mercado internoTEMA DE ANÁLISIS
Mercado interno hace crecer a la industria

El ranking de industrias que lideran la importación de maquinaria y equipos lo encabeza la industria del cemento.

La cercanía del fin de año es tiempo de evaluación y proyección sobre el próximo ejercicio. En este caso, en particular, coincide con un acto electoral que como tal genera cierta incertidumbre en los agentes económicos, quienes esperan los anuncios de la nueva administración para emprender nuevas acciones.

Más allá de este comportamiento lógico de todo empresario, la industria manufacturera que acaba de conmemorar los 121 años de la fundación de la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU), enfrenta un futuro con claroscuros. En el corto plazo aparecen síntomas de recuperación asociados a la construcción de la tercera planta de celulosa y las inversiones en infraestructura vinculadas a ella. Pero por otro lado, el sector arrastra problemas de competitividad que, de no revertirse, pueden retrotraer al sector al contexto recesivo que lo caracterizó en los dos últimos años, una vez finalizadas las obras y tras el impulso inicial de la nueva planta de celulosa.

El índice de volumen físico de la industria manufacturera (IVF) excluida la refinería, registró un crecimiento del 2,7% en el tercer trimestre del presente año con respecto a igual período de 2018, revirtiendo así un largo período recesivo que comenzó a mediados de 2017 y se ilustra en el gráfico que aparece en la parte de arriba del cuadro que acompaña esta nota.

Como todo cambio puntual, es prematuro aventurar si estamos ante un cambio en la tendencia o si el crecimiento del último trimestre responde a factores coyunturales. Un primer nivel de análisis consiste en observar que ramas industriales explica la aparente recuperación. De las 62 ramas que informa el INE, 28 experimentaron un incremento en su nivel de actividad en el último trimestre, 33 mostraron una contracción y la restante no registró variación alguna. Son menos las que crecieron, pero por su peso relativo incidieron más y ello explica el mayor nivel de actividad global en el trimestre.

Como algunas de las ramas que más ponderan en el IVF producen desde zona franca (ZF), es pertinente analizar el comportamiento de las industria radicada en esos enclaves versus las que lo hacen desde el territorio fiscal. En ZF se encuentran las plantas de celulosa y la elaboración de concentrados para bebidas refrescantes (también hay una importante y creciente industria farmacéutica, pero que a los efectos de este análisis la incluimos en territorio fiscal). En el último trimestre, la producción en ZF se incrementó 8,8% en tanto que el nivel de actividad en las restantes ramas prácticamente no varió.

Una primera conclusión entonces es que la incipiente recuperación de la industria se debe a las ramas que producen en ZF. Concretamente a las que elaboran celulosa, cuya producción aumentó 12,8% en el último trimestre con relación a igual período de 2018. Este resultado hay que relativizarlo, ya que compensa el descenso registrado un año atrás de similar magnitud. De hecho, con los altibajos propios de cualquier actividad, el nivel de producción de la rama se mantiene relativamente estable desde la entrada en funcionamiento de la segunda planta de celulosa. Una vez puesta en marcha la tercera planta, el nivel de actividad sectorial pegará un salto por única vez, y hacia adelante se mantendrá la producción en esos guarismos.

Las industrias instaladas en ZF cuentan con beneficios en materia fiscal que no alcanzan a las restantes, lo que les permite compensar en parte los elevados costos de producción internos y competir en los mercados internacionales en mejores condiciones. No así el resto de las actividades que soportan íntegramente esos costos y son las que más sufren la pérdida de competitividad.

Estas ramas, que son mayoritarias y constituyen el núcleo de la actividad manufacturera, son las que enfrentaron en los dos últimos años distintas dificultades que se vieron reflejadas en un menor nivel de actividad, pero en el último trimestre se estabilizaron, tal cual se muestra en el gráfico que aparece a la izquierda en la parte media del cuadro.

El freno en la caída es el resultado de distintos comportamientos que se compensan. Por un lado, las actividades volcadas fundamentalmente al mercado interno se recuperaron en el último trimestre, tras un largo período de contracción, tal cual se muestra en el gráfico que aparece a la derecha en la parte media del cuadro.

Incidieron en este desempeño algunas agroindustrias como los aceites y las fideerías, las bebidas no alcohólicas y las cervezas, algunas ramas vinculadas a la construcción como el vidrio, los minerales no metálicos y la fabricación de maquinarias y electrodomésticos.

Las ramas vinculadas a la construcción son las que enfrentan un horizonte más despejado ante las obras de infraestructura en marcha y fundamentalmente por el pronto inicio de la construcción de UPM2. Al respecto el último relevamiento sobre inversión en maquinaria y equipos que elabora la CIU ubica en los puestos 1 y 3 del ranking de importadoras de bienes de capital a dos empresas vinculadas al rubro cemento, que a raíz de las inversiones en curso experimentará un aumento en su demanda. En los puestos 2 y 5 aparecen empresas vinculadas a la alimentación y las cervezas, con gran presencia en el mercado interno.

Por su parte, las ramas exportadoras, sean de productos de base primaria o industrial, enfrentan dificultades propias a las que debemos agregar las derivadas de un contexto regional recesivo y uno global poco dinámico, todo lo cual contribuye a la contracción que se ve reflejada en el gráfico que aparece a la izquierda en la parte baja del cuadro.

De las ramas exportadoras de base primaria sólo los frigoríficos y la elaboración de productos del mar muestran un comportamiento positivo. En cuanto a las ramas de base industrial, sólo crecen las vinculadas al papel y los automóviles. Con respecto a esta última industria, fue anunciado en los últimos días la reanudación de la producción en la planta de Lifan.

Pero más allá de estas pocas ramas, en su conjunto el sector exportador enfrenta las dificultades de los mayores costos internos de producción, paliados parcialmente por la devaluación del peso frente al dólar y las dificultades de los mercados regionales que, en el caso de las ramas de base industrial, son el principal destino de sus ventas.

En este contexto, y más allá de las expectativas favorables que se presentan para las ramas vinculadas a la construcción, el humor de los industriales no mejora. El gráfico que aparece abajo a la derecha del cuadro muestra que las expectativas para los próximos seis meses, tanto a nivel de la economía como de la empresa, siguen en terreno negativo sin mayores cambios en los últimos meses.

Diario EL PAIS - Montevideo - URUGUAY - 25 noviembre 2019