INIA presentó experimento que evalúa la gestión del pastoreo sobre campo natural.
El experimento lleva cuatro años de resultados y analiza efectos de distintos niveles de pastoreo ovino sobre campo natural para mejorar producción y servicios ecosistémicos.
La Unidad Experimental de Palo a Pique (UEPP) del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) en Treinta y Tres fue anfitriona de la jornada “Oportunidades para una ganadería sostenible en el Este”, en la que productores, técnicos y referentes del sector pudieron conocer diferentes líneas de trabajo que está desarrollando INIA asociadas a eficiencia y mitigación de emisiones de metano, gestión del pastoreo sobre campo natural, monitoreo de pastizales y manejo de pasturas perennes.
En la primera parada, el DMV. Gonzalo Fernández Turren y el Ing. Agr. Mario Lema (INIA) compartieron resultados de estudios que está realizando INIA sobre estrategias nutricionales adaptadas a sistemas extensivos para reducir las emisiones de metano provenientes de la cría vacuna. Durante el recorrido, mostraron las unidades GreenFeed, que permiten estudiar el patrón diario de emisiones a nivel individual y de rodeo, y así cuantificar las emisiones de metano.
“Estamos evaluando el potencial de mitigación de estrategias nutricionales que los productores conocen hace muchos años, como los mejoramientos con Lotus Rincón o la suplementación invernal con afrechillo de arroz entero. Si fueran estrategias muy novedosas la implementación y el impacto a nivel nacional sería más gradual y a largo plazo, por eso trabajamos con las que los productores ya conocen, para que sientan mayor seguridad a la hora de aplicarlas”, explicó Fernández Turren.
Entre los resultados, Lema y Fernández Turren destacaron que “los mejoramientos con Lotus Rincón permiten mejorar la productividad y bajar la intensidad de emisión”, y que “la suplementación con afrechillo de arroz parecería ser una estrategia promisoria a considerar para bajar las emisiones en animales pastoreando campo natural durante el invierno, porque permite duplicar la ganancia diaria sin incrementar las emisiones de metano”.
El recorrido siguió de la mano de los Ings. Agrs. Gerónimo Cardozo y Amparo Quiñones, quienes abordaron uno de los puntos críticos para los campos naturales del este: la invasión de la gramilla. Para dimensionar la situación, mostraron al público resultados de estudios de INIA que constatan que los gramillales implican pérdidas de diversidad vegetal y en general, lo que se asocia a la pérdida de carbono de los suelos; y que, en condiciones extremas, no pueden ser revertidos a partir del banco de semillas del suelo.
Quiñones explicó que, para abordar esta problemática, desde 2015 INIA está evaluando el potencial de especies nativas para revertir la invasión de gramillales. Detalló que actualmente las especies evaluadas son Paspalum notatum cv. INIA Sepé, y Paspalum dilatatum cv Surenio.
La novedad de la actividad estuvo en la segunda parada, donde se presentó por primera vez un experimento de largo plazo que se instaló en 2021 y por 30 años evaluará los efectos de distintos niveles de pastoreo ovino sobre el campo natural, en la medida que, la productividad y huella ambiental de los pastizales pueden verse comprometidas cuando el pastoreo es inadecuado.
Según detalló al público el zootecnista Jean Savian de INIA, “la hipótesis central del ensayo es que una intensidad de pastoreo moderada (8–12 cm) promueve mejor equilibrio entre sostenibilidad productiva y ambiental a largo plazo. Para eso, el experimento evaluará distintos niveles de pastoreo ovino sobre campo natural de 4, 8, 12 y 16 cm de altura, de forma de poder analizar la relación suelo-planta-animal-atmósfera y definir criterios de manejo que sirvan directamente al productor”.
Cerrando la segunda parada, el público pudo conocer de la mano de la Ing. Agr. Amparo Quiñones (INIA) algunas mediciones que está realizando INIA de la vegetación de las sierras y lomadas del Este. “Esto nos brinda información objetiva y continua para comprender cómo los cambios en la vegetación afectan el desempeño animal y la biodiversidad, facilitando decisiones de manejo más sustentables y eficientes”, detalló.
Con métodos tradicionales de medición de la composición florística y métodos más modernos como el sensado remoto con drones, han logrado registrar 151 entidades vegetales, correspondientes a 34 familias botánicas. Los resultados muestran que las familias Poaceae y Asteraceae son las más numerosas, con 52 y 26 registros respectivamente; la riqueza promedio es de 38 especies/m2 (valor mínimo de 14 y máximo de 58); la diversidad, según el índice de Shannon, es de 1,97 (valor mínimo de 1,11 y máximo de 2,8), y anualmente las 10 especies más abundantes logran una cobertura de entre 74 y 78%.
La última parada tuvo lugar en el experimento de largo plazo “Intensificación sostenible de sistemas ganadero-agrícolas”, de la mano de los Ings. Agrs. Walter Ayala, Agustina Carrasco, Pablo Rovira, Virginia Pravia (INIA), Nicolás Engel (estudiante de posgrado) y Tobías Choyt (becario Fulbright), quienes hicieron foco en el rol de las gramíneas perennes Festuca y Paspalum notatum, con la colaboración de los investigadores de INIA Tacuarembó, Ing. Agrs. Rafael Reyno y Javier Do Canto.
Entre los datos más relevantes, mencionaron que “Festuca ofrece un potencial destacado en diferentes ambientes y sistemas del este, permitiendo alcanzar productividades de 9 a 12 ton. de forraje/año que, manejadas con cargas anuales promedio de 900 kg de peso vivo/ha, pueden lograr ganancias individuales de 600 a 700 g/animal/año y producciones entre 450 y 530 kg PV/ha de forma sostenida durante 8-10 años”.
Sobre el cierre, mencionaron que la incorporación de una gramínea perenne nativa de ciclo estival, como Paspalum Notatum cv. INIA Sepé, “permitirá valorar su contribución complementaria en la cadena forrajera del sistema junto a Festuca y campo natural, cuantificando la estabilidad productiva, así como el potencial secuestro de carbono en un sistema 100% pastoril basado en la combinación de gramíneas perennes”.