Juan Pablo Saltre“Es imposible crecer si queres estar en todo y no confias en nadie”

Juan Pablo Saltre, fundador de Ventus, habla de las energías renovables, la capacidad de adaptación y cómo repensaron la empresa.
Hace 10 años, al terminar sus estudios, el ingeniero industrial y máster en Ingeniería de la Energía, Juan Pablo Saltre se asoció con un profesor de facultad, para crear Ventus. Especializada en energías renovables la empresa nació con la instalación del parque eólico Magdalena I en San José.

Por Analía Pereira
Especial para El Observador

Con los años se sumó un tercer socio, y desde que el cofundador se retiró, Saltre comparte la sociedad con Francis Raquet. La empresa incursionó luego en energía solar, y, en los últimos tiempos, en un plan de diversificación amplió su base de negocios a la construcción y a la venta de vehículos eléctricos en un convenio con Sadar. Actualmente Ventus desarrolla siete obras de forma simultánea y durante los primeros meses de covid–19 en Latinoamérica, terminó la construcción de un parque solar en Colombia, y en las próximas semanas inaugurará una planta solar en los techos del estacionamiento del Parque de las Ciencias.

En entrevista con Café y Negocios, Saltre hizo un balance de la década de Ventus que hoy desarrolla proyectos desde Uruguay para el mercado local, argentino, colombiano y chileno. Habló del valor del trabajo en equipo y de cómo repensaron la empresa para hacerle frente a un mercado, que en los últimos años no presentaba una creciente demanda.

¿Cambió el trabajo por la pandemia?

Si, hemos pasado por distintas etapas. En las oficinas en Uruguay, Buenos Aires y Bogotá suspendimos todo y comenzamos con teletrabajo. En Uruguay cuando retomamos la actividad empezamos con protocolos, poca gente y pocos días, a medida que fuimos agarrando confianza con algunas modificaciones, como acrílicos en los escritorios, logramos incorporarnos todos, el 100% del tiempo. En las obras la construcción se había parado pero después retomamos con protocolos y precaución.

Lo que aumentó fue el desafío logístico para cumplir con los objetivos de las obras. A nivel de dirección tenemos una estructura local con gente de mucha experiencia, que demostró que no es tan necesario e imprescindible lo presencial.

¿Desde cuándo Ventus es una constructora?

El año pasado salimos del rubro de las renovables, cuando nos sentamos a pensar todo lo que hemos hecho. Haciendo parques eólicos y solares se hacen caminerías, fundaciones muy importantes, edificios, tendidos eléctricos y hay mucho montaje mecánico. En metros cuadrados y cúbicos de hormigón tenemos antecedentes muy importantes comparados con empresas constructoras medianas y chicas.

Eso sumado a que el mercado de energías renovables en Uruguay no estaba en su mejor momento, porque no hay en Uruguay una gran demanda de energía. De hecho, la energía a Uruguay le sobra. Dijimos ‘vamos a aprovechar todo eso haciendo lo que sabemos’. Somos una empresa de ingeniería y construcción, podemos construir un edificio con parque eólico o podemos construir un edificio para una escuela.

¿Cómo proyecta que sea el mercado uruguayo de las energías renovables en los próximos años?

Va a seguir como ahora. Más que nada concentrado en instalaciones pequeñas a nivel de industria, no los grandes parques que se construyeron entre el 2011 y el 2015. Porque en esos años hubo una acción muy grande y hoy Uruguay no necesita más energía.

El crecimiento del consumo en algún momento hará que sí sea necesario tener más, pero esta situación del covid y estos años de estancamiento económico harán que ese momento se vaya postergando más.

No hay proyectos nuevos y no habrá por una situación coyuntural. Si Uruguay necesitara más energía habría interés de muchas empresas con precios súper competitivos, porque el país tiene un excelente acceso al financiamiento y una capacidad instalada para construir parques mucho mejor que la que había hace 10 años. Cuando llegue el momento se dará, pero hoy por hoy no se necesita.

Evidentemente las renovables son un tema que a nivel mundial tienen todo el recorrido por delante. Cada vez va a haber más trabajo a nivel mundial y la gente que tiene una especialización en ese rubro seguro que va a tener muchas posibilidades laborales.

¿Qué balance hace de los 10 años de Ventus?

Cuando arrancamos nunca -ni en el mejor de los casos- nos imaginamos que íbamos a estar trabajando en otros países, haciendo todo lo que hicimos. Siempre fuimos muy inquietos, con ganas de hacer cosas y esa impronta se ha pasado en la empresa y se ha logrado mantener, que es muy difícil.

Lo que tiene mucho valor para nosotros es tener clientes reincidentes, porque confían en nosotros y valoran la actitud de siempre estar para resolver problemas.

Las renovables son un mercado bastante de nicho, si bien es un mercado grande los jugadores somos un poco los mismos. Es fundamental tener repercusión de lo que se hace, porque si se hace mal en un lado y no le buscas una solución enseguida se sabe.

¿Cómo se fideliza a los clientes y al equipo de trabajo?

Lo fundamental es siempre que el cliente termine contento y muchas veces terminamos sacrificando márgenes porque apostamos a las relaciones de largo plazo.

En Ventus tenemos gente que está con nosotros desde el principio, que más allá de ser jóvenes tienen mucha experiencia en esto.  Los gerentes confiamos y valoramos mucho a la gente y creo que eso lo valoran mucho. Hay un clima de trabajo muy bueno, confiamos mucho en la gente. No somos esas empresas que están controlando el horario, qué haces y cómo lo haces. Nos guiamos por los resultados y en cumplir con los clientes.

¿Cuánto importa ese valor en el equipo?

Es fundamental, porque si no sería imposible haber crecido como lo hicimos, de una empresa de dos personas a una empresa de más de 300. Si queres estar en todo y no confias en nadie es imposible crecer, nosotros no vemos otra manera de hacerlo.

¿Qué rescata, repetiría y qué no volvería a hacer?

Lo que más rescatamos es siempre estar buscando oportunidades y estar abiertos a  adaptarnos a los cambios. Nos tenemos que adaptar al contexto, a los países, a las regulaciones y no podemos pretender que sea al revés. Hemos hecho muchas cosas, muchísimas no funcionaron pero todas dejaron aprendizajes a nivel personal y empresarial. No creo que nada haya sido en vano.

Sí repetiría el animarnos, el ampliar nuestro espectro de negocio en la parte de construcción e infraestructura, que al principio nos generaba algunas dudas y después la realidad nos mostró que los otros confiaban mucho más en nosotros de lo que nos imaginábamos.

Otros años en el horizonte teníamos algunas dudas, porque en Uruguay el tema renovables se empezó a enfriar, pero en este momento vemos que la oferta que abrimos con la construcción en Uruguay y las renovables en Colombia y Chile, en los próximos años seguirá creciendo. Estamos optimistas y confiados de seguir creciendo aún más.

Diario EL  OBSERVADOR - Montevideo - UUGUAY - 05 Agosto 2020