Ferrocarril Central9Ferrocarril Central: azulejos caídos, problemas por una palmera y una "obra monumental" que ni siquiera comenzó

Ministerio relató las peripecias que tuvo que enfrentar en una obra en que hubo que solucionar "errores" que se cometieron "como Estado uruguayo".Un aprendizaje como país sobre lo que será el nuevo sistema ferroviario. Un proyecto muy ambicioso que facilitará la llegada de la inversión más importante en la historia de Uruguay y que incorporará a su red a otros sectores productivos, por lo que no sería correcto llamarlo "el tren de UPM".

También, una obra que viene siendo viene siendo extremadamente compleja de llevar a cabo. Numerosas interrupciones, reuniones, modificaciones en el cronograma, demandas, cambios de trazado, intervenciones puntuales y recursos que requirieron una "ardua tarea" y que lejos están de haberse resuelto en su totalidad. Así lo reflejó en el Parlamento una delegación del Ministerio de Transporte y Obras Públicas, encabezada por el ministro José Luis Falero.

Su presencia se debió a las inquietudes que varios legisladores expresaron en torno a los reclamos y denuncias que presentaron decenas de vecinos afectados por la obra a lo largo de sus 273 kilómetros de recorrido.

Luis Ceiter, uno de los ingenieros que acompañó a Falero, relató que la obra tiene un cúmulo de singularidades y subcomponentes complejos. "La cantidad de puentes y estructuras que tiene el proyecto en un solo contrato es más de lo que podemos intervenir en un período de gobierno en el sistema vial", relató. Muchas de esas obras, enclavadas en ámbitos urbanos, han generado multiplicidad de inconvenientes en la ejecución de la obra que llevan a que "obviamente, haya afectaciones a los vecinos".

Uno de los casos emblemáticos fue la "trinchera" por la que pasará el ferrocarril a la altura de Capurro, para así no entorpecer el tránsito vehicular. Otra será el viaducto que se ubicará sobre la Avenida Millán, similar al que hoy está en el Paso Molino. "Es otra obra monumental que habrá que hacer, y ni siquiera comenzó", relató Ceiter. "El tren va a estar funcionando y vamos a estar construyendo el viaducto por encima del tren", explicó.

Ese viaducto, dijo, no se pudo comenzar ya que hay que enlazarlo precisamente con la trinchera de Capurro y con otra obra en Ariel y Sayago, junto a otros lugares que siguen ofreciendo complejidades. En esa última zona - sobre la calle Quicuyo" se da una de las situaciones más relevantes.

Según Ceiter allí hubo conflictos desde un principio, con instancias aún abiertas por parte de algunos vecinos y que han generado gran cantidad de acciones en la Justicia. El problema se da con unas construcciones irregulares en un predio paralelo a la vía. Allí fueron construidas dos casas en el mismo sitio en el que la Intendencia de Montevideo -en el marco de la obra del Ferrocarril- debe hacer una calle. Las autoridades no pudieron determinar la titularidad del predio, ya que no cuenta con registro en Catastro debido a que, técnicamente, eso siempre debió haber sido una calle pública. Por todas esas razones, no es posible recurrir a la vía de la expropiación.

Otro problema reciente -en setiembre de este año- estuvo motivado por el mismo el mismo padrón con una palmera allí ubicada, que llegó a derivar en un pedido de acceso a la información pública por parte de una vecina que se declaró afectada. El árbol, ubicado en la faja ferroviaria, debía ser retirado. Cuando la empresa fue a sacarla, la mujer se opuso porque algunas de las hojas estaban en el "espacio aéreo" de su propiedad. "Entonces, se armó lío por una palmera", relató Ceiter.

El tema de la calle que debió haber hecho la intendencia y no hizo llegó a la Justicia, a través de acciones de conciliación y amparo presentadas por los vecinos, alegando "riesgo inminente" y reclamando información sobre el impacto territorial del ferrocarril en la zona. Los vecinos ganaron en primera instancia y perdieron en la segunda. "Éramos quince abogados y diez ingenieros en el juzgado", relató Ceiter.

Jugando de atrás
Hay otras acciones judiciales aún abiertas por algunos realojos vinculados a la obra, relacionados con los cientos de casos de construcciones irregulares en plena vía en los accesos a Montevideo. También se debieron atender reclamos vinculados a los trabajos de movimiento de suelos que requiere la construcción y que implica la utilización de equipamiento de compactación, lo cual produce vibraciones. Según contó Ceiter, en un caso hubo problemas por la "rotura de tres azulejos" en el baño de una casa.

Un tema que puede parecer menor pero que abre una pugna de jurisdicciones. "La responsabilidad en lo que hace a la obra es del ministerio", admitió Falero. En este caso puntual, apuntó, es compartida. El ministro aludió allí al estudio de impacto territorial, en el que "está claramente establecido" este tipo de situaciones, que debían ser atendidas por la Intendencia de Montevideo, que "no le dio continuidad al compromiso asumido" con respecto al proyecto.

Falero apuntó a que, respecto a los accesos a Montevideo, desde el punto de vista de la ejecución lo que recibió al asumir ni siquiera era un proyecto. "Estaba firmado, pero era un ida general que era el trazado", dijo. El proyecto definitivo, aseguró, comenzó a encararse seriamente a fines del año pasado en conjunto con la comuna. El ministro sostuvo así que hubo que "jugar el partido de atrás".
"Quizá la necesidad o el impulso de la industria nos llevó a actuar más rápidamente de lo habitual en una obra pública y cometimos errores", señaló. "Se cometieron como Estado uruguayo. Tenemos que solucionarlos".

Parte de los problemas señalados por el ministerio obedecen directamente a AFE y obligaron a algunas modificaciones finales al proyecto. Ceiter relató a los legisladores la situación del acceso a los talleres ubicados en Peñarol. Hubo que eliminar la doble vía prevista debido a la existencia de "casillas" habitadas por el exfuncionarios del ente "a los que no saca nadie", ya en su momento la empresa le otorgó ese lugar como vivienda, en donde no existe tampoco un contrato de alquiler.

A los efectos, Transporte decidió efectuar un relevamiento para tratar de conocer cuál es el estado de la propiedad inmobiliaria del ferrocarril uruguayo. "No lo sabemos", dijo Ceiter. "Hay cosas construidas por todos lados". Algunas habitadas, otras abandonadas. Galpones repartidos por todo el país. "Hay gente viviendo por todos lados, no sabemos en qué régimen", dijo.

Diario EL OBSERVADOR -Montevideo - URUGUAY - 25 Noviembre 2022