“No vende mucho decir ‘no nos caímos’” ante problemas en la región, dice el subsecretario Moncecchi
Murara y Cosse contrapusieron visiones
Escribe Ana Morales
Sin mucho más protocolo que el traje y la corbata, el titular de la Cámara de Industrias (CIU), Gabriel Murara, enumeró como dificultades del sector manufacturero la baja de la actividad, el deterioro de la competitividad y la rentabilidad, además de la pérdida de puestos de trabajo y la conflictividad. “No puedo disimular el frágil momento por el que atraviesa gran parte de nuestra industria”, dijo el lunes 19, al iniciar la celebración del día del sector y los 120 años de la fundación de su gremial.
Sin mucho más protocolo que el traje y la corbata, el titular de la Cámara de Industrias (CIU), Gabriel Murara, enumeró como dificultades del sector manufacturero la baja de la actividad, el deterioro de la competitividad y la rentabilidad, además de la pérdida de puestos de trabajo y la conflictividad. “No puedo disimular el frágil momento por el que atraviesa gran parte de nuestra industria”, dijo el lunes 19, al iniciar la celebración del día del sector y los 120 años de la fundación de su gremial.
Ubicada en el estrado a su izquierda, la ministra del ramo y precandidata presidencial por el Frente Amplio, Carolina Cosse, no escondió sus discrepancias sobre las quejas que durante un cuarto de hora escuchó de Murara, para quien la situación “no se arregla con pequeñas medidas” y sin una “fuerte voluntad política que impulse los cambios que la producción necesita”.
“Hubo un tiempo en que las chimeneas eran sinónimo de industria, y en Uruguay conocemos muy bien ese anhelo. (…) Nos preocupa la dificultad para percibir los riesgos de no entender las nuevas formas de producción”, señaló Cosse.
Luego de los discursos, cuando la música de violines atravesaba el salón y Murara era felicitado por sus colegas por el lenguaje frontal con el que se había dirigido al auditorio — integrado, entre otros, por el ministro de Trabajo, Ernesto Murro, la presidenta de Ancap, Marta Jara, y el intendente de Montevideo, Daniel Martínez— y los invitados bebían y comían canapés, la titular de Industria accedió a una rueda de prensa. Frente a las cámaras optó por ejemplificar la resistencia al cambio que ve en algunas ramas fabriles: “Si tú estás produciendo tapitas y el mundo ya no usa tapitas, por más que tengas los mejores costos no las vas a poder colocar” en el mercado. Y prosiguió: “Te podés automedicar, pensando que tenés una enfermedad (…) pero si el diagnóstico es equivocado, por más que reclames y te automediques, no te vas a curar”.
Minutos después, Cosse se retiró de la celebración realizada en la sede de la CIU sin despedirse de Murara.
Si bien ambos aludieron en sus discursos a la necesidad de construir una visión de “conjunto” y “compartida” del camino que el sector debe recorrer en el futuro, para algunos empresarios quedó claro que el “diálogo no es posible” porque hay diagnósticos distintos.
“¡ Falta un año de gobierno y (la ministra) viene con la definición de sectores estratégicos! ¡ Nos moja la oreja!”, se quejó un ejecutivo.
No hay “magia”. Sin considerar la refinación de petróleo, entre enero- setiembre la producción industrial se retrajo 2,9% con relación a igual período del año anterior, según el Instituto Nacional de Estadística.
Sin embargo, para el gobierno la situación del sector es de “estabilidad”, dijo a Búsqueda el subsecretario de Industria, Guillermo Moncecchi. “No se puede decir claramente si está decreciendo o creciendo. (…) No vende mucho decir ‘no nos caímos’, pero con la situación de la región es meritorio”, opinó.
A su juicio, es “muy difícil pronosticar” cómo será el desempeño de la actividad manufacturera el año próximo. “La situación de l a región nos preocupa y ocupa, la monitoreamos día a día, viendo qué medidas se pueden tomar. Pero no hay mucha magia para hacer en este tema porque el comportamiento de Argentina y Brasil plantea bastante incertidumbre en el futuro inmediato”.
Sobre las medidas para hacer sostenible la industria nacional, Moncecchi señaló que el ministerio optó por avanzar en dos caminos con distintas “velocidades”. Uno, de cor t o plazo, apunta a mecanismos “paliativos” para “buscar dar competitividad” mediante rebajas en los costos energéticos, premiando a los fábricas que tratan de crecer o exportar. El otro, a largo plazo, está orientado a la especialización y el fomento de la innovación. Aludió a la revisión del plan de competitividad de Trans- forma Uruguay — presentada ayer miércoles 21— e incluye “hojas de ruta” sectoriales que prevén exoneraciones fiscales a la investigación y desarrollo, buscando desarrollar una “nueva industria” que incorpore conocimiento.
En su discurso en la CIU, Cosse mencionó l os sectores considerados estratégicos por el gobierno y el énfasis que esos planes tendrán para incentivar la investigación y el desarrollo: tecnologías de la información, industrias creativas, turismo, servicios globales y de logística, forestal, madera, farmacéutica, biotecnología y alimentos.
Además, informó que se definieron dos programas para fomentar la innovación en las pequeñas y medianas empresas en 2019: uno que prevé dar “cupones de innovación” y otro que apuntará a la “digitalización” de las firmas.
Explicó que Uruguay se ubica en los primeros lugares en América Latina en infraestructura digital y está muy bien posicionado en cuanto al hábito digital de las personas, el acceso en los hogares a esos servicios y en materia de gobierno electrónico. Sin embargo, “sorprende” lo poco que las empresas han incorporado ese tipo de herramientas, apuntó. Por eso, consideró como algo “impostergable frente al cambio de época” avanzar en “nuevas formas de producir, de hacer negocios, cambiar productos, servicios, etcétera”.
“Todos precisamos”
Desde el estrado, tras una breve introducción, Murara se enfocó en la pérdida de competitivi- dad que “golpea” al sector productivo en los últimos años, en línea con la visión transmitida por la Confederación de Cámaras Empresariales.
Mencionó la disminución en la participación de la industria en la economía y señaló que jun- to con la construcción, el sector es de los que más trabajadores y horas han perdido.
Se refirió a la etiqueta de “llorones” con la que un dirigente del PIT- CNT se refirió meses atrás al empresariado. “Hoy lo digo nuevamente con más fuerza (…): lloro por las empresas perdidas y por los puestos de trabajo que cientos de uruguayos perdieron, no creo estar equivocado al hacerlo”.
Murara aludió también al “significativo deterioro” del ambiente de negocios y a la “preocupación” porque no ve que haya un “plan para modificar los aspectos estructurales que quitan el atractivo a invertir en Uruguay. Me refiero principalmente al frente fiscal, a las empresas públicas y sus tarifas, a las relaciones laborales y a la firma de nuevos acuerdos comerciales”.
A su juicio, es “paradójico” que l os aspect os “estructurales” se corrijan para atraer a las “empresas grandes, de alta tecnología, de origen extranjero”, en referencia a la finlandesa UPM y su plan de construir una segunda fábrica de pasta de celulosa en Uruguay. Y continuó: “Todos necesitamos una menor carga fiscal, todos precisamos menores aranceles para importar, todos queremos un marco laboral que minimice la conflict i vidad y se centre en la productividad, todos precisamos más educación, todos precisamos más y mejor infraestructura pública. Si una empresa con gran escala, de tecnología de punta, con los mejores estándares en gestión empresarial, l o necesita, con mucha más razón, nuestras pequeñas empresas”. Se quejó porque los incentivos para las firmas “se sigan retaceando” y que se haya vuelto cada vez “más complejo” acceder a los beneficios .
Se lamentó también por la falta de resultados en la negociación de mejores condiciones de acceso comercial a mercados del exterior, aunque opinó que lo que ocurra en la materia “poco importará” si los costos de producir siguen aumentando.
Otro capítulo de críticas fue el del sistema de relaciones laborales, al que identificó como un “obstáculo” a superar, ya que “potencia el conflicto”.
Sobre el final, habló del aumento de la capacidad ociosa en el sector y el persistente “deterioro” de la rentabilidad de las empresas. Por eso, dijo, el principal desafío sigue siendo aumentar la productividad.
“El gobierno tiene que hacer su parte”, porque hoy traslada costos energéticos, impositivos y burocráticos cada vez mayores que son “imposibles de compensar”, reclamó. “Si seguimos por este camino, no vamos a tener otro resultado que más de lo mismo. Seguirán cerrando industrias, y seguirá quedando gente sin trabajo. Esto no es ser ‘agoreros’ ni somos temerarios al sostenerlo, porque lamentablemente no nos equivocamos en años anteriores”.
Semanario BUSQUEDA - Montevideo - URUGUAY - 22 noviembre 2018