cultivos La tecnología impulsa el despegue de los cultivos de primavera-verano en Uruguay

Un desarrollo fundamental para el contexto de avances tecnológicos en el agro.

Con la llegada de la primavera y las primeras lluvias regulares, los campos uruguayos comienzan a teñirse de verde. El ciclo de cultivos de primavera-verano, que incluye soja, maíz y sorgo, arranca con un marcado protagonismo de la tecnología: sensores, monitoreo satelital, semillas mejoradas y manejo de precisión son hoy aliados imprescindibles para una producción más eficiente y sostenible.

En las principales zonas agrícolas del país, los productores ya están implantando sus cultivos en un contexto climático que, según los pronósticos, será más favorable que el de los últimos años. Las lluvias de septiembre y octubre mejoraron la humedad en los suelos y alentaron la siembra temprana, sobre todo en el litoral y el centro-sur, donde la rotación de cultivos y la gestión de nutrientes avanzan con mayor planificación.

“Hoy el campo uruguayo está viviendo un salto tecnológico silencioso pero profundo”, explica el ingeniero agrónomo Martín Aguirre, asesor técnico en la zona de Young. “El uso de plataformas digitales para seguir la evolución de los lotes, la aplicación de dosis variables y la incorporación de inteligencia artificial en el manejo de insumos marcan un antes y un después en la eficiencia del sistema”.

La agricultura de precisión ha dejado de ser una tendencia para transformarse en una práctica extendida. Empresas proveedoras de servicios agropecuarios ofrecen análisis de suelos georreferenciados, drones para mapear zonas con estrés hídrico y herramientas de predicción que permiten ajustar el manejo de fertilizantes y fitosanitarios en tiempo real. Esto no solo mejora los rendimientos, sino que reduce costos y minimiza el impacto ambiental.

El maíz temprano, uno de los cultivos más beneficiados por el mejor régimen hídrico, muestra un fuerte crecimiento. La superficie destinada a este grano aumentó, impulsada por su rol en la alimentación animal y el fortalecimiento de la cadena de valor de las proteínas. En tanto, la soja, aún el cultivo estrella, mantiene su predominio, pero con una estrategia más diversificada: cada vez más productores optan por combinaciones de fechas de siembra y variedades adaptadas a distintos escenarios de humedad y temperatura.

El Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) impulsa líneas de trabajo orientadas a mejorar la adaptación genética de las semillas y a desarrollar sistemas de alerta temprana para enfermedades. A su vez, el Plan Agropecuario y la Dirección General de Servicios Agrícolas promueven capacitaciones en manejo sostenible y trazabilidad digital, dos ejes que se consolidan en la agenda del agro uruguayo.

En este nuevo escenario, la tecnología no solo mejora la productividad, sino que redefine el perfil del productor. La gestión de datos, la interpretación de mapas y la toma de decisiones en tiempo real exigen una formación más técnica y una mentalidad abierta a la innovación.

Uruguay, con su tradición agrícola y su creciente infraestructura tecnológica, se posiciona así en la vanguardia regional de una agricultura más precisa, más rentable y también más responsable. Los cultivos de primavera-verano no solo germinan en la tierra: crecen también en la nube, en los datos y en las decisiones que modelan el futuro del agro nacional.

 Grupo R Multimedio -Montevideo - URUGUAY - 24 Octubre 2025