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¿Cómo incide la guerra comercial en la industria nuclear estadounidense?, que importa el 99% del uranio que utiliza

 La guerra comercial desatada por Estados Unidos trajo al tapete un viejo problema energético del país del norte: su dependencia del uranio extranjero.En la hoja de ruta de la política energética estadounidense se estima que debería triplicarse la energía nuclear.Estados Unidos ha estado importando el 99% del concentrado de uranio para fabricar combustible para sus reactores. En total son 54 las centrales nucleares del país, y generan alrededor de una quinta parte de toda la electricidad que consume, según CipherNews.

Ese mismo medio da cuenta que la mayor parte del uranio proviene de Canadá, Kazajistán, Australia, Rusia y Uzbekistán, y si bien este mineral quedó exento de los aranceles impuestos por el gobierno, la situación puede variar, lo que ha dejado de manifiesto una vulnerabilidad estructural en la cadena de suministro nuclear.

Según la Administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA), el año pasado la producción nacional de concentrado de uranio se multiplicó por trece, pero aun así no es suficiente para cubrir la demanda. No obstante, según detalla Alba Otero en informe para Xataka, Scott Melbye, presidente de Uranium Producers of America, ha asegurado que al menos seis empresas han reiniciado operaciones mineras en el país.

De acuerdo al mismo informe, en la década de 1980 Estados Unidos era el mayor productor mundial de uranio, pero en las siguientes otros países le ganaron terreno, como Canadá y Kazajistán, donde los costos de extracción eran más bajos. La situación se agravó con un acuerdo de desarme nuclear de la URSS y durante 20 años la mitad del combustible nuclear estadounidense provino del reciclaje de uranio soviético.

Después de toda esta situación, en la que empezó cada vez más a depender del uranio de otros llegó el accidente de Fukushima en 2011. Tras esta tragedia muchos países, incluido EEUU, redujeron su inversión en energía nuclear. Las empresas mineras occidentales pausaron operaciones, mientras que Kazajistán, con respaldo estatal, aumentó su producción  sin preocuparse por la rentabilidad. Rusia también siguió vendiendo uranio barato, incluso tras la finalización del acuerdo de desarme en 2013.

La orientación de las políticas de Trump parece orientarse hacia la reactivación de su cadena de suministro nuclear interna. A pesar de que el uranio aún está libre de aranceles, la tensión global, los avances tecnológicos y la urgencia energética están empujando al país a volver a mirar su propio subsuelo. La gran pregunta es si este renacimiento será suficiente y sostenible a largo plazo.

UYPRESS -Montevideo - URUGUAY - 23 Abril 2025