Ent DiegoONeill 2Entrevista DIEGO O’NEILL PRESIDENTE DE LA CÁMARA DE LA CONSTRUCCIÓN DEL URUGUAY
“EN 2020 LA CONSTRUCCIÓN FUE EL ÚNICO SECTOR DE ACTIVIDAD QUE CRECIÓ”

LA CONSTRUCCIÓN FUE EL SEGUNDO SECTOR CON MAYOR CRECIMIENTO DE LA ECONOMÍA EN EL PRIMER TRIMESTRE DEL AÑO, ¿CUÁLES FUERON LOS IMPULSORES DEL CRECIMIENTO?
En 2020 la construcción fue el único sector de actividad que creció, un guarismo moderado del 1,8 %, pero crecimiento al fin. Con la irrupción de la pandemia acordamos en forma tripartita una detención de tareas sobre finales de marzo y principios de abril, que se continuó con la licencia habitual de Semana Santa, volviendo a la actividad el lunes 13 de abril.

A partir de allí, hemos trabajado en forma ininterrumpida, con protocolos estrictos para cuidar la salud y evitar el contagio, pero en una cuasinormalidad, con niveles de productividad similares a la prepandemia. Eso permitió el desarrollo de dos inversiones fundamentales que vienen impulsando la actividad.

Por un lado, la segunda planta de UPM y sus obras conexas fuera de la planta, como obras viales y la terminal portuaria, entre otras. Y, por otro lado, el ferrocarril central. En el primer semestre de 2021, el sector ha tenido un fuerte crecimiento interanual del 8,8 % y estimamos cerrar el año con un crecimiento acumulado de entre un 6 % y un 8 %. Los impulsores del crecimiento siguen siendo UPM, sus obras conexas y el ferrocarril central, pero comienzan también a incidir las obras de edificación, tanto de proyectos de vivienda promovida por la ley n.o 18.795 como los promovidos por la Comap. Ambos instrumentos fueron mejorados en su reglamentación en los primeros meses de esta administración, y eso está teniendo un efecto positivo que genera un buen dinamismo en la inversión para la construcción de edificios.

 
¿CUÁLES SON LOS PRINCIPALES OBJETIVOS DE LA CÁMARA DE LA CONSTRUCCIÓN DEL URUGUAY?

La misión de la Cámara es impulsar el desarrollo sustentable de la industria de la Construcción y, para ello, hay tres aspectos fundamentales: la inversión, el marco normativo en el que se desarrolla la actividad y las empresas que la llevan adelante.

La construcción explica el 70 % de la formación bruta de capital de toda la economía, y se compone en dos tercios por inversión privada y un tercio por inversión pública. Sin inversión no hay actividad. De ahí que parte de los esfuerzos de la gremial se orientan a generar las mejores condiciones para la inversión privada, pero, a su vez, tener un buen nivel de inversión pública, eficiente y planificada, esencial para el desarrollo del país.

Por otro lado, el marco normativo. La legislación particular del sector, como la ley n.o 14.411, que regula la aportación al BPS de los trabajadores de obra; todo lo vinculado a la negociación colectiva, tanto los convenios colectivos como también las normas de seguridad y salud en el trabajo, entre otras; los pliegos y procedimientos para la contratación de obra pública, promoviendo instrumentos garantistas y competitivos son algunos ejemplos.

“UN ASPECTO CENTRAL ES LA MEJORA DE LA PRODUCTIVIDAD, PARA TENER UNA INDUSTRIA MÁS EFICIENTE Y MÁS COMPETITIVA”.

Por último, pero no menos importante, impulsar el desarrollo de las empresas del sector, comprendiendo en esto también a los trabajadores. Un aspecto central es la mejora de la productividad, para tener una industria más eficiente y más competitiva. Esto incluye el área de capacitación de trabajadores y de mandos y personal técnico, la innovación, la incorporación de tecnología, la adopción de mejores prácticas, acercar a las empresas todos los avances que hay en la industria a nivel global. El país cuenta con una potente capacidad instalada en el sector, capaz de afrontar los desafíos de los tiempos que vienen, y en esto la CCU ha tenido un rol fundamental.

 
DESARROLLARON EL PRIMER BENCHMARCKSECTORIAL DE PRODUCTIVIDAD EN URUGUAY, ¿CÓMO FUE EL PROYECTO Y CUÁL ES SU IMPACTO EN LA INDUSTRIA?

Se trató de un proyecto enmarcado en el Programa de Bienes Públicos Sectoriales de ANDE, cofinanciado entre ANDE y CCU. Por otra parte, se generó una alianza estratégica con la Corporación de Desarrollo Tecnológico de la Cámara Chilena de la Construcción, que contaba con una vasta experiencia, metodología y software para la medición de productividad que pudo ser adaptado a nuestra realidad. En la primera etapa del proyecto, las empresas (socias o no socias de CCU) pudieron realizar la medición en forma gratuita y lograron acceder a un servicio que incluía la medición en campo y un informe de resultados personalizado. El enfoque de la medición está centrado en términos de distribución de tiempos en la jornada de trabajo, en el que se identificaron cuellos de botella y oportunidades de mejora, entre otros.

A esto se suma ser parte del primer benchmarksectorial de productividad en el sector de la construcción en Uruguay. Se realizaron mediciones en 30 obras en el período de un año, logrando una “foto” representativa de las obras de arquitectura en esta materia. El impacto del benchmark está en que define un punto de partida para trabajar en la mejora de la productividad sectorial, uno de los temas centrales en la agenda de la Cámara de la Construcción. El feedback de las empresas participantes resultó muy positivo y el 100 % manifestaron estar interesadas en continuar trabajando en la actualización del benchmark sectorial, para poder medir en el tiempo la evolución, tanto a nivel individual como a nivel de la industria.

 
¿CUÁLES FUERON LOS PRINCIPALES HALLAZGOS DE ESTA MEDICIÓN? ¿SE REALIZARÁ SISTEMÁTICAMENTE?

De este primer período han surgido una serie de hallazgos. Para empezar, se han verificado en forma empírica algunos supuestos que se manejaban en la industria. También han quedado al descubierto cuellos de botella u obstáculos que deberían considerarse para lograr un flujo de trabajo más productivo en obra. La medición del tiempo se clasifica en actividades que agregan valor (trabajo productivo), actividades de soporte (trabajo contributivo), actividades que no agregan valor (tiempos improductivos) y detenciones autorizadas.

Algunas de las conclusiones fueron: para una jornada de nueve horas efectivas, el tiempo efectivamente trabajado es de siete horas y diez minutos, mientras que el tiempo improductivo representa aproximadamente una hora de la jornada, es decir, un 11 % del total; de esa hora se destaca que el 40 % corresponde a detenciones sin razón aparente (no se identifican motivos que justifiquen que no se está trabajando), por lo cual allí hay una clara oportunidad de mejora. De los datos analizados globalmente se concluye que los resultados no varían en función del tipo de obra, de su ubicación (Montevideo o Interior) ni del tipo de financiación (pública o privada).

Finalizada esta primera etapa del proyecto en noviembre 2020, la Cámara de la Construcción se propuso consolidar el servicio de medición de la productividad en la construcción y lo ha puesto a disposición de empresas interesadas. Sería importante actualizar en forma continua el benchmark, así como incorporar la medición de rendimientos unitarios, cosa que no se hizo en la primera experiencia. Al no contar en esta nueva etapa con el financiamiento de ANDE, el servicio tiene un costo para las empresas, pero desde la Cámara buscamos formas de subsidiarlo, dada la importancia de continuar con el proyecto.

 
¿QUÉ PROYECCIONES REALIZARON PARA EL SECTOR EN EL PRÓXIMO AÑO?

El escenario de actividad que hoy tenemos se extiende hasta mediados de 2022. Hasta allí seguiremos con una trayectoria de alza. En el segundo semestre de 2022 terminarán las obras de UPM y en el primer semestre de 2023 las del ferrocarril central. Esto genera preocupación porque estas dos grandes inversiones concentran el 20 % de los trabajadores directos de obra, y no se visualizan inversiones que las puedan sustituir, manteniendo la ocupación y el dinamismo del sector; con las obras de edificación no es suficiente.
“DESDE LA CÁMARA VENIMOS PLANTEANDO LA NECESIDAD DE AUMENTAR LA INVERSIÓN PÚBLICA EXTRAPRESUPUESTAL”.

En este sentido, desde la Cámara venimos planteando la necesidad de aumentar la inversión pública extrapresupuestal, a través de mecanismos de financiamiento alternativos, que pueden ser con el sector privado, fideicomisos, organismos multilaterales de crédito, etc. Han surgido algunos instrumentos, como los contratos CREMAF a utilizar en obras viales o el fideicomiso aprobado en la rendición de cuentas para acciones en los asentamientos, pero entendemos que se debe profundizar.

La construcción tiene un rol fundamental para la reactivación económica por los encadenamientos y arrastres que tiene con otros sectores de la economía. Es un gran generador de empleo, sobre todo para los sectores de la población en los que hay más necesidad. Por otra parte, mientras la inversión privada es mucho más concentradora, la obra pública se extiende a lo largo y ancho del territorio, generando actividad y ocupación en todo el país, otro aspecto muy importante. Estas son las perspectivas y hacia dónde está orientado el trabajo de la gremial.

Revista HACER EMPRESA - Montevideo - URUGUAY -Diciembre 2021