Columna de APPCU: sostenibilidad y construcción, un desafío ineludible para Uruguay
La industria de la construcción es uno de los sectores más influyentes en la economía global, pero también uno de los mayores responsables de los impactos ambientales negativos.La industria de la construcción es uno de los sectores más influyentes en la economía global, pero también uno de los mayores responsables de los impactos ambientales negativos.
Desde la extracción de materias primas hasta la generación de residuos, su huella ecológica es significativa. Sin embargo, en un contexto de crisis climática y creciente conciencia ambiental, ya no basta con cumplir normativas mínimas: se necesita un cambio cultural profundo que transforme la manera en que concebimos, diseñamos y ejecutamos la construcción.
Durante años, la gestión ambiental en la construcción ha sido vista más como una carga administrativa que como una oportunidad estratégica. Se hace necesario integrar criterios sostenibles en todas las etapas del proyecto.
El cambio cultural implica pasar de una visión centrada en los costos inmediatos, a una perspectiva integral que valore el ciclo de vida completo de una obra y su impacto en el entorno. Esto requiere una transformación en los valores, hábitos y prioridades de todos los actores del sector: desarrolladores, arquitectos, ingenieros, proveedores, trabajadores y autoridades.
Para que esta transición sea posible, es fundamental invertir en educación ambiental y formación continua, tanto a nivel técnico como ético. Los profesionales deben comprender no solo el "cómo" sino el "por qué" de las buenas prácticas ambientales. También es necesario que los líderes del sector —empresarios, gerentes de proyectos, autoridades reguladoras— asuman un rol activo como promotores del cambio.
Por otro lado, la sostenibilidad no debe imponerse desde arriba: debe ser construida colectivamente. Escuchar a las comunidades locales, involucrar a
los trabajadores y fomentar la innovación desde la base son claves para generar compromiso real.
El cambio cultural también se apoya en el uso de tecnologías que favorecen una construcción más limpia y eficiente. La adopción de metodologías como BIM (Building Information Modeling), el uso de materiales reciclados o de bajo impacto ambiental, y la aplicación de principios de economía circular, son herramientas concretas que permiten materializar esta nueva cultura.
Sin embargo, estas herramientas solo serán efectivas si están acompañadas de un cambio en la mentalidad empresarial: dejar de ver lo ambiental como un gasto, y comenzar a entenderlo como una inversión a largo plazo en resiliencia, reputación y competitividad.
Es necesario construir con conciencia: La gestión ambiental no puede seguir siendo un componente accesorio en la construcción. Debe convertirse en un eje transversal y estructurante de toda la actividad. Esto requiere más que normas y certificaciones: necesita un cambio cultural profundo, impulsado por la educación, la ética profesional, el liderazgo y la innovación.
“Construir con conciencia ambiental ya no es una opción, es una necesidad. Y el momento de actuar es ahora.