muyo2El dilema entre renta transitoria de emergencia y perder el grado inversor

El director ejecutivo de Ceres, Ignacio Munyo, disertó sobre los que cree son los principales desafíos a futuro y dijo que la "madre de todas las reformas" para retomar el crecimiento económico es la inserción internacional.La inserción internacional “como la madre de todas las reformas” que el país tiene que llevar adelante.

Así definió este miércoles en una nueva disertación vía Zoom para subscriptores Member de El Observador el director ejecutivo de Ceres, Ignacio Munyo, a uno de los tres pilares centrales que Uruguay tiene que reformular en el futuro con el fin de enfrentar el desafío de la pandemia y apuntalar el crecimiento económico.

“Uruguay tiene una urgencia vital en mejorar su acceso a los mercados. Hay que empezar una agenda clara en este rumbo, por ejemplo, en lo que tiene que ver con la colocación de nuestros productos en el sureste asiático. Apuntar a mercados inexplorados como Indonesia o Tailandia. Los aranceles que se pagan para colocar por ejemplo la carne en los mercados internacionales es un lujo que Uruguay ya no se puede dar”, resumió el economista. .

Para Munyo, Uruguay debe tener otras dos reformas centrales a realizar para poder retomar el crecimiento económico y además poder bajar su déficit fiscal.

Uno de los puntos más relevantes que mencionó fue el de la flexibilización laboral, pero no hay que quedarse solo en con esa variable. Consideró que Uruguay es un país que está “sobrerregulado” en todas las áreas, sector productivo, financiero y también el laboral. 

Otro punto en el que insistió durante su exposición fue el del costo de los servicios que dan las empresas públicas. Ceres, que presentó semanas atrás algunas recomendaciones sobre las reformas a llevar adelante, considera que hay que gestionar “cambios profundos” en cómo se manejan las empresas en manos del Estado para poder acceder a “combustibles, energía eléctrica y telecomunicaciones más baratas”.  

Según Munyo, un aspecto clave consiste en que debe cortarse el “cordón umbilical” que une al déficit fiscal y las empresas públicas, además de otros subsidios que generan sobrecostos sobre el sector productivo.

Renta básica versus grado inversor
Por otro lado, el ejecutivo también hizo mención a la posición que ha planteado ante la crisis económica y social generada por el coronavirus el Frente Amplio, en referencia al reclamo por una renta básica transitoria para las personas más afectadas por la pandemia. En este sentido, Munyo tomó ese planteo con ciertos recaudos.

Reconoció que Uruguay tiene financiamiento internacional a corto plazo que le permitiría “poder asistir con transferencias directas de un salario mínimo nacional a miles de personas a través de un mayor endeudamiento”.

Sin embargo, el economista señaló que la respuesta a dicha propuesta "no es nada obvia", dado que también hay que considerar que Uruguay en este caso tiene planteado un “dilema entre el corto y el largo plazo”.

“En el corto plazo todo indica que habría que ir hacia esa situación (una renta transitoria). Pero también hay que tener claro que la situación fiscal del país es realmente compleja. He ahí el dilema. Uruguay tiene un activo muy valioso que es el grado inversor, que representa una calificación a nivel internacional que costó mucho recuperar después de haberlo perdido. Llevó una década volver a tener el grado inversor después de haberlo perdido en 2002 y después que se pierde, volver a recuperarlo puede llegar a demorar nuevamente diez años”, advirtió.

Recordó que de todos los países emergentes que tienen grado inversor en el mundo y en la región, Uruguay es el que el peor nivel de deuda pública y déficit fiscal posee en el presente.

Es urgente y necesario generar un conjunto de reformas para que las inversiones se concreten, cuidando el activo de estabilidad social que tenemos. Del tipo de inversión que viene a contratar personas y producir, no que venga solamente a invertir en propiedades inmobiliarias”

“En un contexto de poco crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), si uno va acumulando deuda, en los próximos cinco años el endeudamiento del país puede acercarse al 100% del PIB”, argumentó.

En ese orden, señaló que para apuntalar la economía uruguaya -que viene en recesión desde setiembre de 2019 aunque con señales de recuperación- “las claves fundamentales son generar las condiciones para que la inversión encuentre rentabilidad en el país”.

“Acá tenemos una curva que se aplanó, que es la sanitaria, pero una de deuda que se va para arriba. Ese es el dilema. Si no actuamos de forma contundente en dos frentes claves, no va a alcanzar. Hay que reducir el déficit fiscal y actuar rápidamente en el frente del crecimiento porque a pesar de que se haga un brutal ajuste esta deuda tampoco es pagable”, resumió el ejecutivo. 

Munyo también recordó  que la reputación que Uruguay  ha ganado en los últimos meses ha provocado que haya intenciones de inversionistas de venir al país, pero hay que tomar las medidas necesarias para que esos capitales efectivamente lleguen.

“Hay un tren que puede pasar y Uruguay no se puede perder la oportunidad de subirse”, agregó. 

En esta línea, agregó que así como se ha logrado aplanar la curva de contagios del covid-19, “también hay que aplanar mucho más las curvas económicas y sociales” que se derrumbaron producto de la crisis sanitaria.

Destacó, además, que una de las principales curvas que será una preocupación relevante para el país en los próximos años será la de la pobreza, que aumentará.

En lo que respecta a la situación del mercado laboral, Munyo consideró que la automatización se aceleró con la pandemia, dejando al descubierto la situación vulnerable de unas 300 mil personas en el país que ya estaban expuestas a la amenaza de perder sus trabajos por el avance tecnológico. 

“Hoy tenemos 150 mil personas en el seguro de desempleo y la dinámica de los próximos meses irá confirmando cuántos de esos trabajadores podrán ser reincorporados y cuántos lamentablemente no. Tenemos un problema serio y no hay que echar culpas. Son varias vertientes que se concentraron y aceleraron entre el fenómeno tecnológico y la recesión económica. Uruguay en realidad ya estaba en recesión antes de la llega del coronavirus y las empresas estaban en un situación de reacomodar sus cuentas”, argumentó.

En esta línea, dijo que para apuntar a recomponer el trabajo en el futuro la situación de la regulación laboral que tiene el país “realmente no ayuda” y muchas veces se “vuelve una traba” a la hora de que los empresarios tomen la decisión de contratar.

Diario EL OBSERVADOR - Montevideo - URUGUAY - 13 Agosto 2020