argentina langostaArgentina, ¿cuánto tiempo podrá prolongarse la invasión de langostas?

Un establecimiento correntino que hace cría, recría y cabaña Braford tuvo una manga durante cuatro días arrasando raigrases y pastizales naturales; luego se fue, pero está a sólo 5 km de distancia.Buenos Aires, Argentina – TodoElCampo – Rincón del Chañar es un establecimiento cien por ciento ganadero ubicado en Curuzú Cuatiá, Corrientes.

Con 43 empleados, manejan un rodeo general de 6.000 vientres Braford, además del plantel; hacen 1.200 hectáreas de pasturas de invierno, raigrás y avena; 400 ha de verdeos de sorgo y 200 ha de maíz para consumo animal. Hace pocos días debieron enfrentar un nuevo riesgo para las empresas de la región: una manga de langostas de 10 a 15 km2, que se desplazaba por el sur de la provincia, por primera vez en 73 años, invadió raigrases y campo natural de monte.

“Nunca las había visto, el jueves estábamos trabajando en las mangas y me las encontré, eran enormes, creí que iba a ser algo muy pasajero y al final se quedaron hasta el domingo. En los lugares en que acamparon dejaron el suelo desnudo”, contó Sebastián Bonapelch, 47 años, gerente de Rincón del Chañar y oriundo de Mercedes, Corrientes. Y agregó: "sabíamos que venían migrando entre Paraguay, Bolivia y el noroeste de Argentina desde 2015, pero no las esperábamos en nuestro campo. En esta oportunidad, por las temperaturas y los vientos, se corrieron de su trayectoria habitual".

Apenas aparecieron, el personal de campo les sacó fotos y las publicaron en redes. "A la tardecita, nos llamaron del Ministerio de la Producción y del Senasa porque habían perdido el rumbo de la manga. Llegaron el viernes a Rincón del Chañar", afirmó.

Las langostas se desplazaban en bloques, se pararon a hacer noche entre el raigrás y un campo natural de monte, aprovechando ese ambiente para cubrirse del frío. "Se movieron muy poquito, tal vez 1 o 2 km, porque no había viento ni sol, entonces pasaron mucho tiempo en el suelo. Si uno miraba de lejos, se levantaba una nube negra, apenas cien metros para arriba y luego volvían a bajar. No vuelan con bajas temperaturas y cuando acampan están comiendo. Era impresionante", detalló, argumentando que tuvieron mala suerte con el clima y, por eso, estuvieron tanto tiempo en el lugar.

El mismo viernes se tomó la decisión de hacer una aplicación aérea, con cipermetrina, a razón de medio litro por hectárea, pero sólo sobre una parte menor de la población, apenas un 10%, que estaba asentada sobre los raigrases. El grueso de la manga estaba en el monte y no se pudo identificar hasta el sábado. "Después del tratamiento, les costó arrancar, son muy grandes y forman varias capas. Cuando levantaron vuelo, habrán hecho unos 5 km dentro del establecimiento y se unieron a la población mayor en un monte bastante cerrado, era muy difícil llegar. El domingo, cuando teníamos decidido entrar a fumigar, había mucho viento, era riesgoso y no se pudo hacer. Ese día, a eso de las dos de la tarde, la temperatura era agradable, se levantó una nube negra y en menos de una hora, hora y media, las perdimos de vista. Se fueron rumbo a Esquina", relató Bonapelch, señalando que, ahora, están a 5 km del campo y no saben si volverán.

DESDE EL SENASA

El Ing. Agr. Héctor Medina, responsable del Programa de Langostas del Senasa abordó la problemática  de la manga de langostas que llegó a Corrientes, en una charla organizada por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), ante la preocupación que genera en las provincias del noreste argentino y también en Brasil y Uruguay.

"Las langostas viven habitualmente en el ecosistema en una fase solitaria. Pero ante determinados fenómenos climáticos aumentan su capacidad de reproducción y la densidad poblacional crece en forma exponencial. Cambian de forma, tamaño y color, empiezan a acumularse, se comportan en masa y aumenta su voracidad. Entonces, se convierten en una amenaza para los cultivos", explicó, refiriéndose a esta plaga que hasta 1954 causara estragos recurrentes en el noroeste del país. Luego se controló mediante el esfuerzo de un equipo humano del tamaño de todo el Senasa de nuestros tiempos, además de los avances en la industria de agroquímicos y recién resurgió con fuerza en 2015.

¿Por qué volvió a Argentina después de tantos años? "Los brotes poblacionales se inician cuando hay inviernos benignos y buenas precipitaciones, lo que permite que en lugar de tener una o dos generaciones en un año se desarrollen tres. Eso es lo que ocurrió a partir de 2015 en el noroeste de Argentina, en la Rioja y Catamarca, donde irrumpió la plaga y se fue extendiendo. Luego avanzó a Bolivia y Paraguay y de ahí volvió a nuestro país", dijo el especialista, enfatizando que la explicación de esta nueva invasión está en el clima de los últimos años.

Según la bibliografía internacional, este fenómeno puede prolongarse entre 8 y 15 años. "Actualmente vamos por el quinto año o sea que todavía hay un tiempo para que siga avanzando, aunque la máxima expresión se da a los dos años. Posteriormente, hay un declive independientemente de los esfuerzos de control que se realicen. El ciclo finaliza cuando hay sequías y frío, y esas 2 ó 3 generaciones se convierten en una", anunció.

¿Qué pasó en 2020? "Tenemos una nueva invasión en el país pero la novedad es que avanzó al Este, algo que no ocurría desde hace mucho. Después de 73 años ingresó a Corrientes, tras desplazarse más de mil kilómetros en un mes y cruzar el Paraná. Vino desde Paraguay y no nos dio tiempo para hacer tareas preventivas, cuando son más efectivas, tuvimos que actuar en la fase más peligrosa para los cultivos", detalló el especialista, advirtiendo que "una manga de un kilómetro cuadrado consume más o menos lo mismo que un rodeo de 2.000 vacas/día".

¿Qué se hace desde el Senasa? "La langosta no había aparecido en 60 años y cuando surgió, dado su carácter migratorio, se puso en marcha un plan regional de manejo en los tres países sudamericanos. Es una especie nativa de la región y la idea no es exterminarla, hay aves y reptiles que se alimentan de ese insecto. El objetivo es detectarlas en forma temprana y, si es necesario, hacer un control químico para bajar la carga poblacional y evitar que se transformen en plaga y afecten a la producción. Incluso estamos avanzando en control biológico, algo que se utiliza ya en otras regiones del mundo", finalizó Medina.

TODO EL CAMPO - Montevideo - URUGUAY - 08 Julio 2020