Blindar el MERCOSUR contra el narco
La academia es vital para convertir la seguridad en política de Estado.
El crimen organizado convirtió las fronteras del MERCOSUR en un corredor estratégico. Solo en 2024, Uruguay incautó 4.2 toneladas de cocaína en el Puerto de Montevideo – un récord que revela nuestra vulnerabilidad. Frente a esta amenaza transnacional, la creación de una Secretaría Especializada contra el Narcotráfico, propuesta por Brasil en la última cumbre celebrada recientemente en Argentina, podría cambiar las reglas del juego.
Hoy, mientras las redes criminales operan con impunidad entre Rivera y Chuy aprovechando vacíos legales, los países del MERCOSUR actúan de forma fragmentada. Esta iniciativa unificaría inteligencia, extradiciones y operativos conjuntos, blindando puntos críticos como nuestras zonas francas o el Río de la Plata.
El valor de esta Secretaría es multidimensional pues facilitaría:
La asistencia técnica para países como Paraguay, cuyas fronteras son explotadas por carteles;
La negociación unificada con potencias como EE. UU. o China para frenar precursores químicos y lavado mediante criptomonedas;
Políticas sociales preventivas en barrios vulnerables de Montevideo o Artigas, replicando modelos exitosos como el programa colombiano «Jóvenes Fuertes».
El papel de las universidades
Las universidades tienen la capacidad para amplificar el impacto. Ejemplos concretos ya avanzan. La Universidad de la República entrena a fiscales en delitos financieros; la ORT desarrolla inteligencia artificial para rastrear activos ilícitos y recientemente se ha concretado un acuerdo pionero entre UCLAEH (Uruguay) y la Universidad de San Isidro (Argentina) que entre múltiples objetivos, se ha planteado el propósito de asistir técnicamente los procesos de reinserción de la población privada de libertad y promover desde la descentralización municipal, la participación ciudadana con foco en mejorar la seguridad en los ámbitos locales.
La academia es vital para convertir la seguridad en política de Estado.
En Colombia, la Universidad de los Andes asesora a la policía antinarcóticos y la red europea EMCDDA articula 30 universidades.
Con una Secretaría del MERCOSUR contra el narcotráfico, estas iniciativas escalarían, pues se podría crear un observatorio regional para mapear rutas criminales, capacitar agentes fronterizos en nuevas tácticas, tales como el uso de drones, el control de transacciones en la dark web, y llevar adelante programas de prevención a escuelas de frontera.
Los desafíos no son menores, pues se requiere armonizar leyes de extradición, financiar sostenidamente la Secretaría, y evitar su politización. Pero Uruguay tiene todo por ganar, como lo es el acceso a tecnología satelital compartida, fondos para la Guardia Costera, y dejar de ser un «eslabón débil» que el crimen explota.
Esta Secretaría puede ser el inicio de un MERCOSUR que no solo reacciona al crimen, sino que lo combate desde sus cimientos: con inteligencia colectiva, políticas sociales audaces, y el poder transformador de sus universidades.
El crimen organizado no conoce fronteras, nuestras respuestas tampoco deberían tenerlas.