Uruguay podría producir alimentos para 50 millones de personas
Actualmente Uruguay produce alimentos para 30 millones de personas y tiene capacidad de hacerlo para 20 millones más. El sector productor de agroalimentos juega un rol clave en la estructura productiva nacional, que se refleja en su contribución al PBI, al empleo y a las exportaciones.
Asimismo, dicho sector es un ejemplo de integración entre las fases agropecuaria e industrial, ya que cada vez más se interrelaciona con el sector servicios a través del abastecimiento de maquinaria agrícola, variedades de semillas, genética animal, productos químicos y biológicos, salud animal y vegetal e insumos tecnológicos.
Desde el año 2003 el sector agropecuario en general y particularmente el agroalimentario inició un ciclo expansivo, sin precedentes, cuya sostenibilidad está hoy en cuestión debido a la caída más o menos generalizada que se observa en el precio internacional de los alimentos que Uruguay exporta.
Dado este contexto y pensando en los próximos 30 años, la Dirección de Planificación, trabajó en el marco del proceso de elaboración de la Estrategia de Desarrollo 2050, en un estudio prospectivo que abordó cómo se puede potenciar y dinamizar el sector a la luz de las oportunidades y desafíos imponen las tendencias globales.
En este sentido, se espera que a futuro la demanda de alimentos continúe aumentando debido al crecimiento de la población y de su poder adquisitivo promedio. Ello, sumado a la creciente urbanización, impulsará particularmente la demanda de carne y lácteos, rubros en los que Uruguay ofrece productos de calidad, asociados a la etiqueta de “natural” y que son altamente valorados en los mercados de destino gracias, en gran medida, al sistema de trazabilidad que se viene implementando desde hace más de una década.
Una mirada al futuro Para lograr incrementos de productividad sostenidos que hagan más competitiva la producción agroalimentaria nacional va a ser inevitable apostar a la incorporación de tecnología: automatización y robotización para sustituir tareas repetitivas y exigentes como el ordeñe, utilización de sensores e inteligencia artificial para el desarrollo de sistemas ganaderos por ambiente y de agricultura de precisión, bioinformática para lograr mejoras genéticas aplicables tanto a la ganadería como a la agricultura, por ejemplo, para el desarrollo de nuevas variedades de arroz, son algunos de los desafíos que se vislumbran y que van a marcar los procesos de producción futuros. Estos procesos, además deberán ser ambientalmente sostenibles y tener en cuenta el bienestar animal.
La Estrategia de Desarrollo 2050, presentada en agosto de 2019 por la Dirección de Planificación de OPP propone algunos lineamientos estratégicos para potencializar este sector. (OPP)