Ignacio Morga presidente de la Asociación Uruguay de HidrógenoEntrevista: "Este quinquenio se desaprovechó en ir incorporando parques de generación solar"

Ignacio Morga, directivo de la Auder y presidente de la Asociación Uruguaya de Hidrógeno (AUH), habla sobre la situación actual y las proyecciones del sector.El negocio de las energías renovables es considerado estratégico para los intereses de Uruguay y es factible que sea revisado en algunos de sus aspectos por el gobierno de Yamandú Orsi.

El País conversó al respecto con Ignacio Morga, presidente de la Asociación Uruguaya de Hidrógeno (AUH) y directivo de la Asociación Uruguaya de Energías Renovables (Auder), además de gerente de Energía de Teyma, una de las principales empresas en obras de las infraestructuras del país.

Morga explica qué espera el sector de la próxima administración, señala que UTE no ha realizado las inversiones suficientes en generación y proyecta los impactos de ésto cuando venga alguna nueva sequía u otra coyuntura similar. Lo que se publica es un resumen de la entrevista que Morga mantuvo con El País.

—¿Qué esperan del próximo gobierno en relación al sector de las energías renovables?
—Algo a destacar es que Uruguay tiene una enorme oportunidad de transformarse en un productor de energía renovable, no solo electricidad renovable solar y eólica, sino producción de hidrógeno y fundamentalmente sus derivados. Esa realidad es casi una política de Estado. O sea, en el sector energético ha sido así en los últimos 15 o 20 años, y va a seguir pasando en el nuevo gobierno que se mantenga esa política. Hay un hito importante que nos gustaría que suceda, que es la renovación del acuerdo político en energía pensando en 2050. De la misma forma que se hizo el acuerdo multipartidario en 2010, pensando en 2030. En el último congreso de Auder, en julio 2024, estuvieron (Álvaro) Delegado y (Yamandú) Orsi, y los dos manifestaron públicamente que estaban de acuerdo en firmar un nuevo compromiso, con una estrategia país en cuanto a la energía, y buscamos que se firme.

—¿Tienen prevista alguna fecha específica para la renovación de ese acuerdo?
—El objetivo en Auder es que se firme en este primer semestre del año. Ya se hicieron contactos con el gobierno, nos hemos reunido con Fernanda Cardona (nueva titular del Ministerio de Industria, Energía y Minería) y tendremos otras reuniones. Eso será un hito importante, que desde los actores internacionales se ve con gran valor.

—¿Qué otras expectativas tiene el sector ante el cambio de gobierno?
—Volver a invertir, tanto con privados o con desarrollos propios de la UTE, en generación. Desde hace casi siete u ocho años, el país no invierte en generación de energía solar. Lo que apareció es una planta que se inauguró por fin de año, está el contrato que Teyma ha comenzado a ejecutar en Punta del Tigre de 28 megas, y lo que está por adelante son 70 megas en otra licitación. Pero el país necesita incrementar su generación del orden de 100 megavatios por año. Hay un estudio de la Facultad de Ingeniería, del ingeniero (y expresidente de UTE Gonzalo) Casaravilla, que muestra el atraso que hay en generación renovable. Históricamente, la demanda eléctrica crecía al mismo ritmo del Producto Interno Bruto (PIB), pero desde hace unos cinco años crece bastante más, en el torno del 4% o 5% año a año. Tenemos una matriz eólica suficientemente grande, pero el país necesita que se amplíe su matriz de generación solar. Es verdad que se trabajó bastante en transmisión y en distribución, pero nos parece que este quinquenio se desaprovechó en ir incorporando parques de generación (solar).

—¿Eso significa más parques fotovoltaicos?
—Sí, actualmente esa tecnología es la más barata, y hay que aumentarla en forma constante. Están viniendo nuevos proyectos, algunos ya en funcionamiento, como parques de criptomonedas que requieren mucha energía. Hoy en día, el mayor consumidor de energía de UTE es un parque de criptomonedas en Florida, que consume 40 megavatios. Se está construyendo el data center de Google, que también va a consumir una cantidad muy importante de energía. El parque de autos eléctricos se triplicó el año pasado respecto al año anterior. Hay que solventar ese tipo de consumos. Esa situación de hace 10 años, en la que sobraba un poco de energía, ya no la tenemos.

—Pero, según los balances de UTE, sí hubo excedente de energía en los últimos años, que se exportó fundamentalmente a Argentina.
—Gran cantidad de la energía que se exportó fue energía térmica. Se prendieron las máquinas térmicas para vender a Argentina y a Brasil, por las necesidades de esos dos países, pero hoy sobrante de energía no hay. Según el estudio que mencioné de la Facultad de Ingeniería, ya se debería haber aumentado la generación solar.

—También se requerirá mucha más energía para los proyectos de hidrógeno verde.
—Sí, pero hay que separar en dos. La capacidad de generación del país es limitada, porque UTE puede abastecer proyectos de pequeño o mediano porte, pero no los grandes como el de HIF, que requiere 1.000 o 2.000 megas, o más. La red que tenemos en Uruguay no es para eso. UTE sí debe invertir en aumentar su parque de generación para cubrir la demanda de la sociedad.

—¿Cuál es la potencia instalada de Uruguay en este momento?
—La de UTE más Salto Grande llega a un poco menos de 6 gigavatios, es decir 6.000 megas. El proyecto de HIF, en todas sus etapas, tiene un tamaño similar a la mitad de la potencia de Uruguay. Por eso digo que la red que tenemos no es para eso. Los grandes proyectos nuevos tienen que venir acompañados de su propia generación y transmisión.

—De todas formas, los grandes proyectos necesitan de UTE.
—Sí, siempre es muy recomendable que esa generación y líneas de transmisión adicionales estén interconectadas con UTE. Cuanto más grande una red, más robusta se vuelve y que existan posibilidades de intercambio de excedentes, de complementariedad de servicios. Eso sería lo ideal. Desde la Asociación de Hidrógeno, vemos a largo plazo una coexistencia de las redes públicas con redes privadas, con destino específico a los proyectos de hidrógeno, pero desde UTE no se comparte demasiado, porque está queriendo posicionarse como un único actor de transmisión en Uruguay. Nosotros no creemos que UTE esté en condiciones de afrontar el nivel de inversiones que hay que hacer y de riesgo que hay que tomar.

—¿Qué impacto puede tener el atraso que señala en generación de energía solar?
—A medida que el consumo eléctrico vaya aumentando, si no hay cómo cubrirlo con energía renovable, pasa a tener que cubrirse con energía fósil, que tiene un costo mayor. Todavía estamos en un momento en que, más o menos, se viene cubriendo, pero ya el año pasado tuvimos una sequía y hubo que echar mano a la energía térmica. Hubo un poco de sequía también este verano y un pico de consumo de energía y ya hubo que echar mano a la energía térmica. Si tengo que usar generación fósil, me sale más caro, además de los impactos ambientales, ya que Uruguay tiene compromisos a nivel de bonos verdes y tiene que cumplir ciertos criterios de descarbonización. Todo paso hacia atrás, complica en ese aspecto también.

—La política del presidente de EE.UU., Donald Trump, de “perforar, perforar, perforar”, ¿qué tanto podría perjudicar los negocios en energías renovables en el mundo, incluyendo a Uruguay?
—Lo primero que genera es incertidumbre. El gobierno de Joe Biden había establecido una política de apoyo y subvención a los desarrollos de hidrógeno, que fue ratificada por el Congreso, por lo que entendimos que se mantendría, aunque hay que ver cómo evoluciona. De todas formas, no creo que esa política de Trump tenga demasiada afectación. Sí va a generar turbulencia, pero la necesidad de la humanidad de avanzar en la descarbonización excede la coyuntura de un gobierno.

—¿Ha cambiado algún plan en el sector en Uruguay desde la asunción del presidente Trump?
—Está previsto que llegue una delegación de empresas de Estados Unidos vinculada al área de energía para julio-septiembre. Hemos consultado con la embajada para ver si hay algún cambio y, en principio, no lo hay. Sí hay incertidumbres, pero no creemos que a nosotros no nos debería cambiar demasiado, porque además el mercado de Uruguay está más enfocado a Europa. Los vaivenes en Europa sí nos pueden afectar un poco más. Está también la idea de alguna gente de que, a medida que Estados Unidos desacelere su interés por la incorporación de hidrógeno, muchos desarrolladores podrían dejar ese país y volver a otras regiones.

—¿América Latina podría beneficiarse?
—Cuando EE.UU. puso beneficios, muchos desarrolladores de nuestra región, como ser de Chile, Brasil, Argentina, se fueron con sus proyectos a Estados Unidos. Entendemos que, a medida que esos beneficios disminuyan, es probable que volvamos a tener un número más importante de desarrollo de proyectos en nuestra región.

—En cuanto a los insumos para el sector, ¿prevén un aumento de precios a nivel internacional, desencadenado por la política comercial de EE.UU.?
—Gran parte de esos insumos a Uruguay viene de China. Hay desarrollos tecnológicos vinculados a los procesos de hidrógeno y de sus derivados en Estados Unidos, pero también en Europa y China. China se está volviendo un referente muy importante en la fabricación de electrolizadores. Diría que, hoy en día, China es el mayor desarrollador.

 Sobre HIF y Ancap
—¿Qué opinión le merece la cláusula que señalaba que el Estado uruguayo, a través de Ancap, participaría en el negocio con HIF y luego se echó para atrás; podría ser una oportunidad perdida para Uruguay a largo plazo?
—Es una decisión política, pero no cambia nada la situación, no es una estrategia país. Si Ancap está o no como inversionista, no cambia demasiado. Además, ese tipo de cosas después pueden volver, se hacen, se deshacen. Hoy en día, que Ancap no sea accionista, no ha generado ninguna alteración al proyecto. La oportunidad de Uruguay está en transformar los recursos en combustibles renovables y que se exporten. Los ingresos que va a tener el país vienen por esa línea.

Proyectos de Teyma
Desde hace cuatro años, Teyma opera y mantiene el 30% de la generación fotovoltaica del país. Actualmente, un proyecto a destacar de la empresa es la instalación de tecnología de paneles —que siguen la trayectoria del sol (no fijos como hasta ahora)— de UTE en Punta del Tigre. La empresa ha participado en gran parte de las obras de infraestructura del país, incluyendo el sector forestal, entre otros. Asimismo, viene desarrollando proyectos en etapa de prefactibilidad de generación solar y de generación eólica, pensando en la demanda futura de Uruguay, en aumento.

Diario EL PAIS -Montevideo - URUGUAY - 02 Marzo 2025