Monitoreo satelital de aplicaciones de agroquímicos garantiza cuidado del ambiente
El proyecto del MGAP se encuentra en una fase inicial voluntaria, como Plan Piloto.
La Dirección General de Servicios Agrícolas del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (DGSA – MGAP) presentó a las empresas de aviación agrícola el sistema de monitoreo satelital de aplicaciones de agroquímicos. La iniciativa, que busca otorgar garantías a los productores y a las empresas, así como también a la ciudadanía mediante el cuidado de la salud y el ambiente, ya se ejecuta como plan piloto en conjunto con la Asociación Rural de Soriano.
El proyecto se encuentra en una fase inicial voluntaria, como Plan Piloto, en ejecución mediante un acuerdo de colaboración con la Asociación Rural de Soriano (ARS). El acuerdo, que finaliza el 22 de octubre próximo, involucra a 23 empresas aplicadoras de fitosanitarios (19 terrestres y 4 aéreas), un total de 33 equipos y un área de 350.000 hectáreas, 100.000 de ellas de cultivos, reveló la ingeniera agrónoma Natalia Queheille, del equipo técnico de la DGSA.
Queheille fue la encargada de presentar la iniciativa durante la participación en el XXVIII Congreso Mercosur y Latinoamericano de Aviación Agrícola que finalizó el pasado viernes en las instalaciones de Altos del Arapey, en la zona termal de Salto.
Sistema de control innovador
El monitoreo satelital es un sistema de control de las aplicaciones de agroquímicos en tiempo real, sean terrestres o aéreas, mediante un dispositivo ubicado en la máquina del aplicador. Este deberá solicitar autorización previa a la DGSA para el ejercicio de su actividad, de acuerdo al marco legal.
En objetivo del proyecto es «aportar a una mayor profesionalización del sector y contar con información para el productor, la sociedad y el propio MGAP. Como país proveedor de alimentos de calidad y con inocuidad, resulta clave minimizar los riesgos asociados al uso de productos fitosanitarios», remarcó Queheille.
La iniciativa se inscribe en los desafíos crecientes de las cadenas de valor, donde las certificaciones de los procesos productivos, industriales y comerciales de los alimentos son cada vez más demandadas, se señala desde el MGAP.
Queheille remarcó «la necesidad de producir alimentos con calidad e inocuidad, apuntando a la sustentabilidad, con valor agregado ambiental, y a la licencia social a través de la conciencia agropecuaria, un valor que el MGAP tiene entre sus prioridades». Todo ello apunta a brindar la mejor información y garantías desde la producción al consumidor final.
Los impactos esperados de la iniciativa oficial son «brindar garantías a la población y al cuidado del ambiente; aportar una herramienta que contribuya al uso responsable de los productos fitosanitarios y, al mismo tiempo, que el aplicador tenga un servicio que los respalde y que aporte a la gestión de la empresa».