La biodiversidad al alcance de un “código de barras”
Así como en el supermercado escaneamos un código de barras para conocer la información de un producto, la ciencia permite hacer algo similar con la naturaleza. Cada especie deja rastros de su ADN en el ambiente, y esos fragmentos funcionan como una huella única que permite identificarla.
Esta posibilidad innovadora hace viable reconocer la biodiversidad de un lugar sin necesidad de capturar ni molestar a los animales.A esta técnica se le llama metabarcoding.
Esto es parte de un movimiento científico global. Desde que el canadiense Paul Hebert propuso en 2003 usar pequeñas secuencias de ADN para identificar especies, la técnica se expandió muy rápido y pasó a formar parte de una red internacional.
La base de datos ya reúne más de 12 millones de secuencias correspondientes a unas 350.000 especies. Sin embargo, este catálogo todavía está incompleto: hay regiones con muchísima información y otras con grandes vacíos.
Por eso, cada proyecto local que aporta nuevas secuencias no solo fortalece nuestra ciencia, también suma al conocimiento global. Uruguay se integra así a esta red internacional que busca armar la gran enciclopedia genética de la vida en la Tierra.
¿Qué es el metabarcoding?
Es una técnica basada en el ADN ambiental, se desarrolló hace más de 20 años y se expandió en diferentes partes del mundo. Sin embargo, esta es la primera vez que se aplica en un área protegida de Uruguay
El escenario elegido
El proyecto se llevó adelante en el Área Protegida Esteros y Algarrobales del Río Uruguay, que integra el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP). Ahí, un equipo interdisciplinario liderado por la Dra. Mariana Cosse evaluó la aplicación de esta herramienta en peces, anfibios y macroinvertebrados.
El trabajo fue posible gracias a un convenio con el Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable, con la participación de investigadores de la Universidad de la República y del Museo Nacional de Historia Natural.
Los resultados:
Especies de peces 57
Especies de anfibios 11
Macroinvertebrados 88
Peces: se registraron 57 especies, lo que eleva a 72 el total de especies identificadas en el área protegida. Esto representa el 25 % de toda la ictiofauna del Río Uruguay potencialmente presente. Entre ellas, se documentaron dos especies nuevas para la fauna uruguaya, una de ellas recientemente publicada como nueva para la ciencia: Phalloceros mimbi.
Anfibios: se confirmó la presencia de 11 especies, incluyendo una nueva para el área, Scinax nasicus.
Macroinvertebrados: se registraron 88 unidades taxonómicas, con la identificación de 58 géneros y 10 especies. Destacó la gran diversidad de moluscos gasterópodos, varios de ellos prioritarios para la conservación.
Además, se generaron numerosos ejemplares de referencia y secuencias de ADN, fortaleciendo las bases de datos locales y evidenciando vacíos de información. De esta forma, se validó el metabarcoding como una herramienta sensible, eficiente y no invasiva para el monitoreo ambiental.
Impacto y proyección
Este estudio marca un antes y un después en Uruguay. Muestra cómo la ciencia puede aportar soluciones innovadoras para conocer y proteger nuestra biodiversidad, con un impacto que trasciende las fronteras del país.
Contar con una buena biblioteca genética no solo ayuda a conocer la biodiversidad, también abre un abanico de aplicaciones sorprendentes. Desde certificar qué comieron las vacas en los pastizales, validar la autenticidad de una miel, hasta detectar si un alimento tiene restos inesperados de insectos. El barcoding se convierte así en una herramienta estratégica tanto para la conservación como para la producción y el comercio.
Poder identificarlos, catalogarlos y aprovecharlos de forma sostenible nos da un conocimiento clave para el futuro. El metabarcoding no es solo ciencia de vanguardia: es también una herramienta para cuidar lo que nos hace únicos como país y para potenciar nuestras oportunidades en un mundo cada vez más atento a la biodiversidad.
“Este proyecto resulta muy satisfactorio por varios motivos, en primer lugar porque implica generar conocimiento para la ciencia del Uruguay a través del enriquecimiento de las bases de datos de ADN de referencia (un aspecto fundamental para la aplicación extendida en el futuro de esta técnica), en segundo lugar permite ampliar el conocimiento de la biodiversidad del Área Protegida, ya que se agregaron nuevas especies a las listas que teníamos, incluso con especies nuevas para Uruguay, y en tercer lugar porque coloca a UPM en una posición de liderazgo en cuanto al uso de técnicas de biomonitoreo. A esto debemos sumar el fortalecimiento de la capacidad de los recursos humanos del país.”
Iván Grela Coordinador de Biodiversidad