afe trenDolor de cabeza
Un sindicato "orejano" y radical da pelea al gobierno

Reclama respuesta a AFE que no define qué pasará con 200 trabajadores.
JUAN PABLO CORREA

Hay un sindicato pequeño, pero que cierra filas y está unido, que aprieta los dientes y que está dispuesto a una escalada conflictiva, pareciera que casi sin medir consecuencias. Es la Unión Ferroviaria, fundada en 1941, un sindicato que actúa con mucha independencia respecto al gobierno y al propio Pit-Cnt y que quiere ya definiciones sobre el futuro de alrededor de 200 trabajadores que tienen una gran incertidumbre respecto a qué pasará con ellos una vez que comiencen las obras para reparar las vías entre Paso de los Toros y Montevideo.

 

Estas obras son necesarias para que UPM encare la construcción de su segunda planta de celulosa, durarán tres años y comenzarían en febrero.

El sindicato tiene algunas peculiaridades. Por un lado, todo indica que tiene un alto nivel de respaldo entre los afiliados. AFE tiene 520 trabajadores, de los cuales 416 están sindicalizados. Entre el 5 y el 7 de setiembre fueron las elecciones. Se presentó una única lista, votó el 73% de los afiliados y el 92% respaldó la plancha.

Otra peculiaridad es que sus dirigentes efectivamente trabajan todos los días en la empresa. El presidente del gremio es Carlos Aramendi, funcionario desde hace 41 años en la ferrocarrilera y que se desempeña como inspector de puentes. El miércoles estaba revisando un puente sobre el río Yi. El secretario general es Mariano Pouso, peón de estación, que está en AFE desde hace diez años.

Políticamente el sindicato no es fácilmente clasificable como otros gremios que, como el Sunca o la Untmra, responden claramente al Partido Comunista. Fuentes de la empresa aseguran que en el sindicato hay varios militantes anarquistas y de Alianza Popular. Aramendi dice que vota al Frente Amplio, pero no integra ninguno de sus partidos; Pouso se limita a decir que no es frenteamplista; el vicepresidente William de los Santos es blan-co y el ex secretario general Georgy Martínez es considerado de izquierda radical.

Las autoridades de AFE consideran a Pouso y Martínez como particularmente combativos y a Aramendi como más componedor. De todas formas, Aramendi dice a El País que "no le vamos a hacer el caldo gordo al gobierno" y reconoce que "tenemos un corte un poco más clasista" que el resto del Pit-Cnt. Pouso explícitamente rechaza cualquier alineamiento partidario explícito o tácito. "Vamos a hacer lo que digan los trabajadores. Se escuchan las posiciones y acatamos la mayoría. No hay subordinación al gobierno", asegura y critica con dureza las conducciones frenteamplistas de AFE. "En algunas cosas la privatización es más intensa que con los partidos tradicionales", asegura.

Con respecto al Pit-Cnt, la Unión Ferroviaria tampoco se alinea con ninguna de las tres corrientes mayoritarias: ni con la moderada "Articulación", ni con el Partido Comunista ni con la corriente "En lucha". De todas formas, Pouso asegura que "nos sentimos respaldados por el Pit-Cnt". El presidente de la central, Fernando Pereira, dijo que hará todas las gestiones a su alcance para mediar en el conflicto entre el gobierno y el sindicato.

Fuentes de la empresa dijeron a El País que todo se complica con la mala relación entre el presidente de AFE, Wilfredo Rodríguez, (perteneciente a la lista 711 del Frente Amplio) y el sindicato que negocia habitualmente con el gerente general Enrique Cabrera. Sin embargo, Rodríguez revirtió una decisión que había tomado Cabrera para que se cerraran las estaciones de Santa Lucía y 25 de Agosto (Florida) cuando la semana pasada se dejaron de operar trenes de carga en ellas.

El director blanco de AFE, Alfonso Lereté, señala que no se le da participación en las negociaciones oficiales con el sindicato más allá de que mantiene diálogo con sus dirigentes. Dice que el gremio tiene razón en reclamar definiciones. "Se puede tener un diálogo para atar algunos temas con el gremio", dice y señala que siente respeto por Aramendi.

El sindicato juega duro si lo cree necesario. Ha quemado cubiertas en la calle y en 2015 llenó el despacho del presidente Rodríguez con bolsas con zanahorias porque este había dicho que tenía una "zanahoria" para ofrecerles para que se pasaran al derecho privado y a la operadora de carga del ente. En algunos volantes del sindicato se describía a Rodríguez como "Capone" y le llamó "comadreja" al gerente general de la operadora, Fernando Valls.
A la lucha.

El conflicto sigue duro. El jueves se afectó el transporte de combustible a los depósitos de Ancap en Treinta y Durazno y se afectó la terminal de carga de la estación Carnelli. Y el conflicto es duro porque lo que vaya a pasar con los trabajadores que hoy trabajan entre Paso de los Toros y Montevideo es totalmente incierto y el sindicato dice que el gobierno no da respuestas. Pouso asegura que el ministro de Transporte, Víctor Rossi se opone fuertemente al diálogo.

El futuro de algunas tareas como la "autorización de vía", la señalización, los trabajos en el sistema de control, tareas administrativas, etcétera, parecen estar en riesgo. Por ejemplo, hay una tarea denominada "enclavamiento" que consiste en autorizar cambios de vías y que se realiza de manera manual. Esas tareas pasarán a hacerse desde una sala de monitoreo computarizada en la que trabajarán pocas personas.

"Cambia todo. Pretendemos saber. Nos tienen que decir algo y sería muy importante que lo digan por escrito. Eso es lo más urgente para los trabajadores. No queremos perder plata, ni traslados sin consentimiento", dice Pouso. Y asegura que los trabajadores de AFE tienen sueldos base muy bajos y que hacen alguna diferencia con horas extras y viáticos, pero que incluso estas compensaciones son más bajas que las que se pagan en otras empresas estatales. "Somos los que menos ganamos en los entes autónomos", enfatiza.

Se podría plantear la alternativa de la redistribución del personal en otras áreas del Estado (muchos exfuncionarios están en otras oficinas públicas) o un plan de retiros incentivados. "Si llegan las propuestas, las analizaremos. Pero no las vamos a hacer nosotros porque sería como aceptar el cierre", dice.

Al volver la democracia AFE tenía alrededor de 10.500 empleados y ha ido bajando su plantilla a medida que pierde atribuciones. Un reciente decreto del gobierno le quitó el monopolio del transporte de carga por vía férrea y de pasajeros (hay un servicio a 25 de agosto y otro recientemente reinaugurado a Empalme Olmos). Pero AFE sigue teniendo diez gerencias y una reestructura que planeaba reducirlas a cinco no ha avanzado.
Operativa en riesgo.

El sindicato de AFE es totalmente escéptico respecto a las posibilidades de que la operadora de carga (Servicios Logísticos Ferroviarios) pueda dinamizar su negocio de carga. Como los trenes no podrán traer carga durante las obras del ferrocarril central hasta el puerto de Montevideo se baraja un transbordo a camiones en Manga. Pouso es escéptico. "Los vagones en la playa de Carnelli pueden ser como silos del arroz. Pero en Manga falta luz, corre agua por las paredes de la oficina. Es muy vidrioso. Se requiere mano de obra para la descarga, eso lleva un tiempo y tiene un costo", señaló. Para el sindicato hay pocas posibilidades de que la operativa se dinamice.
Molestia con director opositor

El sindicato de AFE está molesto con el director blanco de la empresa, Alfonso Lereté, porque considera que quiso aprovechar políticamente la reinauguración del servicio de trenes de pasajeros. Lereté es dirigente de la lista 400 de Canelones y militantes de esta agrupación pintaron muros en los que se leía "Vuelve el tren, Todos lo hicimos posible". Lereté asegura que no fue su iniciativa pero que esta lo halaga porque él impulso la reimplantación del servicio de pasajeros. "Quedé muy contento. Para mí es el reconocimiento al trabajo realizado", dijo Lereté.
La opción al oficialismo no se consolidó

Otra peculiaridad del sindicato de AFE es que tiene que enfrentar una "competencia" interna. Existe el denominado Sindicato Ferroviario del Uruguay, que reúne a guardas y conductores de coches motor. Este sindicato es considerado "amarillo" (complaciente con la patronal) por la Unión Ferroviaria y no es ni de cerca tan combativo como esta. Este gremio no llega a 100 afiliados y no tiene sede.

La Unión Ferroviaria quiere hacer tarea de sindicalización entre los 60 trabajadores de SELF, la operadora de carga propiedad de AFE, pero las autoridades se oponen, dice el presidente del gremio, Carlos Aramendi.

En la operadora trabajan unas 60 personas y su gestión es muy criticada por el sindicato que asegura que se han llegado a mínimos de carga. Pero el gerente Fernando Valls señala que la pérdida de negocios se debe a los frecuentes paros. "En lo que va del año el ferrocarril perdió 422.851 toneladas de carga y más de $ 120 millones. Desde el 27 de agosto se pudieron correr 72 trenes y se perdieron 97", señaló a El País.

Para Pouso, Valls (que integra la lista 711 como Rodríguez) mostró "incapacidad sobresaliente" y llevó a mínimos históricos la carga. Pouso dijo que la operadora perdió el transporte de "clinker" para "Cementos Artigas", que era un cliente clave, por sobrecargar vagones que descarrilaron en el arroyo Frasquito, en Canelones.

PREACUERDO
Levantan conflicto y embarcarán el arroz

Luego de una extensa reunión, el directorio de AFE y la Unión Ferroviaria alcanzaron ayer un preacuerdo que pone fin a las medidas sindicales que durante varios días afectaron el servicio de pasajeros y que se mantenían impidiendo la operativa de unos 200 vagones con 6.000 toneladas de arroz de exportación.

La solución surgió tras un encuentro del que participaron el gerente general de AFE, Enrique Cabrera; Milton Castellano, del Pit-Cnt, y Carlos Aramendi, Mariano Pouso, y Javier Rebollo en representación de la Unión Ferroviaria.

Pouso, secretario general del sindicato, confirmó a El País el levantamiento de las medidas. "Se levanta la declaración de conflicto; hoy (por ayer) estamos instalando una guardia gremial para atender el embarque de arroz", anunció. Pouso explicó que "la resolución de no realizar horas extras en días de paro hace que tengamos que instalar una guardia gremial".

La decisión del sindicato de desactivar el conflicto se produjo tras alcanzar un preacuerdo —que se ratificará mañana al mediodía en el Ministerio de Trabajo— que, según los trabajadores, contempla sus reivindicaciones.

La Unión Ferroviaria inició las medidas ante una iniciativa de reestructura en el ente así como por el impacto que estiman tendría en la operativa del ferrocarril la obra de reparación de las vías del tren Montevideo-Paso de los Toros para la instalación de la nueva planta de UPM. Según Pouso, el preacuerdo establece que "básicamente en cuanto a la obra del ferrocarril central los trabajadores no van a perder nivel de ingreso, y que si tienen que ser trasladados se va a considerar su situación". "Esta modificación por la obra del ferrocarril central no tiene que repercutir en nuestros compañeros", insistió el gremialista, quien destacó que el preacuerdo marca "la voluntad de AFE de no provocar afectación".

El fin del conflicto se concretó a poco de la comparecencia del ministro de Trabajo, Ernesto Murro, al Parlamento, prevista para este miércoles. La convocatoria, impulsada por el diputado nacionalista Rodrigo Goñi (Todos), apura la toma de "medidas urgentes" ante lo que calificó como "desbordes sindicales".

Diario EL PAIS - Montevideo - URUGUAY - 07 octubre 2018