inmuebles urbanos
Las propiedades urbanas, lo que se comercializa es fuertemente a la baja, al subir el precio del dólar más que la inflación; sube el dólar, sube el desempleo y baja el precio de las propiedades en dólares, baja el precio de construcción a nuevo en dólares el m2. Y en propiedades que no se comercializan entra el factor depreciación porque pasa a influir el tiempo.
Quien quiera vender, tiene que adaptarse a los nuevos valores del mercado, se pinchó aquella burbuja de precios de años anteriores. Y el mercado no valida antiguos precios que son más una expresión de deseo de algún propietario y de alguien que cuelga un cartel con total falta de profesionalismo y formación, que el valor de tasación de la propiedad, y ésta queda sin comercializar.
Hoy la rentabilidad para alguien que invierte en ladrillos es muy baja e incluso hay alternativas más atractivas, estando en mínimos históricos, generando una oferta importante de proyectos urbanos sin comercializar, y hasta esqueletos (apartamentos, casas o edificios sin terminar).
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Diario ECO DIGITAL - Colonia - URUGUAY 13 noviembre 2019