abejas perderEl doble de precio que hace un año por la miel generó un rebote en el ánimo de los apicultores

Tras varios ejercicios en los que soportaron un precio deprimido, los valores se duplicaron y pese a la sequía la productividad promedio en las colmenas es aceptable.En una zafra en la que los apicultores también han soportado adversidades que derivaron de la insuficiente cantidad de lluvias, hay dos realidades que los reconfortan.

Por un lado, la productividad será para la mayoría al menos aceptable, en el eje del promedio nacional de los últimos años, alrededor de 20 kilos por colmena. Por otro, tras varios años con el precio de la miel muy deprimido, en octubre se activó una recuperación de la demanda y así de los valores y si bien ahora están lejos de los picos que alcanzaron en el verano, al menos se logra en el eje de US$ 2,50 por kilo, más o menos el doble de lo conseguido entre 2015 y 2020.

Néstor Causa, presidente de la Comisión Honoraria de Desarrollo Apícola, recordó que en febrero de 2015 los precios de la miel se cayeron de un modo drástico, de estar arriba de los US$ 2 por kilo descendieron a un eje de US$ 1,20 a US$ 1,30 por kilo, lo que ambientó un panorama muy complejo para los involucrados en este sector –que se fue extendiendo durante varios años–, con severas dificultades en la rentabilidad de los productores.

Suma de problemas
A mediados de 2016 surgió otro inconveniente, la detección en mieles exportadas por Uruguay a Alemania de resíduos de glifosato en niveles que superaban lo admitido en ese destino, que es el que mejor paga por las exportaciones de miel –en un rubro en el que además del 90% al 95% de lo que se produce se envía al exterior–.

Ese escenario determinó que de una zafra a otra durante unos tres años se fueran acumulando importantes stocks de mieles, algo que no era nada común en Uruguay, dada la gran dificultad para comercializar miel.

En forma paralela, en todo el mundo, no solo a nivel regional –desde Argentina, Chile, Brasil y Uruguay–, los países productores de mieles naturales fueron trabajando para superar otro escollo, “el ingreso masivo a los mercados de mieles chinas que no eran mieles, que eran mieles adulteradas, a precios muy bajos y en grandes volúmenes, distorsionando el mercado, tirando abajo el precio y afectando a las mieles de países como Uruguay”.

“Ese trabajo hizo que se fuera afinando bastante la metodología analítica para detectar la adulteración de la miel, recuperando en el mercado el prestigio y valor que le corresponde a la miel natural”, explicó Causa.

A ese impacto positivo se le añadió que recientemente en algunos mercados productores hubo contratiempos en lo climático, mermando la oferta, lo que fortalece los valores.

Desde mediados de 2020 a octubre se pasó en el valor por la miel de una referencia de US$ 1,20 por kilo a US$ 1,90, a US$ 2 y a US$ 2,10 por kilo, una nueva realidad que mejoró obviamente el ánimo de los productores locales.

Posteriormente, en enero y en febrero de este año, hubo algunos picos de precios en los que la miel se llegó a comercializar por encima incluso de los US$ 3 por kilo, “un precio ya excelente”.

En la actualidad, se aprecia una demanda menor, en un mercado que se lo suele definir como “más pesado” para salir a ofertar mieles, no obstante el valor de referencia sigue siendo bueno, “en el eje de US$ 2,50 por kilo y con mieles de calidad excelente que logran algo más y otras no tan buenas que se colocan por un poco menos”.

Esos US$ 2,50 por kilo ya no son los US$ 3 por kilo de hace algunos meses, “pero siguen siendo un precio interesante para el productor”, admitió Causa.

Poca lluvia para la abeja
Como ha sucedido en varios de los sectores productivos, también los apicultores padecieron bastante por el déficit hídrico que caracterizó a varios momentos de los últimos meses, dado un nivel de registros de lluvias menor a lo que es habitual y sobre todo con relación a lo que se necesita.

“Lamentablemente eso es algo que a los apicultores nos afecta mucho y para peor hubo varias zonas con mucho tiempo sin lluvias y zonas en las que repitieron una sequía, les pasó en dos años seguidos”, comentó Causa.

No son pocos los apicultores contemplados en las asistencias derivadas de la declaración de emergencia agropecuaria que hizo el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca  (MGAP), ayudas que “están un poco atrasadas, pero que están en proceso”.

En otro orden, es habitual cuando en otoño llega la floración del eucaliptus el traslado de colmenas a zonas forestadas, en el norte a Tacuarembó y Rivera, en el litoral a zonas de Paysandú y Río Negro, manejo que en esta zafra se potenció por las malas condiciones productivas en la zona de origen de varios productores.

Si bien no hay un dato preciso, se estima que de las 560 mil colmenas que hay en el país, manejadas por unos 2.400 productores, son unas 70 mil las que se movilizan en el otoño de un predio a otro –lo que se denomina trashumancia–, buscando capitalizar mejores escenarios para el trabajo de las abejas.

La problemática de lluvias no suficientes generó una zafra que se la considera “regular”, tras una que había sido extraordinaria.

En materia de productividad, hay extremos de colmenas que en esta zafra darán como mucho 15 kilos y otras que darán el doble, disparidad que tiene como base el comportamiento de la zona donde está la forestación y el estado en el que llegaron las colmenas a esa zona, tras lo soportado en los lugares de orígenes por la sequía.

Si bien falta para disponer de los datos definitivos, para este año se piensa estar en un promedio nacional de 20 kilos por colmena. Eso establece que se proyecta una producción global de unas 11.000 a 11.500 toneladas de miel.

Finalmente, sobre lo que se ha podido hacer desde la comisión que preside, Causa indicó que acepta que haya reclamos, más allá de las distorsiones que han generado las restricciones impuestas por la emergencia sanitaria por covid-19, “porque estuve del otro lado, soy apicultor y he reclamado”, confiando en que todo se encamine del modo deseado.

Día Mundial
En octubre de 2017 la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas proclamó el 20 de mayo como Día Mundial de las Abejas, coincidiendo con la fecha del nacimiento de Anton Janša, quien en el siglo XVIII fue pionero en las técnicas modernas de apicultura en su país natal, Eslovenia, reconociendo a estos insectos por su habilidad para trabajar duramente y requiriendo a la vez muy poca atención.

Precisamente, Eslovenia ha sido el país que ha impulsado la celebración del Día Mundial de las Abejas.

En Uruguay, dijo Néstor Causa, “estamos de cara un nuevo 20 de mayo, organizando actividades vía zoom, por el tema del covis-19, con la idea de seguir posicionado en la sociedad en general el mensaje del valor enorme que tiene la abeja no solo como productora de miel, porque es muchísimo más lo que nos aporta”.

Diario EL OBSERVADOR -Montevideo - URUGUAY - 30 Abril 2021