En evento de IICA Álvaro RamosEn evento de IICA, Álvaro Ramos destacó la importancia de la conectividad y la digitalización

El exministro Álvaro Ramos dijo que es  clave la conectividad y la digitalización; también innovar en tecnologías y plataformas de comunicación para la agricultura familiar y usar las cooperativas por su eficacia para aplicar instrumentos de política pública. San José, Costa Rica – IICA – TodoElCampo – Impulsar el cooperativismo y la asociatividad serán aspectos fundamentales en el escenario post Covid-19 para potenciar el rol de la agricultura familiar como proveedor de alimentos en las Américas.

Esos elementos, acompañados de políticas públicas diferenciadas, digitalización y conectividad para capacitaciones, asistencia técnica y acceso a información sanitaria, fortalecerán los circuitos cortos en los que la agricultura familiar es clave para el abastecimiento alimentario, según coincidieron la presidenta de Cooperativas de las Américas, Graciela Fernández, y el exministro de Agricultura y de Relaciones Exteriores de Uruguay, Álvaro Ramos. Los especialistas participaron en un webinar organizado por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), parte de un ciclo en el que esta agencia especializada en agro y ruralidad hemisférica analiza los escenarios post pandemia. “Los grandes desafíos venideros serán políticas públicas diferenciadas, porque las necesidades son distintas según las regiones y los países, así como asistencia técnica, extensión rural, financiamiento y acceso del productor a información sanitaria y fitosanitaria, además de protocolos e insumos para garantizar la inocuidad de los alimentos al consumidor”, indicó Ramos.

Serán clave, agregó el exministro, la conectividad y la digitalización; también innovar en tecnologías y plataformas de comunicación para la agricultura familiar y usar las cooperativas por su eficacia para aplicar instrumentos de política pública. A su vez, Graciela Fernández detalló que el cooperativismo cuenta con útiles instrumentos para el desarrollo y el rol protagónico que tiene la agricultura familiar en la región y en los esquemas de comercialización. “La intercooperación entre cooperativas de ahorro y crédito que otorguen financiamiento a sus similares agrarias, así como a pequeños agricultores para avanzar y mantenerse en esta situación compleja, y aquellas de consumo que apoyen a las agrarias para que puedan colocar su producto, son parte de los muchos aportes que este sector pueden brindar”, dijo la presidenta de Cooperativas de las Américas. DESAFÍOS Y APORTE DE LA AGRICULTURA FAMILIAR. Fernández y Ramos explicaron que, durante la pandemia, a nivel agroalimentario la crisis se ha dado más por la demanda de productos que por la oferta, debido a los cambios en los hábitos de los consumidores.

Estos pueden ser originados por falta o disminución de ingresos y por el aislamiento social, que modificó las formas de abastecimiento. “La agricultura familiar de la región afronta afectaciones porque se interrumpe la cadena de abastecimiento, debido a que las empresas que procesan, acondicionan y transportan los productos tienen dificultades, se cortan los pagos, no hay créditos o se reducen sustancialmente y empiezan a tener apuros para desarrollar su proceso productivo”, comentó Ramos. De acuerdo con Fernández, en América Latina y el Caribe casi el 15 % de las exportaciones de productos agroalimentarios hacia el mundo está en manos de la agricultura familiar, y esta es el destino de un 6 % de las importaciones. “Con la pandemia, evidentemente hay serias afectaciones”, explicó. Agregó que, acerca de las restricciones a la exportación, en ciertas zonas han alcanzado cerca del 5 % por las medidas de aislamiento social y la afectación en el transporte de insumos por el cierre de fronteras en la región.

Esto se traduce en efectos directos en las cadenas cortas y los productos perecederos, e impacta a los agricultores familiares y a los consumidores. Fernández y Ramos destacaron que, a pesar de las dificultades actuales, la agricultura familiar se mantiene produciendo alimentos y, dependiendo del país, su aporte oscila entre el 60 % y el 70 % de los productos de las canastas básicas alimentarias. Advirtieron que el comercio mundial emergente de la crisis sanitaria será más proteccionista y la tendencia será aplicar con más rigurosidad normas de índole sanitario, lo que obligará a los productores familiares y a los países exportadores a aplicar estándares de inocuidad y calidad más altos para mantener el acceso a los mercados.

TODO EL CAMPO - Montevideo - URUGUAY  - 28 Mayo 2020