vaca arbolesVacas y árboles, dos rubros del agro uruguayo en un gran momento y más si se juntan

La forestación avanza y el precio del ganado está por las nubes, lo que invita a poner el foco en el potencial de la sinergia de dos rubros de alto valor en Uruguay

En tiempos en los que la forestación crece y el precio del ganado está en registros máximos en los últimos cuatro años, bien vale la pena considerar el potencial de la sinergia entre ambos rubros.

Complementar la producción de carne y madera permite mejorar los ingresos, disminuir riesgos y, no menos importante, brindar bienestar animal al rodeo que obtiene sombra y abrigo.

 

Con precios ganaderos atractivos y unas dos millones de hectáreas bajo bosques, de los cuales 1,2 millones son sembrados y en los que necesariamente deben quedar 30% a 40% de la superficie bajo pasturas en el perímetro y los callejones, la producción de carne junto a los árboles tiene mucho para crecer.

De acuerdo a la publicación del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) generada por el proyecto FPTA 311, el silvopastoreo permite amortiguar tanto en la tierra como en los animales los efectos de eventos extremos como las sequías y proteger a los animales de los rayos solares y los vientos fuertes. Y mejorar tanto la productividad como el bienestar animal permite una diversificación financiera al productor.

En Uruguay son raros los sistemas silvopastoriles, donde la siembra de árboles se realiza en bajas densidades para permitir el desarrollo de las pasturas. Las empresas forestales no tienen problema en que interactúe el ganado siempre y cuando se adapte a una siembra, generalmente de eucaliptus de distintas especies en altas densidades, con un estricto fin maderero.

Es difícil saber en el presente cuánto ganado de Uruguay está siendo manejado en las áreas forestales. Consultas realizadas al Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) al respecto no arrojaron datos claros. Pero partiendo de un área cultivada de 1,119 millones de hectáreas con 839.000 hectáreas de superficie efectiva y 280.000 hectáreas las ocupadas por caminos y perímetros, unos 500.000 a 600.000 vacunos podrían manejarse en estos sistemas.

Carlos Colombino es uno de los pioneros en combinar la forestación con destino a pulpa de celulosa y la producción de carne. Integró hace ya décadas a la ganadería en un predio forestal para prevenir los incendios que podría provocar la acumulación de pasto bajo los árboles en estado juvenil. De esa manera bajaba costos de mantenimiento de los montes y generaba una entrada de dinero antes de recibir el primer ingreso maderero a los 10 años de la siembra.

Colombino diseñó y puso en práctica en la década de 1990 un sistema de producción en un área total de 1.800 hectáreas de las cuales 1.314 hectáreas estaban forestadas con eucalyptus y las restantes 486 hectáreas que correspondían a los bajos, retiros de los montes, caminería interna y cortafuegos fueron destinados a pastoreo.

Es decir que, el 73% de la superficie fue aprovechada por la forestación y el 23% por la ganadería, según su publicación “Experiencias de Silvopastoreo en forestación con Eucalyptus Globulus sobre suelos arenosos del departamento de Soriano”.

A los cinco años de implantado el monte, la producción fue de 222 kilos de carne por hectárea por año considerando el área de pastoreo efectivo, con una carga de 1,4 UG/ha en un sistema de recría con Hereford, Angus y sus cruzas.

Pasando esa producción de carne a valores de mercado a la fecha (US$ 1,98 por kilo en pie) el resultado es de US$ 120 por hectárea por año de margen bruto en todo el predio.

Extrapolando esos resultados al total de Uruguay, se obtendría una producción de 62.160 toneladas de carne anuales con 490.000 cabezas de ganado.

Colombino explicó que la prioridad de su proyecto siempre fue la producción del rubro forestal, tanto desde el punto de vista del aprovechamiento del área como la elección de las especies y la densidad de plantación.

“Se pensó en la inclusión de ganado vacuno en silvopastoreo como la herramienta de tracción a sangre más eficiente y económica para controlar los pastizales e incorporar al suelo, luego de ser destruido por el pisoteo, ramas y hojas secas que son el principal material combustible causante de los incendios forestales”, comentó.

Explicó que las categorías más apropiadas para estos sistemas son las de recría, novillitos que ingresan con cerca de un año y permanecen hasta pasar a las fases de engorde.

En el campo se sembraron especies forrajeras y se enfatizó en la infraestructura predial, aguadas y potreros para poder hacer un pastoreo racional con altas cargas y en períodos cortos de tiempo y descansos largos para poder controlar el tapiz natural.

“Los campos bajos con este manejo produjeron hasta tres veces más forraje de buena calidad que en áreas de campo alto sin mejoramiento”, informó.
¿Ganadería y forestación: competitividad o complementariedad?
Álvaro Simeone, director de la Unidad de Producción Intensiva de Carne (UPIC), evaluó el impacto de incorporar la forestación en predios ganaderos mediante un modelo de simulación, creado por un equipo técnico de la Federación Uruguaya de Grupos CREA (Fucrea). Los resultados del trabajo “¿Ganadería y forestación: competitividad o complementariedad?”, publicados en la Jornada de Buiatría en 2009, indican que la incorporación de la forestación como rubro adicional permitiría mejorar el margen bruto del predio entre un 5% y 25% dependiendo de si se realiza ganadería de ciclo completo mejorada o extensiva o una invernada intensiva (con mejores resultados en ciclos completos que en sistemas intensivos de invernada). Además de la mejora en el margen bruto a nivel predial, la incorporación de la forestación permitiría disminuir el riesgo de la empresa en su conjunto.

Los sistemas silvopastoriles focalizados en la ganadería -plantación de un bosque para que haya pasturas bajo los árboles- generan una menor producción de madera ya que dejan un espaciamiento de entre siete y 20 metros cada dos filas de árboles seguidas, dependiendo del sistema, para aumentar el área de pastoreo.

Stella Huertas, veterinaria especialista en silvopastoreo y bienestar animal dijo a Blasina y Asociados que “la menor producción de madera se compensa con la producción de carne”.

Por su parte, Alfredo Fossali, gerente de Negocios Forestales de Montes del Plata, dijo que “en el caso de sistemas silvopastoriles, el espaciamiento entre los árboles genera ramificaciones laterales, madera que se desperdicia y perjudica en la cosecha ya que los cabezales de los equipos de cosecha se estropean”.

“Las experiencias de silvopastoreo en Uruguay son con eucalyptus globulus, especie de buena aptitud industrial para celulosa pero con poco desarrollo foliar ya que no tienen una muy buena adaptación a las condiciones agroclimáticas de Uruguay. Montes del Plata trabaja con especies de alto rendimiento y con mucho desarrollo foliar –como eucaliptus dunii o grandis e híbridos– que sombrean mucho y no deja que la pastura se desarrolle, esto limita el silvopastoreo”, explicó Fossali.

Todas las formas de integrar los principales rubros exportadores de nuestro país tienen en común que el monte actúa como protector, creando un microclima frente a situaciones climáticas extremas: calor, frío, viento, etcétera, siendo el monte el lugar preferido por los animales para pastorear durante las horas de más calor, además de proveer abrigo en climas extremos.

La ganadería es acusada de ser una de las fuentes más importantes de emisión de gases de efecto invernadero (GEI). Por esta razón, la complementariedad de estos rubros aparece como una manera de disminuir el impacto que tiene la cría de ganado en el planeta: introducir árboles para así contrarrestar el efecto de los gases de efecto invernadero.

La forestación fue en 2018 –y posiblemente lo sea en 2019– la principal cadena exportadora del país. Y como dijo a Colombino el productor forestal y ganadero Jorge Sanguinetti, “en el país de las vacas, la forestación no hace tan mal papel”.

Producción: Cecilia Pattarino

Diario EL OBSERVADOR - Montevideo - URUGUAY - 30 mayo 2019