SEA CUAL SEA" EL GOBIERNO
La “amenaza” que ve Itaú, el efecto UPM y la reforma impostergable
Crecimiento “modesto” de la economía, un déficit fiscal “alto y persistente” que podría llevar a perder el grado inversor y la posibilidad que tiene UPM de revertirlo, fueron las principales lecciones que la institución financiera le hizo a Uruguay.
La economía uruguaya tendrá un crecimiento “bastante modesto” este año, con un déficit fiscal “alto y persistente” que “preocupa” por sus efectos en la deuda y empieza a ser una “amenaza al grado de inversión” que ostenta el país.
El próximo gobierno, “sea cual sea” el que resulte tras las elecciones, encarará una reforma previsional y no cambiará la política económica (ver aparte). Esa es la visión del banco Itaú BBA, el segundo entre los privados en materia de créditos.
En una presentación a periodistas de la región en São Paulo, el responsable de Itaú para la cobertura económica de Argentina, Uruguay y Paraguay, Juan Carlos Barboza, señaló que la previsión para la economía uruguaya este año, es de un crecimiento “bastante modesto” de 1%, debido a que “el ambiente regional no ayuda”.
“La crisis argentina tiene un impacto importante en turismo e inversión directa en Uruguay y a esto se suma la apreciación del peso uruguayo sobre los dos vecinos. Así que, sobre la caída del ingreso real en Argentina, se agrega lo caro que es vacacionar ahora en Uruguay. Eso va a impactar en el deterioro de la cuenta corriente, que la va a llevar a un déficit de 1,5% del Producto Interno Bruto (PIB), aunque es bastante manejable”, expresó Barboza.
Agregó que “Uruguay también enfrenta el desafío de la desaceleración económica por el impacto regional, pero el evento más importante es avanzar en la consolidación fiscal. El déficit fiscal en Uruguay ha sido alto y persistente en los últimos años”. En los 12 meses a enero, excluyendo el ingreso extraordinario por la ley de “cincuentones” (que derivará en un gasto mayor a lo que ingresa), el déficit se ubicó en 4,3% del PIB. Ese nivel, es el más alto en 30 años.
“Eso llevó a un deterioro importante del ratio deuda/PIB que empieza a ser una amenaza al grado de inversión”, analizó el economista.
Actualmente, la calificadora Fitch Ratings tiene a Uruguay con perspectiva “negativa” para la nota de BBB-, el mínimo dentro del grado inversor.
“Es muy difícil avanzar en una reducción del déficit fiscal en estos momentos en Uruguay, esa es la principal preocupación, puesto que eso implicaría que las agencias calificadoras, en particular Fitch, deberían retener su perspectiva negativa por bastante tiempo”, explicó Barboza.
“Si no hay mayores avances (en la reducción del déficit) o un deterioro adicional en las cuentas públicas, puede derivar en un downgrade (baja de nota)” y la consiguiente pérdida del grado inversor de esa calificadora.
Otras tres agencias de riesgo tienen a Uruguay un escalón por encima del mínimo en el grado inversor y con perspectiva “estable” por lo que allí no corre riesgos. Respecto a si es posible que el país pierda el grado inversor, el director de Banca de Inversión del Itaú BBA en América Latina, Baruc Saez señaló: “espero que no”.
“El trabajo de Herman (Kamil, el director de la Unidad de Gestión de Deuda del Ministerio de Economía) y su equipo es mantener informadas a las agencias, muchas veces las agencias necesitan estar un poco cerca del emisor para entender las necesidades de financiamiento”, agregó Saez.
El efecto UPM
Ante un panorama complicado, la decisión que tome la finlandesa UPM de hacer una segunda planta de celulosa en Uruguay es clave. El banco Itaú prevé que la economía en 2020 crezca al 3%, acelerándose, en un escenario que contempla la inversión de dicha empresa.
“Sería muy buena la confirmación de UPM. La construcción del tren (en referencia al ferrocarril que demanda una inversión de más de US$ 800 millones) es una muy buena noticia, pero se necesita la confirmación de UPM. Uruguay para 2020 tiene un escenario regional muy positivo. Todo eso debería apuntalar a la economía uruguaya”, afirmó Barboza. Ahora, “si no se da” la confirmación de UPM, “vamos a ir rápidamente a un 2%” de crecimiento de la economía, añadió.
Pero además, la confirmación de UPM puede ayudar a mantener el grado inversor, pese a la situación fiscal. Si se aprueba la planta “creo que es positivo y en ese caso la agencia (Fitch) le daría más tiempo (a Uruguay) y no se adelantaría a hacer un downgrade (baja de calificación)”, complementó Saez.
Las reformas que se vienen tras la elección
“Somos bastante optimistas sobre el resultado de las elecciones en Uruguay, no prevemos cambios en materia de política económica cualquiera sea el resultado”, dijo el economista Barboza de Itaú BBA. En diálogo con El País complementó que “Uruguay tiene una virtud: a pesar de haber tenido un gobierno de izquierda, las políticas económicas se han mantenido”.
“Ha habido ciertos deterioros en algunos fundamentos, en materia fiscal”, indicó. Según Barboza “hay bastante consenso, incluso en buena parte del Frente Amplio , y claramente en el resto de la oposición, de que hay que encarar reformas en Uruguay: previsional, tal vez laboral”.
“El debate está y es inevitable, eso va a ocurrir. Una ventaja de Uruguay es que no hizo tabla rasa con lo que se avanzó. Ahora, sí hubo algún deterioro y no solo la oposición, incluso el propio Frente Amplio, va a encarar las reformas pendientes y postergadas”. Señaló que “este gobierno ha comenzado algo con la reforma de la Caja Militar, una reforma no muy ambiciosa, pero que con el correr del tiempo va a tener que resultar en ahorros”.
Explicó que del déficit de 4,3% del PIB, el rojo del BPS, la Caja Militar y la Caja Policial, “explica casi todo el déficit del sector público no financiero”. “El otro punto es el déficit del Banco Central”, agregó. Por eso, la reforma jubilatoria “no es agradable de presentar a la sociedad, pero es la reforma que se viene para la nueva administración sea cual sea”, afirmó.
Sobre una reforma laboral, dijo que “hace a la competitividad de la economía y al aumento de la productividad”. “Uruguay se ha caracterizado por tener una productividad bastante menor a la región. Ahora, no es un tema sencillo. Los sindicatos son fuertes en Uruguay”, concluyó.