Es uruguayo, Botnia lo ayudó a especializarse en celulosa en Finlandia y hoy dirige un servicio de UPM global
Radicado en Pontevedra, España, Roberto Mirande trabaja con un equipo de 12 personas en España, China, Uruguay, EE.UU., Alemania y Finlandia. "Tuve que entender cómo posicionar la pasta de Paso de los Toros en el mundo", cuenta.Visión de futuro.
Eso tuvo Roberto Mirande cuando en 2004, luego de estudiar Ingeniería en la Universidad de Montevideo (UM), trabajar para la firma española Ence en una planta de astillado en Peñarol, y para Ipusa (hoy Softys) en Pando, decidió dejar su empleo y pedir un préstamo para ir a Finlandia a estudiar sobre celulosa. La multinacional Botnia (hoy UPM) se enteró de su plan y le hizo una oferta: pagar sus estudios y que al terminar se uniera a la compañía. Mirande canceló el préstamo, aceptó y viajó para dedicarse a una temática que más de 20 años después le permite dirigir un servicio técnico de ventas internacionales y vivir en España.
Recorrer el mapa
Finalndia no fue el primer lugar al que este uruguayo fue a vivir por un tiempo. Cuando estudiaba en el liceo se fue un verano de intercambio a Maine, EE.UU.; y parte de su carrera universitaria la hizo en San Sebastián, España. Todavía recuerda que por aquel entonces (década del 2000) la UM no tenía un acuerdo de intercambio con la institución española, y junto a compañeros «forzaron un acuerdo» para hacerlo posible. Estudió seis meses en Tecnun, la Escuela Superior de Ingeniería de la Universidad de Navarra.
Siempre fue inquieto y abierto a conocer lugares, confesó. Ese rasgo y el hecho de que cada vez se hablaba más sobre celulosa en Uruguay lo impulsaron a especializarse, aunque fuera una apuesta arriesgada. «Me acuerdo que el gerente de recursos humanos de Botnia me dijo ‘lo que estás haciendo no es normal’», contó con humor y destacó: «lo que me impulsó fue que creía en el sector».
Varios continentes
Al culminar sus estudios volvió a Uruguay y fue a trabajar en la planta de Botnia en Fray Bentos, que aún estaba en construcción.
En 2012, la empresa le ofreció trabajar en soporte técnico de ventas en China, lo que hasta el momento no existía porque las ventas se hacían a través de traders. Su primer hijo había nacido hacía poco tiempo y fue una decisión difícil de tomar, pero junto a su esposa decidieron cruzar el mundo y se instalaron en Shanghái, donde vivieron seis años con una gran comunidad internacional, y donde tuvieron dos hijos más. Una anécdota de aquella ciudad que atesora es de cuando fueron a sacarle el pasaporte uruguayo a su segundo hijo y en la oficina de identificación no sabían cómo hacer el papeleo. «Nunca habían tenido un caso de un uruguayo nacido en China», contó.
La experiencia fue muy interesante, y si bien tenía que viajar mucho, los resultados fueron muy positivos. En cinco años las ventas se multiplicaron por ocho. Por eso, la empresa le pidió replicar los resultados en otro mercado y fue así que se mudó a Nußloch, Alemania, donde vivió casi nueve meses. El cambio fue radical, de una ciudad cosmopolita se fue a un pequeño pueblo alemán.
Amistades y negocios
En China hizo amistades con personas que como él habían dejado su país, y con el tiempo aprendió que «todo es alrededor de la comida», desde una discusión hasta una negociación. En visitas a clientes era importante compartir una mesa, porque ahí se cierran los negocios, explicó.
En 2018, Ence, la empresa en la que tuvo su primer trabajo, le ofreció mudarse a España para ser director de Desarrollo de Producto, y así llegó a Pontevedra, donde creó productos que no existían en el mercado. Finalmente, en 2024 volvió a UPM para asumir como director en el área de Technical Marketing & Services, dirigiendo el servicio técnico para clientes a nivel global.
Conexiones con su país
Mirande se crió en Montevideo, pero su familia es de Paso de los Toros, donde hoy se encuentra la segunda planta de UPM, un proyecto que impactó en su trabajo actual. En su rol como director, Mirande se encarga del soporte técnico a clientes y la generación de contenido y marketing técnico para las ventas globales. Desde Pontevedra trabaja con un equipo de 12 personas en España, China, Uruguay, EE.UU., Alemania y Finlandia
Con la segunda planta de UPM «notamos un cambio brutal», afirmó. Resaltó que esta «es una de las plantas más modernas y grandes del mundo, tiene una capacidad de producción brutal y hace un cambio muy importante con respecto a la oferta de pasta (de celulosa) del mercado», lo que hizo que la empresa ampliara su red de ventas y «explorara lugares inexplorados». El ejecutivo aseguró que la expansión de ventas a EE.UU. se dio gracias a esa industria. «Tuve que entender cómo posicionar la pasta de Paso de los Toros en el mundo», concluyó.